Elecciones siempre amañadas
[31-10-2012]
León Padrón Azcuy
Periodista independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- El desconocimiento de los términos de las
propias "elecciones cubanas" constituye un arma efectiva en el andamiaje
que dentro de la población engrasa la cúpula militar, para que jamás sus
puestos despóticos peligren.
El artificio se inicia con la siembra en cada barrio de candidatos,
cuidadosamente preconcebidos a partir de su historial "revolucionario",
o comprometimiento con el régimen imperante. Lo que significa que
ninguna de las personas propuestas debe poseer conocimientos en relación
a temas tan importantes como los Derechos Humanos. Por supuesto tema que
no le interesa al régimen.
Impresionante resulta el esfuerzo que las autoridades dedican en cada
una de las circunscripciones para lograr que un alto por ciento de la
población se involucre en este proceso. Toda vez que la participación de
cada ciudadano, lejos de ser un peligro es lo que garantiza la
"legitimización" y permanencia "eterna" de la dictadura en el poder.
Días antes de elecciones, el bien engranaje cederistas, aseguraran con
inimaginables tácticas la participación de todos en la votación. Incluso
se brindan amablemente para traerle la boleta a sus casas a aquellos
ancianos y minusválidos que no puedan moverse de sus casas.
Así las cosas, cuenta una fuente que no quiso ser identificada que el
día ante de elecciones su anciana tía cumplió 88 años y que la habían
trasladada a casa de unos familiares a fin de celebrarle su cumpleaños.
"Ese sábado la pasó de maravillas, pero al otro día lloraba para que
la trasladasen a su casa puesto que decía que tenía que votar o de lo
contrario le quitarían el retiro que heredó de su esposo fallecido".
Esta anciana, al igual que la mayoría de los cubanos desconoce que el
artículo 131 de la constitución de la República esclarece que la
participación en el proceso electoral cubano es un derecho y no una
obligación. Cualquier intento de chantaje es anticonstitucional. Aun
así los elementos paramilitares de cada barrio, se comportan tal y si
fuera obligado "votar" y lo peor es que la gente les cree.
Lo cierto es que muchísimos cubanos no saben que luego de tener la
boleta en sus manos cualquier decisión que tome es insignificante. Al
gobierno militar ni siquiera le importa si la dejas en blanco, o plasma
en ella abajo Fidel y Raúl, abajo el comunismo, viva la democracia, o
anula los dos candidatos. Nada de eso hace mella a los dueños de las
boletas.
Por razones obvias, no permite la intervención de la oposición, ni
presencia de observadores internacionales, ni fiscalización de la
votación que no sea la oficial. Un "proceso electoral" inventado justo a
tono con el totalitarismo cubano, muy lejos de lo que es un proceso
democrático.
Contradictoriamente, muchos consideraron posterior al resultado, que el
aumento del 9,3 % de las boletas en blanco y las anuladas en las
elecciones del domingo en Cuba, fueron votos de protesta. Y si bien para
muchos esta opinión pudiera ser cierta, también pudiera decirse que
excede los parámetros de optimismo cuando sabemos a ciencia cierta que
este tipo de protesta es insolvente y por qué no hasta inexactas. ¿Quién
puede justificar lo contrario?
De hecho, considero más sensato la acción de los que prefirieron
asegurarse de estar en la lista de electores y no asistir a las urnas
para no rezar en elevado 93 % que ejerció la payasada. A sabiendas que
ese señor o señora que fue elegido no representan absolutamente nada.
De tal manera que de la misma manera que el gobierno aplaude aquellos
que no le gusta la política -por supuesto para hacérselas ellos-
agradece la participación de los ciudadanos en este tipo de elecciones,
evidentemente espurias, presentada posteriormente como expresión de
apoyo popular.
Recordemos el viejo proverbio puesto en práctica por la dictadura
militar "convertir las derrotas en victorias".
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37535
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