Monday, November 5, 2012

Cuba, lengua materna y totalitarismo

Cuba, lengua materna y totalitarismo
Publicado el Lunes, 05 Noviembre 2012 04:29
Por Raúl Hernández Ortega*

Los idiomas son entes vivos y en constante transformación. De no ser
así, en la actualidad no fuésemos hablantes de una lengua como la
nuestra, el castellano, que se fue conformando a través de la historia
gracias a sucesivas conquistas de poderosos imperios.

Primero fueron los romanos, quienes llevaron el latín a la península
ibérica y en contacto con las lenguas que se hablaban allí, provocaron
el surgimiento del portugués, el gallego, el catalán y el castellano;
tal como sucedió también en otras regiones cercanas en el Mediterráneo y
que dieron lugar al rumano, el francés y todas las lenguas que se hablan
en la península itálica, incluido el italiano.

El otrora dialecto del reino de Castilla se extendió por toda España, y
después de recibir durante siete siglos de influencia del árabe en
Andalucía, cruzó el Atlántico hace más de 500 años para convertirse en
la lengua oficial de la mayoría de las naciones que posteriormente
surgirían por las tierras de América.

Es vieja la polémica sobre su correcto uso y resulta frecuente escuchar
que en tal o más cual región de España es donde mejor se habla; o en
este o aquel país de América. En Cuba sucede lo mismo. Unos abogan por
los camagüeyanos y otros por los habaneros. La realidad es que cada
región tiene su norma, su entonación y términos locales. Eso sí, hay una
norma culta a nivel de todo el país, que es la forma en que producen el
idioma las personas con mayor nivel educacional.

Laboratorio lingüístico

Semanas atrás el profesor español Francisco Moreno Fernández,
catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares y director académico
del Instituto Cervantes, dijo en La Habana que Cuba ha sido tal vez el
mayor laboratorio lingüístico hispánico desde el siglo XVI al XXI.

"Aquí se han generado rasgos sociolingüísticos y ha encontrado
soluciones idiomáticas mucho más temprano que en otras latitudes",
advirtió Moreno al ser recibido oficialmente por la Academia Cubana de
la Lengua como Miembro Correspondiente en el Extranjero.

Hoy el "laboratorio lingüístico" a que se refiere el profesor Moreno
está generando resultados muy cuestionables, y no son pocos los que se
preocupan por la involución y el empobrecimiento del castellano en Cuba.
El incorrecto estudio de la lengua materna, la falta de profesores y los
grandes problemas que enfrenta la sociedad cubana, han incidido en este
fenómeno negativo.

Como tantos otros males de Cuba, en este caso tenemos que buscar la
génesis en el ya lejano primero de enero de 1959. Pudiera parecer
contradictorio que después de una Campaña de Alfabetización que hizo
posible que casi el ciento por ciento de los cubanos aprendiera a leer y
escribir, se produjera un proceso de empobrecimiento en el uso de
nuestra lengua materna.

La obsesión de Fidel Castro por transformarlo todo, reinventar la
Historia y tratar de hacer ver al mundo que Cuba había empezado de cero
a partir de su asunción al poder, introdujo lamentables cambios que
condujeron a un proceso de vulgarización y banalización de la sociedad.
El hombre nuevo que pretendieron construir resultó finalmente un ser
inculto, vulgar, de poco pensamiento, con una rudimentaria expresión
oral y que se vanagloria del mal uso que hace de su idioma.

Desde los primeros años del régimen imperante en Cuba ha sido una
constante el déficit de maestros. Uno tras otro se sucedieron programas
para formarlos de la manera más rápida posible. Podemos recordar a los
Makarenkos, lo destacamentos pedagógicos y los más recientes profesores
integrales emergentes. Educadores improvisados y con grandes lagunas de
todo tipo. Siempre hubo sus excepciones, pero los mejores maestros
abandonaban constantemente las aulas desestimulados por los bajos
salarios, las difíciles condiciones de vida y trabajo en las escuelas en
el campo, o las constantes transformaciones en los programas y planes de
enseñanza. El resultado ha sido siempre el mismo, maestros improvisados,
inexpertos y con pocos conocimientos.

Igualitarismo y vulgarización

A todo esto se suma en los últimos tiempos una drástica reducción de las
capacidades para acceder a niveles superiores de educación. En la
actualidad solo el 40 por ciento de los estudiantes puede continuar sus
estudios en el preuniversitario. O sea, que más de la mitad se queda
solamente con noveno grado y prosiguen su formación prácticamente de
manera formal en supuestas carreras técnicas realmente irrelevantes. De
los que van al preuniversitario casi la mitad suspenden las pruebas de
ingreso para entrar a la Universidad una vez concluido el duodécimo
grado. Pero aun así, después de un proceso aparentemente muy selectivo,
la mayoría de los graduados universitarios lee poco y mal, escribe con
numerosas faltas de ortografía y se expresa de forma incorrecta.

Se comenzó por borrar del diccionario términos como señor o señora, se
impuso el uso de compañero para todo. Un falso igualitarismo devino en
vulgarización. La educación formal cayó en estrepitosa picada. Jóvenes
que no leen, que no ven buenas películas y que no van al teatro o
galerías de arte, no tienen tema alguno de conversación. Se crea así una
subcultura, que con el reguetón como música de fondo acompaña el
discurso de la sociedad cubana, salpicado por palabras obscenas en medio
de un ambiente acentuado por la promiscuidad y la violencia, la falta de
caballerosidad y de respeto.

En las guaguas o las camionetas llenas de gente, en las fiestas
populares, en los numerosos sitios que expenden bebidas alcohólicas, en
la vía pública y las escuelas, en las discotecas y las playas, la
mayoría de los jóvenes se expresa de manera grosera sin distinción de
sexos. Hasta en las instalaciones deportivas se escuchan multitudinarios
coros de improperios y groserías que se amplifican a todo el país por la
radio y la televisión.

Este es otro síntoma, doloroso y alarmante, de la decadencia de la
sociedad cubana contemporánea. Algunos piensan que esto no es casual,
que ha sido un resultado más del maquiavélico plan puesto en práctica
hace más medio siglo en el país. Jóvenes sin ideas, proclives al consumo
de alcohol e incapaces de expresarse correctamente no son una amenaza
para el régimen.

La vulgaridad y la chabacanería son, en última instancia, sus más
auténticas perlas de cultivo.

*Escritor cubano recién llegado a Miami. Es autor de numersos títulos de
poesía, narrativa y ensayo. Entre sus libros recientes figuran La casa
en un morral. Voces de los niños de la Guerra Civil Española (2011) y
Aves con rimas (2012).

http://cafefuerte.com/opinion/opinion/puntos-de-vista/2251-lengua-materna-y-totalitarismo

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