Friday, November 2, 2012

Polémica por la presencia en Miami de un exjefe de prisiones acusado de maltratar a opositores

Exilio

Polémica por la presencia en Miami de un exjefe de prisiones acusado de
maltratar a opositores
DDC
Miami 02-11-2012 - 12:39 pm.

El exteniente coronel Crescencio Marino Rivero y su esposa, la
excapitana Juana Ferrer, reconocen que no revelaron su pasado a las
autoridades estadounidenses.

La presencia en Miami de un exjefe de prisiones de Villa Clara, acusado
por varios opositores de maltratos, ha desatado la polémica en los
medios de comunicación de esa ciudad.

El exteniente coronel del Ministerio del Interior (MININT) Crescencio
Marino Rivero y su esposa, la excapitana Juana Ferrer, viven desde hace
dos años en Miami.

Ambos llegaron a Florida en 2010 para visitar a una hija y se quedaron.
Han reconocido que no mencionaron a las autoridades estadounidenses el
haber sido oficiales del MININT y militantes del Partido Comunista.

Su presencia en Florida fue revelada hace pocos días por Santiago
Alpízar y Wilfredo Allen, abogados de inmigración, quienes contactaron
con fiscales federales de Estados Unidos para saber cómo se les pudo
permitir la entrada a pesar de sus antecedentes, según informó El Nuevo
Herald.

Opositores y exprisioneros políticos cubanos han acusado a Rivero de
abusos y amenazas, algo que el exmilitar califica de "gran mentira".

Guillermo Fariñas, Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo, dijo que
Rivero le arrancó dos agujas intravenosas de sus brazos cuando estaba en
la sala de penados de un hospital de Santa Clara, durante una huelga de
hambre que realizó en prisión, en 1998.

Benito Ortega, quien afirma haber pasado 22 años en la cárcel y ahora
vive en Virginia, dijo que en 1994 Rivero le negó atención médica para
una fístula anal muy infectada, y Rafael Pérez, un disidente que
actualmente reside en Houston, afirmó que él y su hija fueron agredidos
varias veces por el exteniente coronel y su esposa.

"Han montado una farsa. Las razones no las sé", dijo Rivero, quien fue
jefe de prisiones de Villa Clara durante seis años y luego profesor
adjunto de la Facultad de Derecho de la Universidad, en declaraciones
publicadas por el canal América TeVé.

En cuanto a las acusaciones de Rafael Pérez, dijo que "ciertamente" su
hija fue agredida, pero "por un vecino contiguo a él que se llama Víctor
Arboláes, cuya persona no es nada afecta a la revolución".

"Fue por un problema familiar; por lo tanto, yo no podía ordenarle a
Víctor que agrediera a la hija de Rafael", señaló.

Sobre el incidente con Fariñas, aseguró que en 1998 ya él no formaba
parte del MININT.

"Tremenda mentira", dijo Rivero. "Yo salí del Ministerio del Interior
por solicitud propia en febrero de 1996". Su esposa afirmó que fue
jubilada en la misma fecha sin que se le explicaran las razones.

"En este país viven cientos de personas honestas y veraces que
estuvieron presos en algunas de las prisiones de Villa Clara, que sí me
conocen, que saben de mi comportamiento ético y moral como jefe del
Dpto. de Prisiones, a cientos de ellos los ayudé a progresar hacia
mejores condiciones carcelarias", sostuvo el exmilitar en un correo
electrónico citado por El Nuevo Herald.

Dijo que su tarea era exigir el cumplimiento de la ley y los reglamentos
que organizan la ejecución de las sanciones carcelarias. "No aplicar
criterios personales sino los previstos en los documentos rectores del
sistema, no favorecer o privilegiar o endurecer la sanción aplicada a
ningún recluso", explicó.

En sus declaraciones al canal de televisión, Rivero dijo que él y Ferrer
no revelaron su pasado como oficiales del MININT y miembros del PCC a
las autoridades estadounidenses para obtener el visado y luego la
residencia porque no le dieron "importancia".

"Los documentos nos los hizo un tramitador en Santa Clara que se dedica
a eso (…) y no declaré eso realmente, en ese momento yo hacía 14 años
que estaba fuera del Ministerio del Interior. No le di importancia (…) y
aquí (en Miami) los documentos para presentar la residencia nos los hizo
una agencia que se dedica a eso, tampoco me lo preguntaron", indicó.

"A mí me pidieron mis dos últimos trabajos", afirmó por su parte su
esposa. "Dije que era profesora de Derecho y, el segundo trabajo, que
había pertenecido a la cadena Oro Negro", donde "era especialista en
recursos humanos".

Rivero y Ferrer podrían enfrentar un proceso de deportación si se
demuestra que mintieron en sus solicitudes de visado y residencia.

El exteniente coronel acusó a los abogados Allen y Alpízar de amparar
mentiras y buscar protagonismo mediático para agenciarse "fama" entre
los cubanos inmigrantes en Estados Unidos con el propósito de obtener
más clientes.

http://www.diariodecuba.com/cuba/13799-polemica-por-la-presencia-en-miami-de-un-exjefe-de-prisiones-acusado-de-maltratar-oposito

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