Thursday, April 24, 2014

Bebés desaparecidos

Bebés desaparecidos
El 21 de abril, Cubanet alertó sobre la alarmante desaparición de una
recién nacida en el Hospital "Enrique Cabrera", de La Habana. Son ya
varios las criaturas que se esfuman de hospitales cubanos en
circunstancias sospechosas
jueves, abril 24, 2014 | René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba — El pasado lunes 21, un trabajo del colega José
Antonio Fornaris publicado en CubaNet alertaba sobre la alarmante
desaparición de una recién nacida en el Hospital "Enrique Cabrera", de
La Habana. El título, en su sencillez, refleja de modo certero todo el
dolor y el desconcierto que embargan a la joven pareja de progenitores:
"¿Dónde está mi bebé?"

En la nota informativa, el periodista independiente relata las
incidencias del traslado de la parturienta hacia el centro asistencial,
mientras la criatura, con sus movimientos dentro del vientre materno,
daba evidentes señales de vida. Después, describe el maltrato que sufrió
la joven madre, así como la inesperada afirmación de los médicos: "La
niña nació muerta".

Las autoridades hospitalarias argumentaron la necesidad de que la bebé
pasara por el Departamento de Anatomía Patológica. Esto es comprensible,
para determinar lo ocurrido. Lo que no se entiende es la supuesta
imposibilidad de mostrar y entregar el cadáver a los padres, y ello en
virtud de una fantasmagórica "resolución ministerial", cuyo número y
texto no fueron revelados a los familiares.

Este trágico incidente me hizo recordar la denuncia de mi colega
agramontista Vicente Padrón Casas —en la actualidad ya fallecido—, por
una situación similar ocurrida con su nieta Lía Francisca Padrón
Izaguirre. Esta niña y su hermana gemela Mía nacieron el 29 de agosto de
2011 en el Hospital "Eusebio Hernández", conocido como Maternidad
Obrera, en el municipio de Marianao.

En sendas noticias publicadas los días 28 y 30 de noviembre del propio
año, Ana Margarita Perdigón, de la Agencia Yayabo Press, se hizo eco de
la insólita desaparición de la bebé, a quien su progenitora no volvió a
ver después del parto, ni viva ni muerta. El referido órgano de prensa
recogió la denuncia que el jurista alternativo formuló al cabo de tres
meses sin recibir alguna información o explicación de las autoridades.

Lo anterior —por cierto— dio lugar a la inevitable visita de los ubicuos
oficiales de la policía política. A los "segurosos" les preocupaba no el
desvergonzado escamoteo de la niña, sino la información transmitida por
internet, que puso en entredicho la supuesta imposibilidad de que en
Cuba se produjeran sucesos de esa naturaleza, que el régimen castrista
critica y divulga con satisfacción cuando ellos tienen lugar en otros
países.

El mismo 30 de noviembre de 2011 se publicó una Declaración de la
Corriente Agramontista, suscrita por quince miembros de esa agrupación
de abogados independientes. En ese documento se condena la desaparición
de la menor, suceso que es descrito como "atropello incalificable", y se
exige el inmediato esclarecimiento de "esta escandalosa desaparición de
la recién nacida".

Las justificadas protestas sólo sirvieron para que las autoridades, un
par de meses más tarde, entregaran a la atribulada familia un cadáver
desmembrado y putrefacto que, según ellos afirmaron, era la menor Lía
Francisca. Los oficialistas aseguraron también que la identidad de los
pequeños despojos había sido comprobada por los antropólogos forenses y
mediante exámenes de ADN.

Como suele suceder en nuestra Cuba, la soga quebró por lo más delgado.
En aquella oportunidad, al abuelo denunciante se le informó que la
responsable de todo era "la empleada de Admisión y Registro del
hospital". Según la misma fuente, todo se limitaba a que esta burócrata
de bajo rango había realizado un "mal trabajo".

Mi colega Vicente no quedó convencido por la "explicación" recibida,
pero no tenía más alternativa que aceptarla. Como se sabe, en nuestro
país un ciudadano no puede acudir ante una entidad independiente para
solicitar la realización de exámenes alternativos. En definitiva, el
licenciado Padrón Casas falleció sin conocer la suerte corrida por su
nieta desaparecida. Pero siempre confió en que un día alguien, en algún
lugar, vería a una niña idéntica a Mía, y todo quedaría esclarecido.

Según me expresó Vicente más de una vez, él abrigaba el convencimiento
de que, en medio de la corrupción generalizada imperante, la bebé fue
objeto de alguna negociación ilícita. Estaba seguro de que, en opinión
de los escamoteadores, el anuncio de la supuesta muerte de una de las
dos gemelas paridas sería recibido por su hija —una madre soltera— con
un suspiro de alivio.

El suceso que narra ahora Fornaris recuerda de modo alarmante esa otra
situación anterior. Es por eso que me he sentido en el deber de recordar
la pérdida sufrida por mi colega difunto y por su familia. Lo peor es
que ambos hechos tuvieron lugar en centros asistenciales distintos.
¿Acaso estas bochornosas desapariciones de niños se convertirán en algo
habitual en los hospitales cubanos!

Source: Bebés desaparecidos | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/bebes-desaparecidos/

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