El negrismo en la cultura cubana
MIÉRCOLES, 30 DE ABRIL DE 2014 00:18 ESCRITO POR MANUEL AGUIRRE
LAVARRERE (MACKANDAL)
Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) Una etapa de exploraciones y
demandas se dio en la vida política y social de Cuba a partir de los
años veinte.
El Grupo Minorista surgió al calor de charlas y conversaciones de todo
tipo en el antiguo Café Martí en la capital cubana. Su figura más
sobresaliente sería Rubén Martínez Villena.
El movimiento alcanzaría talla extra al plantearse muchas cosas que
habrán de tener vigencia por las realidades que se daban en ese momento
en el país.
El negrismo, que a finales de los años veinte dio sus primeros pasos en
Cuba, fue influido por el trabajo de figuras afronorteamericanas que
años más tarde serían famosas en el campo de la literatura y el arte, en
lo que fue conocido como el Renacimiento de Harlem.
En Cuba, las figuras más sobresalientes del negrismo serían dos
camagüeyanos, Emilio Ballagas y Nicolás Guillén. El primero llevaba en
su sangre la herencia española; el otro, el clamor del oprimido, el
grito esclavo. Pero ambos fusionarían su talento poético en la sabia
criolla e irradiarían de tal manera el ambiente cultural cubano, que
durante una larga década serán innumerables los intelectuales blancos,
negros y mulatos que se verían flechados por este aire renovador de
esperanza en la búsqueda de la identidad cubana.
Esa segunda generación republicana luchará contra los prejuicios
raciales, al quedar esa nueva oleada de jóvenes escritores inmersos en
una desencantada etapa de entreguerras, sin aquel orgullo patrio que
tuvieron sus antecesores, sabedores de tantas batallas que los
enorgullecían.
En el negrismo confluyeron todas las formas lingüísticas de la población
cubana, tanto lo español como las lenguas congas, carabalí, el yoruba,
el habla bozalona de los esclavos y cuantas formas y variedades del
habla afrocubana penetraron el léxico criollo. Fue una especie de
transculturación lingüística que permeó formas y manifestaciones
artísticas como el teatro, la novela, y de cierta manera, el lenguaje de
la pintura.
En 1929 Regino Eladio Boti compuso su Babul; pero ya un año antes José
Zacarías Tallet había compuesto La Rumba y Ramón Guirao su Bailadora de
Rumba
Ballagas, en su Cuaderno de poesía negra, y Guillén con Motivos de son y
Sóngoro cosongo, contagiaron y hechizaron a figuras que se verían
flechadas por el Negrismo, al quedar relegado, tanto en Europa como en
América, el Modernismo, que sería sustituido por una forma nueva de
expresar, con evasión o sin ella, la realidad circundante, como lo fue
el Movimiento Vanguardista.
Fue un momento de crisis en la cultura artística de Occidente, pero aquí
florecía el verso de apego a la identidad, como lo hicieron Manuel
Navarro Luna, Regino Pedroso, y Alejo Carpentier, quien mandaba sus
poemas desde Francia y cuya monumental obra novelística nubló sus poemas
negristas, que no fueron muchos, pero los escribió.
Todos estos escritores aportaron sustancia a un movimiento, que por su
estructura y novedad, se erige, por derecho propio entre lo más preciado
que en materia lírica se haya dado en Cuba en cualquier generación cubana.
Ojalá hoy, poetas y ensayistas, narradores y hombres de pensamiento
avanzado, retomaran una modalidad artística, que si bien tomó su primer
impulso de intelectuales afroamericanos, nunca dejó de ser toda ella
cubana. Eso le dio la universalidad que fue prestigiada por una grande
de la declamación, Eusebia Cosme, quien la llevó a planos de excelencia
alrededor del mundo, para orgullo de Cuba y de su gente.
Para Cuba actualidad: mal26755@gmail.com
Source: El negrismo en la cultura cubana | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente. -
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