El líder perdido
Viernes, Mayo 31, 2013 | Por Martha Beatriz Roque Cabello
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Algunos opinan que lo primero
que se debe tener en cuenta al escribir sobre Cuba es explicar la
realidad de lo que sucede, dar a conocer al mundo las vicisitudes por
las que pasa, día a día, el pueblo cubano, y cómo la revolución se
convirtió en contrarrevolución, destruyendo prácticamente a la Isla con
sus moradores. No obstante, algunas veces se hacen excepciones, cuando
se consideran necesarias. Esta es una de ellas, sin ánimos de agredir a
alguien, sólo para aclarar situaciones adversas.
La mayor parte del tiempo, la oposición interna se ha caracterizado por
su pluralismo. Aunque, al principio, la mayoría de los disidentes tenían
ideas de derecha, y si se les preguntaba, se declaraban liberales. Hubo
también en estas filas -que tuvo sus inicios en la década de los 80, del
siglo pasado- personas cuya filosofía coincidía con el pensamiento
socialista, social demócrata y demócrata cristiano.
A pesar de que a muchos cubanólogos, e incluso a políticos de diferentes
países del mundo -y en particular de Europa-, les hubiera gustado que la
oposición tuviera un líder, eso nunca se ha conseguido. Diversos
factores influyeron, pero en particular hay que destacar el trabajo de
la policía política, que fracturó cada uno de los intentos de unidad que
han surgido dentro de los grupos opositores. Eso sin descartar otras
cuestiones, como el carácter del cubano, la influencia del totalitarismo
sobre los dirigentes, los criterios del exilio y también, ¿por qué no?,
el apoyo que se pueda recibir desde el exterior, que, desde hace unos
pocos años, ha sido altamente satisfactorio para algunos que recién
comienzan.
Tampoco se puede descartar que quienes llevan entre 20 y 25 años
disintiendo dentro del país, no han conseguido los propósitos que
trazaron. Aunque ha habido éxitos en algunas de las actividades y
proyecciones, la mayoría de ellas han quedado mutiladas, o han obtenido
resultados parciales. Se podría citar en este caso a Concilio Cubano y
la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, para no mencionar otros
proyectos, por no lastimar a sus creadores.
En el año 2003, el régimen pensó que acabaría con la oposición interna,
en la llamada Primavera Negra, que llevó a prisión a 75 activistas. De
ellos, uno falleció, 60 están fuera del país, y, de los que quedamos en
Cuba, algunos se encuentran en trámites para emigrar. No se puede dejar
de recordar las palabras de Fidel Castro al referirse a este grupo: "No
están todos los que son, ni son todos los que están", algo que en la
práctica se pudo verificar.
En estos momentos, las fuerzas dentro de la oposición están muy
divididas. En ello ha influido la nueva ley que permite a los disidentes
viajar al exterior, la cual, si bien es una oportunidad para que se dé a
conocer internacionalmente la realidad cubana, ha traído algunos
problemas entre los opositores.
Si se admite como una realidad que quienes trabajan activamente dentro
de Cuba por la democratización del país, no tienen un dirigente único, y
que esa es la forma en que se ha desarrollado el movimiento opositor,
resulta muy desagradable oír a entrevistadores, periodistas y otras
personas referirse a alguien como "el líder de la oposición interna",
sin que se rectifique el artículo determinado y se convierta en
indeterminado. Porque los líderes no se fabrican, ni se pueden crear en
el exterior.
Crea una enorme confusión internacional que personas de diferentes
corrientes ideológicas hablen en nombre de toda la oposición. En primer
lugar, nadie está facultado para ello, y, entre otras cosas, eso origina
incertidumbre sobre cuál es ciertamente el pensamiento de los que se
oponen dentro del país.
En particular, hay temas álgidos, como el embargo, los "cambios" que,
según se dice, realiza el régimen, los espías, la Base Naval de
Guantánamo, entre otros. Sobre cada uno de ellos hay diversas opiniones.
Pero entre todos los puntos de discrepancia, el más importante es si una
democratización del país puede hacerse con el régimen actual en el
poder, ya que incluso se le ha llegado a pedir al régimen que
intensifique los "cambios".
Está demostrado que la unidad es muy difícil. Los que hablan de ella
deberían ser ejemplo para con los demás, dar apoyo a las diferentes
actividades, aunque sea una huelga de hambre con la que la mayoría no
está de acuerdo. Considero que no es bueno utilizar la pluma para
criticar con nombres y apellidos a otros opositores, empleando los pocos
espacios que se tienen para contar al mundo lo que hace el régimen
mediante sus mecanismos para reprimir a los que disienten e incluso al
resto del pueblo.
El respeto a los demás y el respaldo en los momentos difíciles es la
mejor forma de unidad que puede encontrar la oposición interna. Cada
país tiene sus propias características. Y si en esta isla no ha surgido
ninguna persona que se pueda considerar el líder de la oposición, ello
no quiere decir que no haya líderes reconocidos por grupos de
opositores, tanto a nivel nacional como en las diferentes localidades.
En la medida en que se profundice y se active el trabajo para el proceso
de cambio, pueden surgir nuevas ideas y quiénes las representen.
Mientras tanto, no hay que preocuparse por buscar al líder perdido. De
una forma u otra, el sistema totalitario se desmorona y se hace cenizas,
producidas por su propio fuego.
http://www.cubanet.org/articulos/el-lider-perdido/
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