La doble moneda y sus consecuencias en Cuba
[29-04-2013]
Héctor Maseda Gutiérrez
Grupo Decoro
(www.miscelaneasdecuba.net).- El desequilibrio económico monetario y la
enorme inflación (aproximadamente un 200% en el año 1993) dieron origen
a que se dolarizara la economía cubana al despenalizarse la posesión de
esta unidad monetaria en el país, hecho que ocurrió el 13 de agosto de
ese año.
El Dr. Pável Vidal Alejandro, economista cubano muy versado en el tema,
confirma esta realidad al afirmar que esa idea fue concebida: "(…) para
brindar una moneda más estable y confiable que el peso cubano a las
actividades económicas que iban a ser los motores de la recuperación. El
turismo, la inversión (de capitales extranjeros), las remesas
(familiares) y otros sectores emergentes empezaron a utilizar, como
medio de pago el dólar estadounidense. De esta forma se intentaba aislar
el desarrollo de tales sectores de los desequilibrios e inestabilidades
imperantes en el resto de la economía" (1).
Esta idea no tenía nada de original. Sin embargo, se obvió un detalle
importante: No se tuvo en cuenta el desequilibrio monetario y la enorme
inflación en el país como resultado del débil estado que presentaba
nuestra economía, que adquirió su máxima expresión al producirse la
eliminación del subsidio soviético a Cuba. A partir de esa realidad, al
gobierno cubano no le quedó otra alternativa –con pleno conocimiento de
que no sería una solución- que abrir la economía al capital extranjero,
incluyendo en sus cálculos las remesas familiares de los
cubano-americanos que anualmente alcanzaban varios cientos de millones
de dólares en aquella época y que ingresaban al país libre de gastos
para las autoridades cubanas.
Sería una medida salvadora que, pensaron nuestros gobernantes,
oxigenaría las finanzas, dándole un respiro a la economía nacional.
La gran inflación se debió al hecho de fijar el gobierno precios
oficiales máximos y por un período de tiempo prolongado, lo que provocó
un violento incremento de esos valores en la economía subterránea, al
ser ésta última la predominante en Cuba. Fue una reacción de los
mecanismos del mercado interno contraria a la que se esperaba. Si a ello
le sumamos un insuficiente nivel en la producción y los servicios
(condición típica de las economías centralizadas), solamente podría
tener lugar la debacle final que surgió al tenerse que enfrentar nuestra
endeble economía a las leyes del mercado paralela al centralmente
oficialista.
La dualidad monetaria y la incontrolable disminución del salario real
respondieron a una dudosa estrategia que fue utilizada por las
autoridades cubanas para enfrentar una imparable crisis económica, la
cual provocó la caída abrupta del Producto Interno Bruto (PIB) nacional
¡hasta el 35%! en apenas cuatro (4) años.
"(…) la estrategia de respuesta a la crisis que se empleó –señalan
varios especialistas foráneos- fue mantener en todo lo posible el gasto
social estático (sin cambios, con la excepción del sector de los
jubilados a quienes se les ha aumentado las pensiones en dos
oportunidades, n.a.) y no efectuar un ajuste asimétrico que recayera
sobre determinados grupos de la sociedad".
Si analizamos objetivamente la situación económica en Cuba nos daremos
cuenta que la razón fundamental al asumir tan descabellada medida era
social y no económica, con la finalidad de impedir una explosión de la
población incontrolable. Las experiencias del llamado "maleconazo" o de
las protestas públicas y masivas en La Habana unos meses después (1994)
demostraron la inconformidad ciudadana realizada en la época en que
Fidel Castro era dueño y señor de la Nación, lo que dio lugar a la
tercera emigración masiva –ese mismo año- conocida popularmente como la
de "Los balseros".
La creación de dos monedas (2) y (3) agudizó las divisiones de clases
económicas diferentes y las hizo más críticas entre ellas en la
sociedad. En el país las empresas realizan sus operaciones mercantiles
diferenciadamente. Unas operan solamente en moneda nacional –la mayoría-
mientras que otras lo hacen en pesos convertibles, realidad que impide
operen ambos grupos empresariales con eficiencia económica al ciento por
ciento; lo que contribuye, adicionalmente, al aumento de la desigualdad
salarial entre los trabajadores de unas entidades (que sólo reciben sus
sueldos en pesos cubanos) y los que laboran en empresas que cobran el
mismo jornal que los anteriores más un por ciento en moneda libremente
convertible.
Recordemos también que los trabajadores vinculados directamente al
turismo internacional reciben en calidad de "propinas" y en pesos
convertibles, cuatro o cinco veces el monto total de su salario básico
mensual. Estos son algunos de los ejemplos que, en esencia, acentúan aún
más las desigualdades sociales por la vía de los sueldos.
Por supuesto que debemos tener en cuenta las medidas gubernamentales
aplicadas recientemente (aumento de las tasas de impuestos y el
surgimiento de nuevos gravámenes que afectan al ciudadano común) con la
intención del Estado de reducir sus gastos incrementando los de los
trabajadores por cuenta propia y micro-empresarios de nuevo tipo; así
como la eliminación de las gratuidades.
Si a lo anterior le añadimos la grave situación agropecuaria que
atraviesa el país, sumado al incremento de precios a los alimentos que
se comercializan a nivel mundial y que el gobierno cubano está obligado
a importar al no producirlos, se fundamenta el temor que sienten éstos,
ya que pueden conducir a otra situación socio-política de origen
económico, fuera del control gubernamental, a pesar de la férrea y
ascendente represión dirigida por la policía política del régimen para
enfrentar, sofocar y someter finalmente, al pueblo.
Sin embargo, si consideramos que la eliminación de la dualidad monetaria
unida a una política económica y salarial sustancialmente flexible,
acompañada de reformas estructurales socio-políticas que realmente se
requieren, unidas al incremento de los oficios por cuenta propia;
podrían sumar beneficios al desarrollo de la economía cubana y
conducirían a una lenta pero sostenible solución de algunas de las
carencias básicas y dificultades que hoy nos asfixian y que el gobierno
ha demostrado no poseer voluntad económica y menos política para
solucionarlas.
Es importante aclarar que la dualidad monetaria NO es la causa de las
desigualdades socio-económicas y el descontento generalizado en el país.
La verdadera causa de la destruida economía cubana consiste en que jamás
el Estado totalitario ha sido capaz de satisfacer, por sí mismo, las
necesidades mínimas de la población. Ni siquiera llevarlas al nivel de
la Cuba pre-castrista.
Las dificultades y escasez de bienes creados y servicios prestados en
Cuba nacieron con la mal llamada "revolución socialista" desde la época
en que la tendencia del dólar por el ciudadano común era el octavo
pecado capital, castigado con la cárcel y la segregación social de los
infractores.
Lo cierto es que a partir del momento en que se respeten en Cuba los
resortes que rigen el mercado y en particular la Ley del Valor (oferta y
demanda, distribución, salarios equilibrados con el costo de la vida,…)
se podrá pensar en eliminar las limitaciones que padecemos actualmente.
No antes.
A modo de conclusión es menester precisar que la eliminación de la doble
moneda: a) no puede perseguir el objetivo de elevar los salarios sin
vincularlos con el incremento de la productividad, la eficiencia y la
producción, pues se crearía mayor desabastecimiento; b) puede mejorar la
eficiencia económica y promover el desarrollo, pero por sí misma no
creará nuevas riquezas; y c) los cambios que se operen no pueden
depender de una decisión puramente administrativa sino de la fortaleza,
crecimiento y eficiencia de la economía cubana en sí y de conjunto con
los cambios estructurales que urge sean implementados.
BIBLIOGRAFÍA ACTIVA CONSULTADA.
(1.-) Vidal Alejandro, Pável. "Los salarios, los precios,…"
(2.-) Cuba Monthly Report. May 2008.
(3.-) Montreal, Pedro. "El problema económico en Cuba".
(4.-) a la (10.) Otras bibliografías pasivas consultadas.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=39266
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