Empresarios de EEUU se quejan de que La Habana los seduce, pero luego
les tira la puerta en la cara
AGENCIAS | La Habana | 1 de Noviembre de 2016 - 13:40 CET.
Durante un tiempo, Saúl Berenthal y Horace Clemmons fueron el rostro del
deshielo en las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba.
Los empresarios captaron encabezados noticiosos en todo el mundo al
conseguir el permiso del Gobierno de Barack Obama para establecer la
primera fábrica estadounidense en Cuba desde 1959, reporta la AP. Las
autoridades cubanas elogiaron sus planes de armar tractores pequeños en
la Zona Especial de Desarrollo Mariel, al oeste de La Habana.
Pero después de más de un año de cortejo, el Gobierno cubano le dijo a
Berenthal y Clemmons que abandonaran sus planes de ensamblar tractores
en Cuba, sin darles ninguna explicación, dijo Berenthal el lunes.
Hace mes y medio, los primeros tractores comenzaron a salir de la línea
de ensamblado... pero en el poblado de Fyffe, en Alabama, que tiene unos
1.000 habitantes.
"La producción de los tractores en Mariel no iba a ocurrir", dijo Berenthal.
Tras dos años de la campaña de Obama para normalizar las relaciones con
La Habana, su iniciativa encaminada a ampliar los vínculos económicos
está dando pocos resultados. Salvo algunos acuerdos llamativos para
grandes marcas estadounidenses, el comercio formal entre los dos países
sigue siendo mínimo.
El ánimo está apagado entre las compañías estadounidenses que exponen
sus productos y servicios en la Feria Internacional de La Habana, la
mayor de la Isla. Mientras el Gobierno cubano anuncia con fanfarrias los
nuevos acuerdos alcanzados con Rusia y Japón, los representantes
corporativos estadounidenses a cargo de puestos de exhibición en un
pabellón compartido con Puerto Rico dijeron que ven pocas perspectivas a
corto plazo para hacer negocios en Cuba.
"Sabemos que tenemos que estar aquí, mostrar nuestra disposición de
estar aquí", dijo Diego Aldunate, director para Latinoamérica de las
pinturas Rust-Oleum, con sede en Illinois.
Él y un colega, Óscar Rubio, indicaron que estaban aguardando que
posibles clientes del pequeño sector de cooperativas se detuvieran en su
puesto de exhibición, pero para media tarde no había llegado nadie.
El Gobierno cubano mantiene un monopolio en las importaciones y
exportaciones, y en prácticamente todas las ventas de productos dentro
del país, lo que convierte a la burocracia estatal en el árbitro final
de los negocios que se concretan.
"Lo complicado es que el distribuidor es el Gobierno y no sabemos cómo
va a funcionar", dijo Rubio.
Obama ha implementado seis rondas de regulaciones que perforan el
embargo comercial que Estados Unidos le impuso a Cuba hace medio siglo.
Las flexibilizaciones permiten importaciones y exportaciones, ventas al
Gobierno cubano e inversión estadounidense limitada en la Isla. La
Habana ha autorizado que operen en su territorio los hoteles Starwood,
el servicio de reserva de viviendas Airbnb y 10 aerolíneas de Estados
Unidos.
Las autoridades cubanas señalan a las cláusulas restantes del embargo
como el verdadero obstáculo a un mayor comercio con el país norteamericano.
"El bloqueo (…) provoca grandes daños al pueblo cubano y es el principal
obstáculo en el proceso hacia la normalización de relaciones entre Cuba
y Estados Unidos", insistió este lunes el ministro de Comercio Exterior,
Rodrigo Malmierca, en la ceremonia inaugural de la feria.
Los observadores hacen notar que el pequeño pero creciente sector
privado de Cuba ha podido florecer y producir decenas de miles de
empleos a pesar de las constricciones del embargo. Una cantidad no
calculada de millones de dólares ha fluido a Cuba en los últimos dos
años y ha financiado miles de nuevos hostales pequeños con desayuno
incluido y decenas de nuevos restaurantes a medida que el deshielo con
Estados Unidos desata un auge en el turismo hacia la Isla.
Algunos ven el estancamiento del comercio oficial con los
estadounidenses como una decisión consciente del Gobierno cubano para
limitar la relación a unos pocos mordiscos de alto perfil a la manzana,
mientras canaliza la mayoría de los negocios hacia compañías europeas y
asiáticas con el fin de mantener a la comunidad empresarial
norteamericana hambrienta y presionar al Congreso para que ponga fin al
embargo.
"El Gobierno cubano está utilizando el interés que tienen las empresas
estadounidenses como el cebo para atraer el interés de las compañías de
otros países", dijo John Kavulich del Consejo Económico y Comercial
Estados Unidos-Cuba, un grupo privado que produce análisis —escépticos,
en su mayoría— sobre las perspectivas de comercio entre ambos países.
"El Gobierno cubano está diciendo: 'No le demos nada más de lo
absolutamente necesario a las compañías estadounidenses', de forma que
las empresas sigan salivando a la espera de oportunidades potenciales
ilusorias. Hay más inspiración y aspiración que realidad", agregó.
Source: Empresarios de EEUU se quejan de que La Habana los seduce, pero
luego les tira la puerta en la cara | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1478000410_26402.html
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