El principio del fin de la revolución cubana
GUILLERMO I. MARTÍNEZ
Pocas veces desde que Fidel Castro asumió el poder las estrellas se han
alineado con tanta precisión para uno poder pensar que el fin de la
Revolución comunista de Cuba puede estar en un futuro no muy lejano.
Es cierto que los milicianos de Castro pudieron derrotar a los miembros
de la
Brigada 2506 en abril de 1961. Y eso fue porque el gobierno americano no
cumplió su promesa de apoyar a los invasores.
Pasaron tres décadas y cayeron la Unión Soviética y sus países
satélites. Cuba se vio en aprietos. Tuvieron que vivir un periodo
especial. Pero los Castros tuvieron suerte y Hugo Chávez ordenó que se
le vendiera a Cuba petróleo venezolano a precios especiales. Precios que
permitieron a Cuba suplir sus necesidades y vender el resto para obtener
las divisas necesarias.
Varias veces pensamos que el final de la Revolución Cubana estaba al
borde del abismo. Pero todos nos equivocamos. Siempre nos falló algo.
Creo que esta vez las cosas son diferentes.
La muerte de Fidel a los 90 años es un golpe muy duro para Cuba. Fidel
era el caudillo y el líder de la Revolución. No importa que hace más de
ocho años pasara la presidencia a Raúl, su hermano menor. Raúl no tiene
el temperamento ni el carisma de su hermano.
Hay que dejar a los historiadores que estudien precisamente cuando fue
que Fidel –aun enfermo– dejara de aconsejar o hasta vetar ideas de Raúl.
Se sabe que en diciembre del 2014 Raúl acordara la proposición del
presidente de Estados Unidos Barack Obama para reanudar las relaciones
diplomáticas con Cuba. En ese entonces se dijo que Fidel no estaba de
acuerdo.
Pero Raúl no pudo de decir que no. Obama daba, daba y volvía a dar
prebendas a Cuba. Y Raúl a cambio siempre repetía que nada haría cambiar
la revolución. Cuba era y sería siempre socialista. A Obama no le
importaba y seguía dándole prebendas a Cuba.
Obama le daba todo lo que no prohibía explícitamente el embargo aprobado
por el Congreso de Estados Unidos. Obama daba regalos a Raúl por medio
de acciones ejecutivas, directrices que no llegaban nunca a violar el
embargo, aunque muchas de ellas le picaron bien cerca.
Pero ahora las cosas y la política han cambiado y Cuba está nuevamente
al borde del abismo. Pocos días antes de que falleciera Fidel Castro, el
pueblo americano eligió presidente a Donald Trump, un magnate y
candidato del Partido Republicano, que dijo que eliminaría todas las
dádivas a Cuba. Lo dijo en Miami, y en frente de la Brigada 2506 que
todo lo que Obama había dado por órdenes ejecutivas a Cuba, él las
eliminaría de la misma forma.
Ahora sin Fidel, Raúl va a tener que hilar muy fino. O empieza a darle
cosas a los Estados Unidos o va a tener problemas económicos y políticos
superiores a muchos de los que tuvo que sobrellevar con la caída de la
Unión Soviética. El precio del petróleo se ha desplomado y Venezuela ya
no puede ayudar tanto.
Nicolás Maduro tiene primero que preocuparse por darle de comer y
proporcionarle cuidado médico y medicinas al pueblo venezolano. Va a
poder darle muy poco a Cuba.
La muerte de Fidel no es el fin de la revolución; pero sí es el
principio del fin de la misma. Cuba será libre y muy pronto. Eso es
porque Fidel acaba de morir días después que Trump fuese electo
presidente de los Estados Unidos.
Periodista cubanoamericano, residente en el sur de la Florida.
Guimar123@gmail.com
Source: El principio del fin de la revolución cubana | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article117507103.html
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