Negociaciones sin destino
AMÉRICO MARTÍN
En un libro de más de mil páginas –Mis Memorias, editorial Atlántida
S.A. 1979– Henry Kissinger resume con brillo su desempeño personal como
asesor de seguridad nacional y consejero privilegiado del presidente
Nixon. La obra desentraña las intimidades de la política y es muy útil
para quienes aspiren dirigir cualquier Estado, mucho más uno de la
extrema complejidad de la potencia norteamericana.
Me propongo comentar de seguidas la entrevista celebrada en Haití entre
el experimentado Tom Shannon y el preocupado Diosdado Cabello, y
conviene saber si hay hábitos diplomáticos estadounidenses que permitan
entender mejor el tramado de la parte norteamericana
Kissinger vierte consejos en general muy interesantes, pero de los que
se relacionan con el asunto de esta columna, resaltaré solo dos:
1) Cuando vayas a negociar, asegúrate de estar en la posición más fuerte.
2) No concedas nunca algo a cambio de nada.
Probablemente ambos criterios formen parte de una doctrina
norteamericana de negociación que Shannon tendría presente en su trato
con los enviados del gobierno venezolano. El "fuerte" es él. La
sedicente revolución se debilita con rapidez a la vista del mundo entero.
El modelo chavista naufraga y su base social se esfuma. Fijada
finalmente la fecha de las parlamentarias, obviamente por la gran
presión internacional que exige elecciones creíbles y con supervisión
calificada internacional, Maduro, muy dado a disparatar, declaró en
forma tan amarga, tan cargada de despecho, que hasta el más
incondicional de sus leales debió percibir el aire de derrota que lo
embarga. Y no solo eso: al igual que las hermanas fatídicas confundieron
a Macbeth, los diabólicos signos de la crisis de su modelo indujeron a
Maduro a asegurar que él, sí, él, saldría de primero a la calle para
impedir que la "derecha" tome el control de la Asamblea. Sugiere así por
adelantado que el pueblo le propinará una derrota. ¡Y no obstante, en
nombre de ese pueblo que en su criterio sufragará por la oposición,
rechazará con los puños alzados semejante voto!
Shannon no solo representa a una gran potencia en trance de superar
dificultades, sino que las instituciones de su país tienen contra la
pared a altos funcionarios del chavismo, entre los cuales sobresale el
diputado-negociador.
Se desconoce la agenda de la negociación, ¡pero vamos hombre! aparte de
exageraciones retóricas, a la parte madurista, en su visible retroceso,
ni siquiera le está dado amenazar con restricciones petroleras a un
cliente envuelto en un auge productivo y tanteando si revoca la ley que
le impedía exportar hidrocarburos. Tampoco puede el madurismo reclutar
muchos amigos en campañas contra el imperio "financiador de magnicidios"
Muy pocos le creen ya, aparte de la agonía económico-social venezolana y
su desolador aislamiento internacional. Irónicamente, parece
estabilizarse la negociación de EEUU con Cuba que podría quizás cambiar
el mapa político continental.
El fuerte, repito, es Estados Unidos; el débil, Venezuela.
Sigamos con la segunda regla, la de "no dar algo a cambio de nada".
Cualquiera fuera lo ofrecido en su primera entrevista con el jaqueado
Maduro, Shannon había pedido libertad de presos y transparencia
electoral. Con un clamor planetario fluyendo en la misma dirección, no
hay razón para que esos puntos no sean reiterados, tal vez junto a temas
como China, deuda, indemnizaciones y liberación económica, que ya asoma
en la relación cubano-norteamericana.
Entre muchas conjeturas no falta quien afirme que en Haití se inició una
amplia negociación entre EEUU, Cuba y Brasil, todos de muchas maneras
relacionados con Venezuela, cuyo destino estarían decidiendo sin
participación del afectado. La teoría es ingeniosa, la coincidencia
básica sería impedir decisiones extremistas de una y la otra parte
enfrentadas en la tierra del Libertador, quien por cierto no tiene culpa
de las decisiones adoptadas por quienes usufructúan alevosamente su
nombre. Maduro-Diosdado deberán ceder en materias básicas que de todas
maneras ya no pueden evitar, tales como: elecciones, amnistía, cese de
la represión, esperando permanecer en el mando y ser exonerados del
dictamen imparcial de la Justicia, sobre todo algunos del entorno con
sus causas en proceso. Sin embargo en ese país el poder Judicial es
independiente. Si lo sabrá Richard Nixon.
Tendrían que renunciar a lo que sea el modelo socialista siglo XXI y a
la retórica violenta que lo adorna. Dado que la gestión emprendida por
Hugo Chávez ha fracasado en forma inapelable e irreparable, de lo que se
trataría es de repetir la argucia del socialismo de mercado actualizada
por Deng Xiaoping y ahora por la reforma hecha aprobar por Raúl Castro
en el VI Congreso del PCC celebrado en abril 2012. Capitalismo con
fachada socialista y atuendo dictatorial. Créanme, eso no va a
funcionar. No lo hará en Cuba y ha comenzado a agrietarse en la propia
China. Y no por el nombre. Cada uno puede autodenominarse como quiera,
socialista, positivista, rosacruz o María del Valle, sino porque no
puede sostenerse indefinidamente un sistema montado sobre la violación
de los derechos humanos.
Podríamos fantasear. Víctimas de su ácida retórica, los actuales dueños
del poder imaginarán que la victoria electoral de la unidad opositora
convertiría a los perseguidos de hoy en perseguidores de mañana.
¿Querrán protección imperial?
Eso no funciona, no lo aceptaría la Venezuela democrática ni tampoco es
necesario, porque alcanzado el triunfo y cobrando impulso el cambio
esperado, los venezolanos construirán una democracia próspera y
soberana; una democracia para todos, sin exclusiones, aunque sin
perjuicio de la justicia. Porque si la venganza se entronizara, el
círculo infernal de la violencia no terminaría jamás
Y esa es una lección, señores, bien aprendida por todos nosotros.
Source: AMÉRICO MARTÍN: Negociaciones sin destino | El Nuevo Herald El
Nuevo Herald - http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article25523596.html
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