[06-04-2012]
Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión
(www.miscelaneasdecuba.net).- Aunque en la mayoría de las ciudades y
pueblos de las provincias cubanas, exista un parque con una glorieta,
reminiscencia de los poblados peninsulares, pocos son tan conocidos hoy
mismo como el de Guanajay, en la actual provincia de Artemisa.
Este parque fue el espacio público escogido por un profesional cubano,
joven, armado con la razón que una difícil existencia convierte en
emergencia y la dispara hacia el blanco que es la sinrazón estatal de no
escuchar a los Otros.
Resulta que durante unos 28 días, un ciudadano cubano, médico de
profesión, nombrado Jeovany Jiménez Vega protagonizó una protesta
personal con riesgo para su vida. Mediante una huelga de hambre, el Dr.
Jiménez Vega, a riesgo de su propia vida a pesar de trabajar para salvar
la de otros, demandó a las autoridades de la Salud Pública que le
restituyeran su derecho a ejercer su profesión.
El domingo 1 de abril, cuando dos funcionarios del Ministerio de Salud
Pública entregaron personalmente la resolución # 185 del referido
organismo que lo restituía en su puesto con el correspondiente
reconocimiento de su título y comunicaron la decisión de pagarle sus
salarios atrasados, la burocracia estatal recibió un golpe ciudadano
evidente.
El ejemplo del Dr. Jiménez Vega puede servir de paradigma para
muchísimos profesionales cubanos, pero para los médicos establece un
patrón de conducta que los obligue a reflexionar.
Uno de los cacareados logros del gobierno cubano y el sistema socialista
impuesto desde hace 50 años, es la gratuidad del sistema de salud
cubano. ¿Pero a costa de quiénes logran esto? Son los profesionales de
la salud quienes sostienen ese sistema a puro pulmón, porque trabajan
por el magro salario que no les alcanza para satisfacer sus necesidades.
Aun peor, es el no ser reconocidos como lo merecen. El Dr. Jiménez Vega
reclamó justamente eso cuando fue despedido sin ningún miramiento por
los burócratas del Ministerio de Salud Pública cubano.
Este médico cubano sólo deseó expresar su opinión acerca de la situación
material de los médicos a quienes se les exige como si ganaran un
salario justo para las horas que dedican a su profesión y los beneficios
que aportan con su trabajo a sus pacientes.
El caso del Dr. Jeovany Jiménez Vega toma entonces una notable
relevancia frente a la propaganda oficial que todas las semanas muestra
a la opinión pública nacional a los médicos y enfermeras que prestan
misión en el extranjero a cambio de unas migajas que el Gobierno cubano
le otorga por brindar su servicio en países de cualquier parte del
mundo, mientras el Estado cubano recoge sus salarios y sobrevive de lo
que le pagan por el envío de estos abnegados profesionales de la salud a
remotos rincones en el extranjero.
El civismo de este médico de Guanajay es un ejemplo de lucha por la
libertad de expresión, la revalorización profesional de sus colegas y
por el respeto que merece todo ciudadano trabajador por el Estado cubano.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=35679
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