Friday, April 6, 2012

Otro subsidio en peligro

Otro subsidio en peligro
Viernes, Abril 6, 2012 | Por Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, abril, www.cubane.org -En el año 2005, ante las
delegadas al V Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el
creador por excelencia de programas para "¿beneficio social?", Fidel
Castro, arremetía contra los viejos equipos electrodomésticos
norteamericanos y soviéticos, de alto consumo de energía, que gracias a
la inventiva del cubano suplieron las necesidades de muchos hogares por
más de 30 o 40 años.

En medio de aquel aquelarre de ahorro de energía montado por el
delirante Castro, cada delegada de la FMC recibió una flamante olla
arrocera. Surgía así la llamada Revolución Energética, afortunadamente
una de sus últimas "geniales ideas" antes de retirarse en 2006. Un
regalito de despedida, como para que no lo olvidáramos nunca.

Los viejos equipos consumidores de energía serían sustituidos por nuevos
y eficientes electrodomésticos fabricados en China. Aunque la medida
gubernamental fue opcional y la nueva "revolución" consistía simplemente
en venderles a las personas, al contado o a crédito, los nuevos
aparaticos –previa entrega de los viejos equipos satanizados-, muy pocas
familias se resistieron a la novedad y las presiones.

En marzo de ese mismo año, Fidel Castro daba curso al llamado "Pacto
Social", una medida que despojó a muchas familias cubanas de los
contratos para acceder al gas licuado cada 24 ó 30 días, también a la
cuota de queroseno racionado vendido mediante la libreta de
racionamientos. De esta manera, el uso de ambos combustibles quedaba
prácticamente eliminado y los viejos equipos que con ellos funcionaban
eran sustituidos por electrodomésticos. El desembolso familiar por el
nuevo "modulo" que incluía una olla arrocera, una olla frijolera, una
cocinita eléctrica y un calentador, fue de 597 pesos (23 dólares), casi
dos meses de salario promedio.

Después de siete años, y con miles de deudores morosos en los pagos de
sus créditos, montañas de electrodomésticos chinos destartalados por su
mala calidad, falta de piezas de repuestos, reparaciones "estatales" a
precios prohibitivos y el aumento de la tarifa eléctrica, este capítulo
de la desastrosa Revolución Energética, otra de las muchísimas
"brillantes ideas" del Comandante, parece estar llegando a su fin.

En cambio, algo nuevo se cuece en las alturas. Desde mediado de 2011 la
comercializadora estatal de combustibles CUPET, prevé eliminar el
subsidio del gas licuado, el combustible doméstico más demandado en Cuba.

Aunque los pronósticos del expresidente Fidel Castro hablaban de ahorro
energético, comodidad y frijoles ablandados en tiempo record, la
realidad fue que la familia cubana terminó gastando más dinero en
electricidad y con un montón de cacharros de malísima calidad que
comenzaron a romperse tan rápidamente como nos prometieron que se
ablandarían los frijoles. La venta del gas licuado se mantiene hasta hoy
en los vericuetos de la ilegalidad. El precio de la llamada balita de
gas o calabaza, en el mercado informal, oscila entre 120 y 150 pesos
(casi 8 dólares), equivalentes a dos semanas de salario para la mayoría
de los cubanos.

Un segmento, en el Noticiero Nacional de Televisión (NTV) del martes 3
de abril, a cargo de la periodista oficialista Talía González, dejó
claro que el mercado informal, que se abastece gracias a la rampante
corrupción que impera en todo el país, es el gran beneficiado con la
eliminación de los contratos de gas licuado ideada por nuestro infalible
Comandante jubilado. "Lo más lamentable es que al no tener otra opción,
muchos consumidores prefieren que continúe la venta de gas en el mercado
negro", descubrió la sagaz Talía.

Como quien no quiere la cosa, la periodista sugirió: "Ante ese panorama,
sería beneficioso poner en práctica, a corto plazo, uno de los
lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido, sobre la venta
liberada de combustible doméstico y de otras tecnologías de cocción, a
precios no subsidiados".

De nuevo, el pueblo es el gran perdedor que termina pagando los errores
(jamás reconocidos) de los "iluminados" que desde hace medio siglo guían
a los cubanos por los caminos del socialismo.

El costo de una balita de gas, oscila entre 11 y 14 dólares. Sin
embargo, los clientes que mantienen contratos de gas con CUPET, pagan
solamente 7 pesos por balita (0.35 centavos de dólar).

Ahora que el gobierno cubano se prepara para eliminar este otro
"subsidio", queda por ver, cuál será el precio de una balita "liberada"
de gas. Aunque sabemos de antemano quien será el gran perdedor.

Otro subsidio está en peligro y el comandante de las "regalías" y los
"proyectos de beneficio social", está reflexionando, fuera de combate,
incapaz de defenderlo. En cuanto a las "otras tecnologías de cocción a
precios no subsidiados" (vaya frasecita rimbombante para llamar a una
hornilla) a que se refiere Talía González, ya Raúl Castro se ha
encargado de colocarlas en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD)
para que la pague el que tenga moneda convertible, cuando le llegue la
remesa mensual desde Miami.

odelinalfonso@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/otro-subsidio-en-peligro/

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