Thursday, August 20, 2015

Corrupción, una pelea del gobierno contra sí mismo

Corrupción, una pelea del gobierno contra sí mismo
El oficialismo niega que la corrupción esté relacionada con el régimen,
sino más bien con nuestra génesis como nación
miércoles, agosto 19, 2015 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba.- Hace unos días, el sitio oficialista Cubahora, que se
anuncia como la primera revista cubana insertada en el escenario
mediático de Internet, volvió a tratar el tema de la corrupción, siempre
a la mañosa manera de la prensa gubernamental.

Ya que no pueden cambiar la realidad, los caciques parecen haber optado
por cambiar la forma de abordarla mediante sus espacios de propaganda
política hacia el exterior. En este caso, el texto "Corrupción: una
pelea cubana contra los demonios", firmado por José A. Fernández
Salazar, recurre a la hipótesis de que las prácticas corruptas que
sufrimos hoy no nacieron con el régimen, ni son compatibles con su
ideario, sino que forman parte de nuestra génesis como nación.

"Cuando en 1510 los españoles comenzaron la colonización de Cuba,
trajeron también en sus carabelas el fantasma de la corrupción…", dice
Fernández Salazar. Y no le falta razón. Como tampoco le falta cuando
describe algunas de las causas y pormenores de esta endemia en las
circunstancias actuales. No obstante, se equivoca (prefiere equivocarse
quizá) al ignorar dos cuestiones cardinales: a) que nunca antes en la
historia de nuestro país, desde los tiempos coloniales, la corrupción
permeó y pudrió como hoy todas las estructuras económico-sociales,
estando a cargo, con mando absoluto y sin contrapartidas
institucionales; b) que mientras en otros tiempos (o en otras naciones
hoy mismo) la corrupción actúa como excrecencia, entre nosotros se
presenta orgánica y sistémica, sustituye al trabajo y a su agente
natural, la eficacia económica.

Es un fenómeno tal vez sin precedentes en el mundo, o al menos no los
tiene en nuestra historia, aun cuando retrocedamos a buscarlos entre las
carabelas españolas.

Como las hordas invasoras de Atila o las de Pánfilo de Narváez, los
rebeldes de la Sierra Maestra llegaron a La Habana y se adueñaron, para
su uso privado, de las residencias, los automóviles y otras muchas
posesiones de los ricos cuya ciudad habían conquistado a la brava. Esa y
no otra es la raíz del muy particular caos corrupto que hoy pudre todo
el tejido socio-económico en nuestro país.

Cada proceder, cada discurso, cada ley del gobierno revolucionario,
durante más de medio siglo, no han sido sino expresión de aquella
apropiación invasora. Atila o Pánfilo de Narváez no dispusieron jamás de
tanto tiempo ni de tan ilimitadas oportunidades para exprimir hasta el
hueso los territorios conquistados. El poder absoluto corrompe
absolutamente. Y son pocas las aventuras de conquistas en las que el
vencedor fue favorecido con tan absoluto dominio.

Sin embargo, junto al énfasis que pone el texto de Cubahora en cuanto a
la muy vieja data de la corrupción que sufrimos, también insiste en que
"la Revolución Cubana asestó el primer golpe contundente a este fenómeno
y comenzó a revalorizar los ideales martianos y la tradición histórica
del país alrededor de la honradez, la sinceridad y otros valores
preservados por las familias cubanas".

Sería para sonreír si el asunto no fuese tan grave. También provoca una
inevitable sonrisa que entre las políticas adoptadas por el régimen para
combatir la corrupción y fortalecer la institucionalidad, el texto de
marras mencione la creación de la Contraloría General de la República,
una entidad que viene siendo más fantasma que aquel que vino en la
calaveras de los españoles.

Guiarse por el número de funcionarios, administradores y aun de
ministros que fueron sustituidos, para concluir que el régimen cubano
está librando una exitosa pelea contra la corrupción, no solamente es
erróneo, también es un error muy ingenuo. La única manera de avanzar más
o menos convincentemente en el control de las prácticas corruptas -que
ya forman parte de nuestra idiosincrasia, de nuestras nuevas
tradiciones- es partiendo de un cambio radical en las estructuras
políticas. Pero eso, desde luego, no lo contempla Cubahora.

Source: Corrupción, una pelea del gobierno contra sí mismo | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/corrupcion-una-pelea-del-gobierno-contra-si-mismo/

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