Se buscan estrellas
IVÁN GARCÍA | La Habana | 29 Ago 2015 - 6:49 am.
La temporada local, que comienza hoy, se ha transformado en un circuito
de desarrollo silencioso de las Grandes Ligas.
Me pregunto si todavía existen niños en Cuba que coleccionan cromos o
postalitas de su novena favorita, juegan encendidos pitenes de cuatro
esquinas con una pelota de tenis rasurada hasta el casco, o se van a la
cama molestos cuando su equipo cae derrotado.
Puede que queden algunos. Pero en este siglo XXI, es raro ver jugar a la
chapa en las calles de La Habana. Y a punto de arrancar la 55 Serie
Nacional de Béisbol, muy pocos conocen el róster completo de su
selección favorita.
Ya la gente en la Isla no discute de pelota. Hay que ser un freaky
empedernido o un especialista para dominar las cualidades de los
peloteros sin caché que debutan esta temporada.
Más de la mitad de las nóminas de los conjuntos están integradas por
peloteros novatos o de segundo y tercer año. Los de mayor proyección ya
saltaron la tapia.
La temporada local se ha transformado en una liga de desarrollo
silenciosa de la MLB. No creo que ningún dueño de equipo en Grandes
Ligas soñó jamás tener 16 novenas a su disposición sin invertir un centavo.
Entre el embargo económico de Estados Unidos, que impide a los peloteros
cubanos firmar en la MLB sin tener que marcharse del país, y las
monumentales tonterías ideológicas del régimen que convirtió al deporte
en propaganda política, sacando cuentas de bodeguero, casi un millar de
peloteros escaparon del "paraíso de obreros y campesinos" en los últimos
25 años.
No hay quien pare el éxodo. Ni los hermanos Castro ni Dios. Por la
mañana abanderan a los equipos en una de las muchas plazas que existen
en Cuba, para escuchar la cansona monserga pseudopatriótica, y un par de
días después, los peloteros huyen rumbo al norte en cualquier cosa que
flote.
Hay indicios evidentes del naufragio de esa historia que una vez se
llamó "revolución cubana". Desde infraestructuras del cuarto mundo y
golpizas a disidentes hasta el anacronismo de mal gusto que resulta
recordar a Fidel Castro en un debate callejero.
También hablar de pelota es casi una excentricidad. Los fanáticos
incorregibles al deporte, cuando se cansan de charlar de las ligas
europeas de fútbol, el regreso de Usain Bolt, los triunfos de Denia
Caballero y Yarisley Silva en el Mundial de Atletismo y la infinita
discusión de si La Pulga es superior a CR7, se acuerdan, si es que se
acuerdan, que la Serie Nacional de Béisbol comienza este sábado 29 de
agosto.
55 Serie Nacional
¿Qué se puede esperar del certamen? Bastante poco. La buena noticia es
que los vagos, jubilados y alumnos que no entran a clases vespertinas en
secundaria y preuniversitario, pueden acudir a los estadios a las dos de
la tarde, a matar el tiempo.
Como sedante, la pelota es una buena medicina. Durante tres horas
olvidas que no hay dinero para comprar un par de zapatos o que en el
congelador del refrigerador solo hay hielo.
La mala noticia es que verán juegos pésimos. El aficionado se insultará
con los disparates a granel de los manager y los groseros errores
estratégicos y al guante de los peloteros.
Tiros a la base incorrecta. Toques de pelota fallidos. Lanzadores que
tiran más bolas que strikes. Y peloteros tan flacos que parecen recién
llegados de un país africano con hambruna devastadora.
Las grandes estrellas se pueden contar con los dedos de una mano. Y
sobran dedos. El resto de los jugadores va de un extremo a otro.
Peloteros veteranos como Carlos Tabares o Alexander Malleta, de calidad
indiscutible, pero a quienes, por su edad, ya se les marchó el último
tren con destino a la Yuma.
Al otro lado de la mesa están los jugadores bisoños. Que cada año que
pasa son más, señal de inestabilidad en la temporada local.
No por tener el almanaque en el bolsillo quiere decir que tengan
talento. Que los hay. Pero muchos jóvenes han llegado a Series
Nacionales gracias al vacío dejado por innumerables fugas.
En la próxima campaña, cualquier equipo puede ser campeón. Las novenas
menos malas son Ciego de Ávila, Granma y Matanzas. Ciego ha podido
mantener la misma nómina del año pasado.
Igual que los mulos de Granma. Aunque en esta versión casi toda la
temporada estará ausente Alfredo Despaigne, jugando en la liga
profesional de Japón.
Matanzas ha sufrido por la fuga de varios peloteros, pero Víctor Mesa ha
pasado el cepillo por toda la Isla, requisando jugadores insípidos que
complementen su novena.
Si me apuran a un pronóstico, me inclino por Ciego de Ávila. Aunque,
como ya es tradición, los equipos van perdiendo jugadores en medio de la
temporada.
La novedad de esta edición es que comienza en el mes de agosto. Jugar
con 33 grados bajo el sol y las gradas vacías no es precisamente
agradable para un atleta. Pero es lo que hay.
En un país donde en cifras solo crecen los viejos y el marabú, la
pelota, orgullo de antaño, amenaza con convertirse en un ripio. Si ya no
lo es.
Source: Se buscan estrellas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/deportes/1440691584_16583.html
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