Dagoberto Valdés: "Lo que está sucediendo en Cuba es que el proyecto
oficial está terminado"
Por: Claudia Peiró cpeiro@infobae.com
El líder católico opositor cubano habló con Infobae sobre el
protagonismo de la Iglesia en la transición de un régimen cuyo fracaso
se mide en que "la inmensa mayoría de los jóvenes se quiere ir"
Reconocido intelectual católico y opositor al gobierno de su país,
Dagoberto Valdés Hernández visitó la Argentina para participar de una
conferencia por el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del
Totalitarismo, invitado por CADAL (Centro para la Apertura y el
Desarrollo de América Latina).
Valdés vive en Pinar del Río, donde dirige el Centro de Estudios
Convivencia y la revista del mismo nombre. Es promotor y miembro de un
flamante foro, el Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana, que reúne
a varios destacados referentes de la oposición al régimen, como
Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer, Manuel Cuesta Morúa, Reinaldo
Escobar y Yoani Sánchez, entre otros.
A continuación, la charla completa con Dagoberto Valdés durante su
visita a la redacción de Infobae (y un extracto en el video).
-A partir de la decisión de Estados Unidos y Cuba de restablecer las
relaciones diplomáticas, existe mucha expectativa de que ese
acontecimiento marque un quiebre y las cosas empiecen a cambiar en Cuba.
¿Será así?
Hay dos niveles de expectativas, una la del pueblo sencillo, que siempre
ha sido un poco mesiánico y piensa que las soluciones de Cuba vienen
desde afuera. En un tiempo de los soviéticos, luego de Venezuela, ahora
de los (norte) americanos. Evidentemente esas expectativas están por
encima de cualquier realidad, de cualquier cálculo. Después, están las
personas más conscientes y comprometidas de la sociedad y parte de la
sociedad civil organizada que sabemos que lo que ha ocurrido es un juego
de intereses, en el que los empresarios, los agricultores, y el lobby
del mercado están presionando a (Barack) Obama para llegar a tiempo y
antes que la Unión Europea.
Nuestra evaluación, desde la sociedad civil independiente de Cuba, es
que esto ha provocado un impacto político inédito en la historia de la
Revolución. Todos los sistemas totalitarios necesitan un enemigo
externo, para cohesionar supuestamente al país, entonces resulta ser que
el enemigo histórico externo que es el imperialismo yanqui, como ellos
lo llaman, ahora es amigo del gobierno, por lo tanto se terminó la
narrativa de la confrontación, se terminó el pretexto de ciudad sitiada,
de nación sitiada, y a nosotros los disidentes, los opositores, miembros
de la sociedad civil, ya no pueden catalogarnos como alineados al
enemigo. Esto ha creado un reto, un desafío, tanto para el gobierno
cubano, que ha perdido el discurso, como para la sociedad civil que debe
ubicarse en un nuevo escenario.
Persiste sin embargo la discusión sobre si este "bloqueo", que en
realidad es un embargo y además parcial, debe o no levantarse. ¿Cuál es
su posición?
Desde siempre la postura de la revista Convivencia y del Centro de
Estudios ha sido que esto no es más que un pretexto para esconder la
ineficiencia del sistema político y económico cubano; segundo, que era
una especie de tabú que establecía la historia de David y Goliat,
entonces cualquier nación que se pusiera del lado de los derechos
humanos y de la sociedad civil en Cuba se alineaba con Goliat en contra
del pobre David sitiado. Esto ha terminado y ahora el gobierno no tendrá
cómo explicar su ineficiencia.
-Internamente, el régimen sigue manteniendo un control férreo sobre la
prensa y la política, porque hay un solo partido permitido, y
organizaciones como el foro que usted integra no son reconocidas...
¿Cree que eso va a cambiar? ¿De qué depende que eso cambie?
Depende de nosotros mismos. La apertura gradual de los espacios a la
sociedad civil y de la oposición política depende de nosotros mismos.
Ningún sistema autoritario, totalitario, concede por voluntad política
sino que tolera por necesidad política. Lo que está sucediendo en Cuba
es que el proyecto oficial está terminado, es decir que el Gobierno
necesita mostrarle al mundo que está cambiando, pero no lo puede hacer
de manera oscura u opaca porque el mundo de hoy está transparentado
gracias a medios, como ustedes y otros, y también dentro de Cuba, 14 y
medio, Convivencia, las agencias de prensa, que ya hay, los tweets...
Entonces es imposible dar una imagen para afuera y hacer otra cosa adentro.
Esto ha ido permitiendo que nosotros, la sociedad civil, vayamos
empujando la cerca y este foro -Espacio Abierto de la Sociedad Civil
Cubana- ha conseguido por primera vez en Cuba un consenso de un grupo de
organizaciones, las más significativas, que han logrado reunirse
periódicamente, emitir sus declaraciones, llegar a cuatro puntos de
consenso, como primer paso mínimo de unidad en la sociedad cubana. Y
esto el gobierno o lo tolera o lo reprime, como está reprimiendo a las
Damas de Blanco y a otros opositores en la calle, pero eso a un costo
mediático que no pueden soportar mucho tiempo
-¿Cuáles son esos 4 puntos de consenso?
Primero, el fin del presidio político y de la represión; segundo, el
reconocimiento de la legitimidad sociedad civil como interlocutora
valida. Es lo que ha sucedido ahora con (la visita del vicepresidente de
los EEUU, John) Kerry. El tercero es la ratificación de los pactos de
derechos humanos de la ONU, de los que Cuba es signataria pero que no ha
ratificado ni implementado en la legislación cubana; y cuarto, una
reforma constitucional que cambie el artículo 5 que hace de Cuba un país
de partido único, permita el pluralismo, el pluripartidismo y abra las
puertas a unas elecciones libres competitivas y limpias.
-Ustedes difunden estas noticias en sus sitios web. Pero el cubano,
masivamente, ¿tiene acceso a la información por Internet?
Es un porciento muy limitado de la sociedad el que tiene acceso a esas
cosas, pero cada vez más, sobre todo entre los jóvenes, se busca la
manera: un familiar que les mande un teléfono inteligente o entran en
los espacios permitidos y pagados que el gobierno tiene. Ahora han
instalado wi-fi en algunos parques, que se han convertido así en lugares
de concentración de muchos jóvenes, de la familia, que se reúne primero
para hablar con sus familiares que están en el exterior, porque había
una incomunicación tremenda, y segundo, cuando ya se satisface la
necesidad familiar, pues empiezan a busca información, deportiva,
cultural, política, y entonces entran a nuestras páginas.
A distancia, se tiene la sensación de que hay una gran pasividad en la
gente respecto al régimen. ¿A qué se debe esto?
Tiene que ver con cinco décadas de control estatal. Pero no a través de
la policía. El asunto es que en Cuba hasta hace poco hubo un solo
empleador que es el Estado. Entonces si una persona quiere rebelarse
pierde el trabajo de ese único empleador y no puede acudir a otra
empresa o negocio para que lo empleen, luego, somete a su familia a la
necesidad y al hambre. Ahora ha surgido el trabajo por cuenta propia y
es la primera vez que una persona que tiene su propio negocio no depende
del empleador. Por eso uno ahora ve más inconformidad, se habla con
menos miedo en la calle, la gente expresa más; en realidad hay una
oposición no ideologizada, no política, que es la que nace de las
necesidades cotidianas del pueblo. Y ese es un partido mayoritario.
-A usted mismo le pasó eso, porque siendo ingeniero, tuvo que trabajar
diez años como peón rural...
Sí, porque yo fundé un Centro de Formación Cívica y una revista que se
llamaba Vitral, que pertenecería a la Iglesia Católica, entonces me
dijeron: o tu puesto de ingeniero en una empresa tabacalera o la
revista, y yo dije "sigo con la revista", y me castigaron diez años y un
mes a trabajos forzados en una carreta y un tractor recogiendo yaguas,
que son las hojas de palma. Al mismo tiempo, durante esos diez años, yo
fui nombrado por el Papa Juan Pablo II como miembro del Pontificio
Consejo de Justicia y Paz, de modo que fueron quizás los diez mejores
años de mi vida, porque tenía un pie en el nivel más bajo del
campesinado cubano y el otro en los salones de Rafael y Miguel Ángel en
El Vaticano. Esto fue para mí un gran aprendizaje y una prueba de que la
inmensa mayoría de los campesinos cubanos no simpatizan con el Estado,
lo veía, me lo decían.
La fe católica ha subsistido a lo largo de estos años de régimen
comunista y ateo. ¿Le sorprende el protagonismo de la Iglesia en esta
transición?
En realidad la Iglesia Católica, y las iglesias evangélicas también, han
sido las únicas instituciones de la sociedad civil que han podido
sobrevivir por todo el tiempo de los 56 años de la Revolución, como una
red capilar que llega hasta el último barrio, el último pueblo de campo.
Segundo, es la única institución que puede dar asistencia social y
programas organizados, a niños para que puedan desayunar en la escuela,
a ancianos para cuidarlos, a enfermos. Tiene ahora pequeños centros de
formación, de computación, de inglés, de filosofía... Y el mismo hecho
de que la Iglesia Católica tenga una doctrina social provoca que los
laicos, a quienes nos corresponde el compromiso social y político,
hayamos tenido una formación que no hubiéramos encontrado en ningún otro
lado. Creo que hay una gran reserva moral entre las iglesias de Cuba
para que se pueda fomentar una sociedad civil con un camino ético a
prueba de la corrupción, de las tentaciones de la sociedad que viene.
Como laico católico, ¿qué expectativas tiene con la visita del Papa?
De la visita del papa argentino. Para nosotros fue una gran noticia que
hubiera un Papa latinoamericano, que hablara nuestro propio idioma y que
se metiera continuamente en los asuntos sociales y políticos, esté uno
de acuerdo o no, sea uno católico o no. La visita de un Papa a cualquier
país crea una turbulencia. El Papa Francisco es el tercer Papa que en 17
años visita un pequeño país comunista con una minoría de practicantes
católicos; esto no tiene otra explicación que no sea la situación
geopolítica de Cuba, y por otro lado la condescendencia de los Papas de
ir a atender a una pequeña grey que ha sido sometida durante más de 50
años a la persecución.
Nosotros tenemos la expectativa de que la visita del Papa a Cuba no sea
sólo de orden político, considerando que es el mediador del acercamiento
de Estados Unidos a Cuba, queremos sí que siga ayudando a la apertura,
pero que no sea como un pasar por Cuba como para tomar algo de Raúl
Castro y presentárselo a Obama, sino también una visita como pastor de
una iglesia que está todavía sufriendo las presiones del Estado. La
segunda expectativa es que el Papa reciba a una representación de la
sociedad civil cubana; el secretario de Estado John Kerry ha sentado un
precedente único en la historia de estos 50 años. Por la mañana izó la
bandera en la representación norteamericana en La Habana y fue recibido
por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, y por la tarde recibió una
delegación de representantes de la sociedad civil de diez miembros entre
los que tuve el honor de estar, pero no para un saludo protocolar sino
para una reunión de trabajo en la que los diez pudimos expresar con toda
responsabilidad todos nuestros criterios acerca del papel de la sociedad
civil y de Estados Unidos como vecino cercano.
¿Qué piensa del hecho de q la mayor parte de los presidentes
latinoamericanos que visitaron Cuba en estos últimos años no se hayan
reunido nunca con los opositores cubanos?
Primero, porque no había antecedentes y los políticos siempre están
mirando si alguien lo hizo antes. Y segundo, porque el gobierno cubano
los amenazaba antes de salir con que si ellos recibían a alguien de la
oposición, la parte oficial no los recibiría. Esto ha ocurrido ya. Pero
no hubo ningún perjuicio de la visita de John Kerry, por el contrario,
nos sentimos muy respetados, escuchados, y él también quiso responder a
interrogantes y preocupaciones nuestras, con relación a la identidad
nacional, a la cultura cubana, a la soberanía ciudadana y a la
influencia de una cultura anglosajona sobre un pequeño país del Caribe,
y esto lo pudimos decir sin problema con toda responsabilidad y
libertad. Por eso creo que en adelante será muy difícil para los
dirigentes de cualquier lugar del mundo justificar por qué no reciben a
una representación de la sociedad civil.
¿Qué esperan los jóvenes cubanos, en general? Y, en particular, ¿hay
jóvenes católicos militantes?
Si me preguntara por proporciones, la inmensa mayoría de los jóvenes
cubanos están por huir, escapar. Hay una famosa película cubana que se
llama Madagascar, se la recomiendo, en la que una madre le dice a su
hija: "niña por qué tú te quieres ir de Cuba?, ¿para adónde te quieres
ir?", "Para Madagascar", responde la niña. "Pero ¿por qué para
Madagascar, tú conoces a alguien en Madagascar?", replica la madre. "No,
yo no sé ni donde queda Madagascar, pero me voy para cualquier lado que
no sea Cuba". Esto es una señal terrible del fracaso del proyecto
socialista en Cuba, los jóvenes no tienen proyecto de vida. Ahora, eso
no es general, hay un grupo significativo y creciente pero todavía
pequeño de jóvenes que se quieren comprometer y quedar en Cuba, entre
ellos jóvenes católicos que debido a su fe cristiana adquieren un
compromiso de permanencia. Claro, es más difícil para quien es padre de
familia permanecer en Cuba sin tener una ayuda de su familia en el
extranjero.
¿Quiere agregar alguna cosa?
Solamente decir que me ha impresionado este diario digital, que quisiera
que en Cuba muy pronto pueda haber algo parecido a Infobae, y esto me lo
llevo a Cuba como un ejemplo de cómo las sociedades pueden tener la
ilusión y la esperanza de que la información y las comunicaciones sean
un poder renovador.
Source: Dagoberto Valdés: Lo que está sucediendo en Cuba es que el
proyecto oficial está terminado | Cuba, Damas de Blanco, Estados Unidos,
Guillermo Fariñas, Iglesia Católica, John Kerry, Papa Francisco, Raúl
Castro, Yoani Sánchez, Dagoberto Valdés Hernández - Infobae -
http://www.infobae.com/2015/08/30/1751699-dagoberto-valdes-lo-que-esta-sucediendo-cuba-es-que-el-proyecto-oficial-esta-terminado
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