Saturday, June 6, 2015

La semana triste de los libreros

La semana triste de los libreros
[03-06-2015 23:24:05]
Misael Aguilar Hernández
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios

(www.miscelaneasdecuba.net).- La semana recién concluida ha dejado una
atmósfera de impotencia y amargura en el ánimo de los libreros de la
Plaza de Armas, en la Habana Vieja. Estos vendedores de libros de uso o
antiguos no solo deben enfrentarse a los altos impuestos que pagan, unos
50 cuc al mes, equivalentes a 1250 cup; sino que también deben hacerlo a
las cada vez más difíciles condiciones en que ejercen su oficio, como:
la escasez de un turismo solvente e interesado en la literatura
nacional, que tuvo su momento de esplendor a finales de los noventa y a
comienzos del presente siglo.
Pese a los altos impuestos que pagan no siempre se respeta su espacio ni
la labor que realizan, cosa que se pone de manifiesto cuando el régimen
sin necesidad aparente organiza actividades en la Plaza de Armas, pues
cuando eso sucede los libreros no pueden colocar sus estantes en la
llamada calle de madera frente al Palacio de los Capitanes Generales; ni
si llueve proteger su mercancía de papel tan sensible al agua en el
amplio portal de dicha construcción ni en el del museo de Ciencias
Naturales. En ocasiones estas prohibiciones llegan al extremo de no
permitir que se coloquen en el espacio acostumbrado si hay actividades
culturales de las instituciones del Estado.

En los últimos tiempos los libreros hacen su trabajo bajo una atmósfera
hostil. La semana que recién concluye es testimonio de ello, pues no
pudieron trabajar el lunes y el martes debido a la presencia en Cuba de
una alta figura política y a la posibilidad de que pudiera visitar la
Plaza de Armas.

Al gobierno parece no agradarle la imagen que inspiran estos libreros
con sus afiches, viejas fotografías y libros de uso, ya que no la
consideran decorosa ni digna de la Revolución. Como si estas vicisitudes
no bastaran, tampoco pudieron trabajar viernes, sábado ni el domingo
porque las autoridades decidieron escoger los alrededores de la Plaza de
Armas para realizar algunos ejercicios.

Era desoladora la imagen este sábado de una Plaza de Armas sin libreros,
sin sus puestos de revistas y libros, porque para el público que pasa
por este lugar la presencia de ellos es una de las cosas que da vida y
atractivo al lugar, convirtiendolo en uno de los sitios más pintorescos
de la Habana Vieja.

Muchos habaneros no conciben la existencia de la vieja plaza sin la
presencia de los estantes de libros, sin los posters cinematográficos,
sin los viejos billetes de antes del 1959, sin las antiguas revistas
cubanas del mundo del espectáculo y sin las borrosas fotografías de los
actores y actrices que llenaron el imaginario de los abuelos y abuelas
del tiempo de la República.

Pero la burocracia militar que le renta este espacio a los libreros no
repara ni tiene tiempo para tales nostalgias, tampoco cree en ellas.
Cada vez son más los obstáculos que crea al trabajo de estas personas,
aun cuando el General Presidente ha hablado una y otra vez de cambiar la
mentalidad.

"Aquí parece que uno paga impuestos para tener el derecho de sentirse
mal "es una frase recurrente en la Plaza de Armas, o aquella de que "El
gobierno nos ve como si fuéramos bandidos" y al parecer es cierta esta
apasionada afirmación, pues desde una de las publicaciones culturales
más importantes de Cuba "El caimán barbudo", se les define como
mercachifles por el periodista Ángel Marqués Dolz, que hace una
descripción pormenorizada de la Plaza de Armas y de sus libreros, donde
desde el mismo título: "El pasado que se vende", se evidencia la
animosidad del autor por estas personas.

Casi al final de su artículo Ángel Marqués escribe "Nacido en y de la
crisis de los noventa, este mercadillo es, por sobre todo una de sus
muchas caras, mostrador y expolio del patrimonio".bDe este número 387 de
la Revista, cayó sobre el ánimo de estos libreros y libreras como el
clásico balde de agua fría.

"Dime tú ahora también somos mercachifles, ese periodista con su escrito
lo que esta es acabando con nosotros y con la comida de nuestras
familias"," Esas fotos que salen en el artículo son viejas de hace más
de un año", dijo una de las mujeres que trabaja allí en la Plaza.

Para estos libreros cada día es una aventura nueva e incierta, sienten
que una atmosfera hostil se cierne sobre ellos, solo quieren que los
dejen trabajar tranquilos.

Source: La semana triste de los libreros - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/556f70753a682e0e40a328fa#.VXMvxM-qqko

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