Wednesday, June 10, 2015

Con qué juegan los niños en Cuba?

¿Con qué juegan los niños en Cuba?
L. L. PADRÓN | La Habana | 10 Jun 2015 - 9:26 am.

'Papá Noel o los Reyes Magos parecen haber renunciado a este país en el
que todo es un problema.'

Cada vez se hace más difícil divertir en Cuba a los más pequeños. Los
pocos parques y otros centros recreativos existen solo para exhibir su
creciente deterioro. Y, al no existir suficientes lugares para el sano
esparcimiento y el entretenimiento, los padres no tienen otra opción que
distraer a sus hijos comprándole juguetes.

Pero Papá Noel o los Reyes Magos parecen haber renunciado a este país en
el que todo es un problema. Algunos niños los esperaban en enero, otros
lo siguen esperando y en las semanas de receso y en vacaciones los
esperan en vano, rehaciendo las carticas. Conservan aún su inocencia,
que poco a poco se va desvaneciendo, esperando que los funcionarios
encargados de surtir las tiendas de juguetes dejen de estafar a sus padres.

Los juguetes en Cuba se han convertido en un artículo de lujo, cada vez
más costosos y de exigua calidad. Resultan un negocio redondo para el
Gobierno, que invierte muy poco en China comprando los artículos
plásticos más baratos que encuentra y que luego comercializa, apelando
al sentimentalismo de los padres, a precios increíbles. Tan malos son
esos juguetes que no parecen haber pasado el control de calidad en sus
fábricas. Son, en resumen, una verdadera estafa.

Sin embargo, de vez en cuando se encuentran en las tiendas cubanas
juguetes raros y valiosos, de prestigiosas compañías como Disney,
Mattel, Fisher Price, Peg-Perego y Chicco. Son juguetes exclusivos que
llegaron a las vidrieras de una única y mística forma, porque no son los
productos chinos que habitualmente se comercializan. Estos son juguetes
de verdad, que sustrajeron de alguna donación de las muchas ONG y que,
en lugar de entregarse en escuelas y hospitales infantiles, terminan a
precios exorbitantes en las tiendas en moneda dura, de los hoteles
mayoritariamente. Ejemplo de esto son algunos personajes de dibujos
animados, construidos de material hipoalergénico y con su sello de
autenticidad de las tiendas Disney Pixar, como los que pueden
encontrarse en la juguetería del hotel Tritón, en Miramar. (Algo similar
sucede con las medicinas de las donaciones extranjeras, pero eso es tema
para otro artículo.)

En ocasiones hasta los directivos y dependientes de esos
establecimientos multan los precios e ignoran las rebajas, y hasta
comercializan las mermas, co mo ocurreen la juguetería de la calle
Obispo, la de la Galería Amazonas, de 23 y 12, y de la Plaza Carlos
III, donde, entre otras irregularidades, una muñeca ostenta precios
distintos según sea la tienda.

En Cuba cada vez hay menos juguetes, y al Gobierno le conviene seguir
importando juguetes y venderlos como espejitos a los indios. De ahí la
desaparición de la producción nacional que antes lideraba la fábrica
Juguemil, que hacía las muñecas Doroteas y Lilis, tan demandadas por las
niñas cubanas. No existe ya el propósito socialista de racionalizar para
disfrute de todos, con su sistema de cupones, también bastante injusto.
Y habría que preguntar qué fue de la promesa inicial, demostrada con las
avionetas de combate que sobrevolaban la Sierra Maestra y lanzaban
juguetes a niños que jamás habían visto uno, enviándole un mensaje
rotundo a toda la nación: ahora el Rey Mago es el Estado.

Abundan los casos de padres profesionales que, víctimas de los bajos
ingresos, no pueden regalar un juguete a sus hijos. Y no hablemos de
padres con menos posibilidades. Todo parece indicar que tanto los Reyes
Magos como Papá Noel sufrieron un fuerte despido. Hay entonces que
depositar la confianza en artesanos clandestinos que trabajan con
plástico de depósitos de basura, hule de cable eléctrico, plomo o latón,
y reinventan lo más parecido a juguetes de módico precio adquiribles en
el Zoológico, en el Acuario o en los decadentes parques de diversiones
que aún persisten, como el antológico Jalisco Park, al que dejaron solo
en la aún vigente canción de Carlos Varela.

Ya no solo es el dónde jugarán los niños lo que se pregunta en Cuba,
sino con qué jugarán. La situación es tal que para encontrarle salida es
preciso esperar a que los caprichosos infantes del Gobierno terminen de
jugar a los soldaditos en su isla de juguete.

Source: ¿Con qué juegan los niños en Cuba? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1433890213_15063.html

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