Monday, March 23, 2015

Guanabo, un pueblo fantasma

Guanabo, un pueblo fantasma
Posted on 22 marzo, 2015
Por Danay Riesgo Díaz

Fue el pueblo donde viví parte de mi infancia, de pocos habitantes en el
invierno cubano y de muchos en verano. No por haber sido una época dura
deja de ser fascinante, mágica y provocadora. Permanecen amigos, aunque
ya no estén. De esos que puedes contar con ellos sin preguntar antes. De
esos que saben lo que sientes sólo con mirarte a los ojos.

Mi Guanabo ya no es lo que era. Se pierde entre las sombras del pasado y
entre la incertidumbre del futuro. La insalubridad atemoriza. Hoy veo a
los niños nadar entre las bacterias, virus y parásitos de todas las
fosas sépticas que de sépticas sólo les queda el nombre. Desembocan al
mar como el Nilo en el Mediterráneo. Desde lejos se aprecia el cambio de
color y desde un poco más cerca el hedor de las aguas. Ya no es seguro
ni darse ese tan rico chapuzón en las tardes de antaño. Ahí se zambullen
los niños, arriesgándose a contraer una amebiasis, cólera,
gastroenteritis, o cualquier enfermedad.

Las piedras, cristales, papeles y desechos de todo tipo adornan la poca
arena que queda. Sólo queda el horizonte inalterable y plácido para
perderse en sus matices.

El paso del tiempo

Los parques infantiles consumidos y quebrantados por el paso del tiempo
y la falta de mantenimiento, pero aún en pie, sobreviviendo a la vida
ycon las vidas de las casas con niños. En esos parques jugué al fútbol,
al béisbol y a los escondidos y me reí hasta perder la noción de cuánto
me reía. Concretamente, el parque de la calle 484, uno de los mejores de
Guanabo, parece que ha sido bombardeado y dejado en el olvido y se da el
lujo de tener un Guardaparque. Los pequeños vecinos de la zona van a
jugar ahí porque es el único lugar donde pueden hacerlo.

El cine de Guanabo que fue el primer cine de mi vida, un local entonces
con aire acondicionado y películas de estreno que ya no proyecta ni la
sombra de lo que fue. Ahora no es nada. Ahora hay que comprar películas
por 1 CUC en la calzada (5ta. Avenida) y la idea de "Vamos al cine"
murió o está dentro de las ruinas que ahí yacen. Si los hermanos Lumiére
entraran en los restos del cine Guanabo, se arrepentirían de su invento.

Tuve la curiosidad de acercarme a una biblioteca que daba la impresión
de flotar o peor, de hundirse como el Titanic. Creo recordar que estaba
en la misma calle del cine. Unos libros viejos que -por viejos no
tendrían que dejar de ser interesantes- asomaban por las destartalas
ventanas de madera. No pude entrar debido a una inundación que impedía
el acceso, pero a simple vista se podía notar la desolación, el olor a
olvido, a miseria, a descontrol, a abatimiento, a desaliento y desánimo.

A tristeza.

Me alejé y me puse a pensar en cómo pueden vivir los niños en una ciudad
fantasma, en un pueblo herido de muerte por la desidia y el abandono, y
entonces sentí miedo, miedo por el futuro que aguarda a muchos de mis
antiguos vecinos -sobre todo- a los más pequeños e indefensos.

Source: Guanabo, un pueblo fantasma | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/23013-guanabo-un-pueblo-fantasma/

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