Monday, March 23, 2015

Ir a Cuba antes que llegue la Coca Cola y Starbucks

Ir a Cuba antes que llegue la Coca Cola y Starbucks
Los cubanos piensan también que es poco probable que las cosas cambien
de la noche a la mañana.
Agencias
marzo 23, 2015

En las semanas que siguieron al anuncio de la reanudación de relaciones
diplomáticas entre Washington y La Habana, aumentaron un 57% las
reservas de viaje de un operador turístico de Nueva York a la isla. En
febrero, un 187% y, en lo que va de marzo, un 250%.

El auge de los viajes apenas constituye un ejemplo de cómo muchos
estadounidenses quieren ir a Cuba, la isla prohibida, y verla antes de
que los cafés Starbucks se instalen en La Habana Vieja, los carteles de
Coca Cola decoren sus edificios y se pierdan los autos clásicos que
ruedan por el Malecón.

Una sensación que también comparten los turistas del mundo que prevén
que el deshielo entre los dos países atraerá una invasión de turistas
estadounidenses por lo que se apresuran, por estos días, a conseguir
vuelos y habitaciones de hotel.

"Pensamos que si las cosas se relajan, puede convertirse en otra
sucursal de La Florida", dijo Thomas Mieszkowski, un turista de 28 años
procedente de Gran Bretaña, a la agencia de prensa AP. "Así que hay una
especie de sensación de que antes de que las cosas se abran y se
comercialicen, nos gustaría ver cómo es".

Muchos cubanos lo que ven son edificios derruidos que necesitan
remodelación y otros tantos ansían la llegada de los cambios y el
levantamiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos, para tener
capacidad de compra y sentir que tienen oportunidades económicas. Para
otros, el cambio también implica tener acceso a internet y conectarse
con el mundo exterior, lo que impulsaría una dinámica que podría traer
más bienestar en el día a día.

"Estamos entusiasmados", dijo a AP Yadiel Carmenate, un estudiante de
inglés de 26 años que trabaja como guía turístico. "Vamos a preservar
nuestra identidad a toda costa", comentó Carmenate. "Por eso creo que va
a ser muy difícil que usted encuentre un McDonalds o un Starbucks en
cada esquina".

Pero los cubanos piensan también que es poco probable que las cosas
cambien de la noche a la mañana.

Las conversaciones para dar los primeros pasos hacia la normalización de
relaciones apenas están empezando y hay una fuerte oposición en el
Congreso de Estados Unidos para levantar el embargo, que ya cumplió 53
años, y que prohíbe casi todo el comercio con Cuba y los viajes a la isla.

Actualmente, 12 categorías de visitantes pueden ir a la isla sin tener
que pedir un permiso por motivos culturales, religiosos o educativos.
Es, de todas maneras, una flexibilización de las normas que no alcanza
para que los norteamericanos viajen libremente a la isla a descansar
como lo harían en República Dominicana o Bahamas.

Aun así, el anuncio de diciembre parece haber provocado una inusitada
afluencia de turistas. Según cifras oficiales del sector turístico, uno
de los motores de la economía cubana, las visitas aumentaron en 16% en
enero en comparación con el mismo mes de 2014, sobre todo con el arribo
de canadienses, alemanes, ingleses, argentinos, venezolanos y mexicanos.

Sin embargo, no se especificó cuántos, de los 371.000 viajeros que
aterrizaron en la isla ese año, eran estadounidenses. Tom Popper, el
presidente de la compañía InsightCuba establecida en Nueva York, y que
tiene autorización para organizar grupos de viajeros estadounidenses,
indicó a AP que no sólo sus reservas aumentaron en un 250% este mes,
sino que esperaba llevar a la isla unos 170 grupos, a diferencia de los
150 del año pasado.

El año pasado, según cifras oficiales, el país le dio la bienvenida a
tres millones de turistas de todo el planeta, un verdadero récord. Eso
incluye a unos 600.000 personas procedente de Estados Unidos, entre
ellos los cubano-americanos que vinieron a visitar a sus familiares.

Según el despacho de AP, fechado en La Habana, en el 2013, unos 95.000
estadounidenses arribaron a la isla en el marco de los intercambios
culturales, religiosos y educativos permitidos o de manera ilegal por
terceros países como Bahamas o México, antes de tocar suelo cubano.

Las autoridades de la isla estiman que 1.5 millones de estadounidenses
viajarían a Cuba al año si se eliminaran todas las restricciones, lo que
superaría a Canadá como el principal emisor de turistas, lo que podría
significar un aumento de $2.000 millones para las arcas estatales. Cuba
obtiene ingresos por $2.600 millones anuales por este concepto.

Pero la nación caribeña no parece estar preparada para semejante
invasión. Un operador extranjero no pudo concretar en estos meses muchas
de las reservas que quería hacer, pues la mayoría de los hoteles de La
Habana y el polo turístico de Trinidad se encontraban completamente
ocupados. Tampoco había desde ahora disponibilidad de habitaciones en
Santiago de Cuba en julio, cuando la ciudad del oriente cubano cumplirá
500 años de existencia.

Los restaurantes privados de categoría no pueden atender a toda la
clientela por falta de mesas y no es posible encontrar habitaciones en
la Habana Vieja para todo marzo.

Rogelio Gauvin, un turista canadiense, estimó que la demanda seguirá
superando la capacidad instalada de la isla para recibir visitantes.
"Veo un montón de construcción, bonitas restauraciones... eso es muy
bueno", dijo. "Pero no serán suficientes los hoteles. No habrá bastantes
restaurantes. No habrá suficientes servicios para dar cabida a los
estadounidenses que vendrán como ratas en un barco".

Las habitaciones alquiladas por particulares y los paladares o
restaurantes domésticos proliferaron gracias a las reformas económicas
realizadas por Raúl Castro. Esto podría ayudar a aliviar la carga para
los hoteles del Gobierno que manejan 64.000 habitaciones y que, a veces,
carecen de insumos básicos como champú o de comedores, cuyos menús
destacan por su escasa oferta gastronómica.

El aeropuerto de La Habana, recientemente remodelado, va a ser ampliado
a un costo de $207 millones, a cargo del conglomerado brasileño
Odebrecht. Podría beneficiar a las aerolíneas estadounidenses que
dijeron que piensan operar a la isla pues actualmente los viajes por
avión entre Estados Unidos y Cuba son realizados por empresas de vuelos
chárter.

Por vía marítima, la compañía de cruceros Cuba Cruise, con sede en
Canadá, ya comenzó a vender sus travesías a los turistas
estadounidenses. Para los agentes de viajes que operaron en Cuba durante
años, la competencia se va a poner difícil.

"Los operadores podemos señalar que vemos con preocupación la llegada
del turismo americano", dijo Carlos Javier Rodríguez, el director de
Carimar Eventos y para quien las autoridades cubanas deben "proteger"
las cuotas de aquellos países que apoyaron a Cuba cuando los
estadounidenses preferían viajar a otros destinos del Caribe para evitar
ser multados. Por ahora, Rodríguez está ocupado atendiendo a los
viajeros interesados en conocer esta Cuba de manera inmediata.

Source: Ir a Cuba antes que llegue la Coca Cola y Starbucks -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-viaje-turistas-eeuu-mundo/89335.html

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