Esperando el año nuevo
LOURDES GÓMEZ | Santiago de Cuba | 30 Dic 2014 - 1:15 pm.
Los santiagueros se someten a largas colas para conseguir carne de
cerdo. La 'alegría' por el regreso de los espías queda para la televisión.
La vida sigue igual: eso es lo único que puede decir el santiaguero de a
pie. El inmovilismo castrista se impone, a pesar de las falacias
mediáticas sobre la alegría popular por el regreso de los tres espías.
La preocupación del santiaguero de a pie es, nuevamente, con qué dinero
comprar los insumos suficientes para una cena de fin de año.
En el programa televisivo En línea contigo, transmitido por el canal
local el 24 de diciembre, el primer secretario del Partido en la
provincia de Santiago de Cuba, Lázaro Expósito, anunció que ningún
santiaguero se quedaría sin cenar, que el Gobierno había dispuesto más
de seis ferias agropecuarias a todo lo largo y ancho de la ciudad para
cubrir las necesidades de la población.
El programa, que se transmite semanalmente para informar a la ciudadanía
de las gestiones gubernamentales, y cuyo objetivo primario era anunciar
las nutridas ofertas para el fin de año, se convirtió en otro circo con
llamadas de los "héroes" felicitando al pueblo santiaguero, que
finalmente, tras dos horas de transmisión, no recibió respuestas a la
principal pregunta hecha por la teleaudiencia: ¿Cuáles serían los
precios de los tan variados productos a ofertarse?
Las anunciadas ferias funcionan desde el 27 hasta el 30 de diciembre, la
gente se alista cada día, como en una carrera, para ser los primeros en
llegar y así alcanzar mercancías. Como siempre, nadie creyó la supuesta
abundancia anunciada en el programa televisivo, y la mayor preocupación
es compaginar los altos precios de los productos, sobre todo los
cárnicos, con los míseros sueldos.
En un recorrido por varias de las ferias, constatamos que la mayor parte
de la oferta se componía de viandas, con preponderancia del plátano
burro. Cientos de personas madrugan cada día para coger un buen puesto
en la cola del cerdo. La afluencia de clientes se debe a que en las
ferias el cerdo se vende entre 18 y 20 pesos la libra, mientras que los
mercados tradicionales se rigen por la oferta y demanda: allí una libra
ya ronda los 30 pesos.
Luis, un jubilado de 63 años, llegó a la plaza del estadio Guillermón
Moncada a las cinco de la mañana y cogió el número 10 en la cola.
Maritza R., junto a su madre, también madrugó por uno de los primeros
puestos en la cola de la feria del Distrito. A todos les tocó una espera
indefinida. A las nueve de la mañana, los camiones con la carne aún no
habían aparecido.
"Todos los años es lo mismo", dice un hombre de mediana edad sentado en
el contén de la acera. "Prometen y prometen y al final se forma la
matazón", refiere. A pesar de la organización de las colas mediante
tickets, la desesperación y la tardanza de los carros crean tumultos que
solo pueden ser controlados por la policía.
Y así fue: el infierno se desató en el parqueo del estadio a las 9 y 30
de la mañana con la llegada del carro con los cerdos. Álvaro, que tenía
el número cinco en la cola, dice que "hubo hasta fajazón, la policía se
metió y detuvo a algunos. Si no, no hubiera podido comprar".
Cerveza, cara y escasa
Son los efectos de la escasez. La experiencia de 56 años nos ha enseñado
que comprar primero es ir al seguro, porque en los últimos días ya no
queda casi nada. Esto ya forma parte de la psicología popular, donde el
revendedor se entroniza como el comerciante por excelencia.
De hecho, otra de las mercancías acaparadas por estos días es la cerveza
de las tiendas en divisas. No hay disponibilidad de las marcas
mayormente consumidas, a pesar de su precio de 1 cuc (24 pesos). Los
revendedores se han apoderado de las cajas para vender cada lata a 30
pesos. Su desvergüenza es tal que se colocan en las puertas o pasillos
de las cafeterías a venderle a los desesperados que persiguen el líquido
para acompañar su cena.
La experiencia del fin de año pasado, cuando la cerveza "se perdió" de
las tiendas en divisas hasta su reapertura el día 2 de enero, ha hecho
que en estas fechas tan tempranas su existencia, en alguna que otra
tienda, sea motivo de acaparamiento. Para la mayoría, sin embargo, este
es un mal menor; la gente se consuela con los múltiples termos de
cerveza a granel instalados en varias áreas de la ciudad.
La esperanza del santiaguero de a pie de un próspero año nuevo sigue
siendo incierta, y aunque el discurso de Obama creó expectativas de una
mejoría, ya el general-presidente aseveró que la subida de sueldos
dependerá de una mayor producción de sus ineficientes empresas,
retornando al lema de "hacer más con menos".
Así , la vida seguirá igual, ¿o quizás peor?
Source: Esperando el año nuevo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1419941717_12070.html
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