San Chocolate: especulación agroindustrial en Cuba
septiembre 17, 2014
Yenisel Rodríguez Pérez
HAVANA TIMES — En Cuba consumir chocolate es casi un privilegio, una
experiencia exótica, un acto de prestigio social; por eso pocos
compatriotas creerían que por mucho tiempo la bebida de chocolate fue el
desayuno más popular del país. De acompañante del pan mañanero ha pasado
a ser una ambrosía de boutique gastronómica.
¿Qué ha pasado?
¡De todo! Sobre todo en los últimos 24 años.
Por ejemplo, cuando el valor de la manteca de cacao se dispara en el
mercado internacional, los inversionistas criollos, cegados con la
búsqueda de divisas, desabastecen de la indispensable materia prima a la
industria confitera. De esta forma se disminuye considerablemente la
producción de tabletas de chocolates y otras golosinas destinadas a
satisfacer parte de la demanda nacional.
En otras naciones caribeñas productoras de cacao, este asunto se
resuelve utilizando aceites sustitutos como el de coco o palma, pero
para los decisores cubanos es suficiente con las ganancias que genera la
manteca de cacao, no se le dedica mucho tiempo y esfuerzo al tema.
La producción de cacao es suficiente para abastecer el mercado nacional,
y los precios de compra del mismo a los productores son lo bastante
bajos como para conformar un precio de venta minorista asequible a la
población. Sin embargo, persisten bajos niveles de productividad a
consecuencia de erradas políticas macroeconómicas.
Y aquí entra el tema de la especulación comercial.
El precio del chocolate de factura nacional se eleva muy por encima de
lo económicamente racional, por eso es promocionado como artículo de
lujo, aplicando la fórmula de a un gustazo un trancazo.
Así, quizás sin saberlo al inicio, los decisores utilizan y refuerzan la
sobreestimación que posee éste alimento en el imaginario cubano para
especular con el dinero y la demanda de la gente, comercializándolo como
si fuera un producto importado y perteneciente al género de los
artículos de prestigio social y glamur.
Mencionemos las famosas cafeterías "Casa del chocolate", catedrales
barrocas (demagógicamente) consagradas a la misa del venerable elixir.
La otra cara de la moneda es el "Chocolatín": chocolate instantáneo
subvencionado por el estado, nacido en pasados tiempos de oratorias
mesiánicas. Su dudosa calidad responde a los vaivenes de las políticas
sociales cubanas, reforzando así la reputación exótica y sagrada del
chocolate en CUC. ¿Quién exigiría a su gobierno que subvencionara
caviares y vinos franceses?
Y así quedamos como los hermanos aztecas. Ellos, sin maíz mexicano,
cuando fueron la civilización madre de este cultivo; nosotros pagando
precios de importación por un producto cubano.
-Toma chocolate, paga lo que debes
Source: San Chocolate: especulación agroindustrial en Cuba - Havana
Times en español - http://www.havanatimes.org/sp/?p=99299
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