Un vistazo a Cuba

Publicado el lunes, 06.03.13

Un vistazo a Cuba
Fabiola Santiago
FSantiago@miamiherald.com

En breves líneas enviadas desde su teléfono celular —se diría que en un
estilo de guerrilla por la forma en que una palabra, una carita símbolo
de sonrisa, y una frase comenzaba en un tuit y terminaba en otro— la
célebre bloguera Yoani Sánchez reportó sobre su regreso a La Habana.

"Vuelvo a tuitear a ciegas por SMS", le escribió el jueves por la noche
a sus 504,534 seguidores en Twitter en el momento que aterrizó su vuelo.

Sánchez comentó sobre su paso de 30 minutos por la aduana, la reunión
con sus seres queridos, y el viernes publicó fragmentos igualmente
truncos en Facebook.

Estos comenzaban de manera agridulce con la lluvia —"parece que se va a
acabar el mundo... pero después saldrá el sol"— y al final del día
criticaban las limitaciones de la televisión digital que el gobierno
dice que va a permitir, el astronómico precio de los cafés de Internet
que bloquean la información al estilo de China, y la falta de acceso del
cubano promedio.

"Mis nietos tendrán Internet wi-fi allá en el 2032", escribió.

Sin perder un segundo, la disidente de 37 años que viajó durante 103
días a través de Europa y las Américas dando testimonio sobre la vida en
Cuba y denunciando violaciones de los derechos humanos estaba de regreso
a sus descripciones de lo que significa soportar un país donde las
posesiones más mundanas, incluyendo la paz mental, resultan inaccesibles
o prohibidas, o las dos cosas.

Sánchez, definitivamente la más famosa de los blogueros y disidentes
viajeros de Cuba —a quienes permitieron salir de la isla bajo nuevas
normas de viajar libremente tras años de habérselo negado— no es la
primera que ha viajado extensamente y ha regresado.

La líder de las Damas de Blanco Berta Soler, Rosa María Payá, hija del
fallecido líder disidente Oswaldo Payá, y el joven activista Eliécer
Avila también regresaron a Cuba recientemente.

El día que Payá regresó un bloguero pro-castrista la amenazó acusándola
de difamar a Cuba y de violar la ley por pedir una investigación
internacional sobre la muerte de su padre.

Ávila fue detenido en la aduana y le registraron el equipaje durante
cuatro horas. El gobierno le confiscó 26 libros sobre cultura, derechos
humanos y democracia, y le fotografiaron todos sus equipos electrónicos.

Pero dice que no se arrepiente de nada.

"...estaba absolutamente seguro de qué era lo que quería; los lazos
sentimentales que dejé en Cuba y un sentido de responsabilidad con el
futuro eran razones demasiado poderosas," escribió en un ensayo en el
Diario de Cuba digital. "Incluso no me sentía triste, estaba feliz de
regresar".

Está todavía por ver si Sánchez enfrentará represalias. Pero un bloguero
pro-castrista atacó su llegada llamándola "la vacacionista que recibió
90 días de entrenamiento para derrocar al gobierno de la Isla".

Hay que tener mucho valor y determinación para enfrentarse a una
dictadura desde adentro, y con su regreso y la continuación de su lucha
por un cambio democrático, los bravos disidentes viajeros de Cuba han
demostrado su mérito.

Si se hubieran quedado en el exilio, en Miami o dondequiera, serían unos
más entre nosotros.

Su credibilidad radica en la fuerza de su voz desde dentro de Cuba.

Su regreso a la isla cierra un capítulo histórico a la vez que abre uno
nuevo, y acaso más importante, para el futuro de Cuba.

http://www.elnuevoherald.com/2013/06/03/1491307/fabiola-santiago-un-vistazo-a.html