Publicado el sábado, 06.29.13
Los abusos a la Ley de Ajuste Cubano
DANIEL SHOER ROTH
DSHOER@ELNUEVOHERALD.COM
Una retraída caminata de gratitud por la playa para enumerar las
bendiciones de la vida me llevó a discernir con mayor lucidez el
polarizado debate sobre la Ley de Ajuste Cubano.
En esta ciudad de Botox, implantes y esteroides donde la gente parece
rehuirle al contacto visual con un desconocido, una mirada durante el
paseo me convocó a un diálogo auténtico y profundo con un cubano recién
llegado que escasamente en una hora me relató un cuantioso anecdotario
que ilustra un nuevo capítulo del exilio.
La miseria en la isla lo había inducido a gastar $12,000 para salir
clandestinamente vía México, cruzar la frontera a Estados Unidos guiado
por coyotes y quedarse por medio de la política de "pies secos y pies
mojados".
Asimismo, se había amparado bajo la ley federal que le permite ajustar
su estatus migratorio a residente permanente después de un año y un día.
Aquí, el gobierno le provee ayuda alimenticia y otros beneficios.
Necesitaba trabajo para empezar a ahorrar; apenas obtuviera la
residencia viajaría a la isla. Echaba de menos a su esposa y bebé.
Sentía que no podía vivir sin ellos.
Su testimonio me dolió. Intenté ofrecerle unas palabras de aliento e
invitarlo a la superación personal. Al despedirme, encontré un motivo
más para robustecer la afirmación de mis bendiciones.
Historias como la suya afloran por doquier en el sur de la Florida. Hay
cubanos que regresan de vacaciones. Otros aprovechan los viajes para
ejercer de "mulas" y transportar un inventario de dispositivos
electrónicos y más regalos que en la isla son artículos de valiosa
necesidad.
Cualquier gesto de solidaridad es loable. Es noble que los inmigrantes
en naciones prósperas auxilien a los seres queridos que dejaron atrás.
La pobreza los impulsa a buscar una vida de plenitud y a compartirla.
Sin embargo, es innegable que hay personas abusando de la generosidad
del gobierno norteamericano. Los estafadores del Medicare regresan a
Cuba impunes. Y, ahora, la nueva política de La Habana que suaviza las
restricciones de viajes (aunque para venir a Estados Unidos se continúa
requiriendo permiso de entrada) y extiende hasta dos años el tiempo que
sus ciudadanos pueden pasar en el extranjero sin perder su residencia,
facilita que más cubanos obtengan la residencia permanente en Estados
Unidos y retornen a la isla para conservar su residencia cubana.
De esta manera, pueden viajar de un país a otro a voluntad propia,
inyectando fondos a la pauperizada economía cubana.
Esta semana, durante un encuentro con la Sociedad Norteamericana de
Editores de Noticias, el senador Marco Rubio enfatizó nuevamente en
Washington la necesidad de examinar y enmendar la Ley de Ajuste Cubano
con miras a detener estos abusos e irregularidades, una postura
respaldada por un sector del exilio en Miami con valores más conservadores.
"No critico a nadie que quiera ir a Cuba para visitar a su madre, a su
padre, o a su hermano moribundo", declaró el senador, una celebridad del
Partido Republicano. "Pero quiero decirles que es muy difícil justificar
el estatus de alguien como exiliado y refugiado cuando año y medio
después de haber llegado a este país, regresa a Cuba una y otra vez".
Su discurso, en sintonía con la ideología de los representantes
federales cubanoamericanos, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart, ha
suscitado dinamitadas críticas entre otro sector de cubanos exiliados
que denuncian la propuesta como una insensibilidad y falta de empatía
con los cubanos que tienen vínculos familiares en Cuba, y con aquellos
que permanecen en la isla.
"Nosotros mismos nos clavaríamos el cuchillo", comentó Héctor Caraballo,
presidente del Comité Cubanoamericano del Partido Demócrata en
Miami-Dade. "Sería un grave error tratar de cambiar o ajustar la Ley de
Ajuste porque, a la larga, llevaría a su eliminación".
Caraballo sostiene que el proceso migratorio del cubano residente de
EEUU que regresa a visitar la isla propicia una transformación interna,
fortalece la sociedad civil cubana y conduce a una mayor apertura.
Líderes comunitarios que comparten su visión defienden a los cubanos que
viajan porque, según argumentan, estos ingresan a EEUU por medio de
visas de reunificación familiar, no como refugiados.
La raíz del problema es que la Ley de Ajuste Cubano se perfiló en 1966
debido a las condiciones políticas de la isla, pero la mayoría de los
cubanos que se amparan hoy bajo esta y disfrutan del trato preferencial
emigran por motivación más bien económica, como los inmigrantes no
cubanos, quienes no reciben ninguno de esos beneficios. Todo ello
fomenta la desigualdad.
No hay duda que los cubanos continúan siendo las víctimas de la más
corrupta y cruenta dictadura del hemisferio. Pero dicha tragedia humana
no justifica abusar del sistema magnánimo de inmigración de este país
encumbrado como el faro de luz que alumbra un tempestuoso mar,
permitiéndonos anclar en los brazos de sus muelles.
Los invito cordialmente a la celebración de mi comienzo formal de la
biografía de Monseñor Agustín Román este miércoles 3 de julio a las 6:30
p.m. en la Casa Bacardí, 1531 Brescia Avenue, Coral Gables, en ocasión
del aniversario de su ordenación sacerdotal. Para más información llame
al (305) 284-2822.
Source: "DANIEL SHOER ROTH: Los abusos a la Ley de Ajuste Cubano -
Daniel Shoer Roth - ElNuevoHerald.com" -
http://www.elnuevoherald.com/2013/06/29/v-fullstory/1511570/daniel-shoer-roth-los-abusos-a.html
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