Regreso al profesionalismo
IVÁN GARCÍA | La Habana | 27 Jun 2013 - 7:56 pm.
Castro borró la historia del pasatiempo nacional, pero ya no manda como
antes. Unos 20 peloteros podrían jugar como profesionales en 2014.
Ha llovido mucho desde que en 1960 un iracundo Fidel Castro
desautorizara a una novena cubana a participar en la Serie del Caribe.
Luego, progresivamente, se desmanteló todo el entramado de la liga de
invierno local.
En 1960 el capitán del Ejército Rebelde Felipe Matos organizaba el
primer torneo amateur, conformado por seis novenas. Ya para 1962,
mediante la resolución 83-A del instituto cubano del deporte (INDER), se
abolió la práctica del béisbol profesional en Cuba.
Vestido con su casaca verde olivo y unos toscos espejuelos con armadura
negra, el barbudo inauguró la primera Serie Nacional amateurs con cuatro
equipos. Fumando un tabaco torcido de vueltabajo, declaró a los medios:
"Hoy es un gran día, es el triunfo de la pelota libre sobre la pelota
esclava".
Fue una larga travesía por el desierto. En estos 54 años se borró de la
historiografía beisbolera, o se disminuyó, la gloria de la pelota
profesional en Cuba.
Los nacidos después de 1959 apenas han tenido bibliografía que hablara
de que antes del cobrero Manuel Alarcón o el recio toletero Agustín
Marquetti, existieron jugadores soberbios al guante o bateadores
especiales como Willy Miranda o Héctor Rodríguez, Pedro Fomental u
Orestes Miñoso, y lanzadores de talla extra como Adolfo Luque, Camilo
Pascual o José de la Caridad Méndez.
En los años 80, aquellos que pasaban seis horas sentados en las gradas
del Latinoamericano para ver un doble juego de Industriales, al que
consideraban el mejor club del mundo, mientras chorreaba el queso de una
pizza napolitana, y discutían gritando como posesos, desconocían la
fabulosa historia del béisbol republicano.
Los medios oficiales ocultaban que equipos cubanos habían triunfado en
la Serie del Caribe en siete ocasiones. Y que un tal Don Martín Dihigo
—él solo fue un equipo— ha sido el mejor pelotero de Cuba.
Toda esa generación nacida después del manicomio castrista, no duda en
señalar a Omar Linares como una de las grandes estrellas mundiales del
béisbol. Y creía que la selección nacional era una novena invencible.
Solo que por ese entonces la selección topaba con equipos
universitarios. O de trabajadores. Novenas de aficionados de verdad.
Solo de manera clandestina, leyendo crónicas de viejos periódicos y
libros prohibidos por la censura oficial, se conocía que había existido
un pasado en el béisbol cubano.
El culpable de esa ignorancia beisbolera tiene un nombre: Fidel Castro.
Su borrón de la historia se extendió en una época en la que no había
internet y leer prensa extranjera era un delito. La historia del béisbol
cubano The Pride of Havana, de Roberto González Echevarría, se pasaba de
mano en mano, forrado con carátulas con fotos del Comandante.
El régimen estafó el conocimiento. Borró el pasado.
Les cuento una anécdota. Hace unos días participaba en un programa
radial y el ex lanzador de Grandes Ligas, Orlando El Guajiro Peña, se
puso a discutir conmigo de pelota, para demostrar que mis conocimientos
eran limitadísimos. Me lanzó una pregunta: "¿Sabes cuáles eran los
números de Conrado Marrero, Willy Miranda y Luis Tiant"?
No supe contestarle. La emoción de viejos fanáticos —cada vez quedan
menos con vida—, cuando hablan del Almendares, Cienfuegos o Marianao en
la etapa republicana, o cuando recuerdan el slogan del Habana, "la leña
roja tarda pero llega", aporta una esencia a punto de perderse.
Cuba vuelve al béisbol ahora al béisbol profesional. O casi. Al menos
tres peloteros, Michel Enríquez, Alfredo Despaigne y Yordanis Samón, han
recibido permiso del régimen para jugar en la liga de verano de México.
Está por ver cuánto de su salario podrán cobrar, y con cuánto se
quedarán las autoridades.
Es cierto que el torneo mexicano no es de mucha calidad. Anda de capa
caída. Con estadios vacíos y peloteros que ya son descartes. Pero tiene
categoría Triple A. Según una fuente de la Federación Cubana de Béisbol,
constituye un escalón superior.
"Cuando el embargo sea historia antigua, las autoridades piensan
negociar directamente con los dueños de equipos en Grandes Ligas", dijo
la misma fuente.
También adelantó a DIARIO DE CUBA que esto que ha pasado es solo el
comienzo.
Entre 15 y 20 peloteros podrían ser autorizados a jugar en Japón y Corea
del Sur el próximo año. Según el directivo, algunos jugarían en México
después de tomar parte en la Serie Nacional.
Otros, más experimentados, jugarían en ligas invernales de países
vecinos. Se espera con ansiedad, también, el regreso de un equipo cubano
a la Serie del Caribe. Un torneo que vive horas bajas, pero con una
maravillosa historia de la que Cuba ha sido parte fundamental.
La mejor noticia es que el país, al menos deportivamente, parece empezar
a insertarse en el siglo 21. Faltan cosas. Elecciones libres,
multipartidismo, libertad de expresión y democracia real. Pero esa es
otra historia.
Source: "Regreso al profesionalismo | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/deportes/1372343628_3968.html
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