La Habana: ¿ciudad o cochiquera?
[02-02-2015 10:55:48]
Jorge Olivera Castillo
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana huele mal. Lamentablemente es un
detalle con muy pocas excepciones que celebrar.
Cada municipio dispone de decenas de ríos de aguas albañales y basurales
que crecen en las esquinas a tenor de la indolencia de la ciudadanía y
el pésimo trabajo de las empresas de Servicios Comunales y la de
Acueductos y Alcantarillado.
Se trata de un viejo problema que va más allá de la mortificación de
aspirar esos aromas inmundos. Muchas de las epidemias y virus, algunos
ya endémicos como el dengue, se deben a la conservación y extensión de
un entorno que pone al descubierto el fracaso de un modelo donde se han
codificado las malas costumbres, el descontrol administrativo, las
indisciplinas sociales y toda una gama de fallas que han permitido el
auge de la mugre y las pestilencias.
Para nada sirven las quejas que regularmente se publican en la prensa
oficial sobre estas problemáticas.
Una de ellas, y aseguro que no será la última, revela la situación con
un salidero de aguas negras en el capitalino municipio de Marianao.
En este caso la denunciante explica que los fluidos penetran desde la
calle al pasillo de su vivienda desde hace más de un mes.
La peor noticia es que la empresa de Acueducto y Alcantarillado le ha
comunicado que debe esperar no menos de 60 días para el arribo de un
equipo especializado en la solución de estos asuntos.
Al menos la familia afectada tiene una esperanza. Otras se han resignado
a convivir en esos ambientes después de agotar las vías para tan
siquiera encontrar una solución parcial a sus dificultades.
Una modalidad para darle un final rápido y feliz a algún contratiempo de
esta índole es pagarles por la izquierda a los mismos trabajadores de la
única empresa estatal que se dedica a destupir tragantes y reparar
tuberías hidráulicas.
De lo contrario hay que apelar a la paciencia asiática y resignarse a
una convivencia de perros.
Esa parece ser la determinación de la mayoría de los capitalinos. Casi
todos nos hemos habituado a esos olores que semejan puñetazos, pero que
finalmente hay que soportar. El estoicismo es una postura sin la cual es
imposible vivir en La Habana de las fragancias infernales.
Uno de los monumentos a la peste y donde quizás se encuentre la matriz
de un buen número de plagas y bacterias que se esparcen a diario por la
ciudad, es en la esquina de las calles Prado y Teniente Rey, en la
Habana Vieja.
Desde el interior del viejo edificio, sostenido en pie gracias a varios
puntales y rodeado por planchas de metal para evitar la entrada de
personas, emana un hedor imposible de describir.
El abandono es el mayor distintivo de la capital cubana. No será la
ciudad más sucia y apestosa del mundo, sin embargo cuenta con los
atributos para estar en los primeros lugares de la lista.
Manchas de orina y restos de heces de humanos y animales adornan calles,
aceras y hasta pórticos de sitios emblemáticos como el Museo de Bellas
Artes.
En fin, la hediondez nos acecha de día y de noche. A unos más que otros,
pero nadie se salva de este destino que nos han impuesto a nombre del
socialismo.
Espero que la persona que cité anteriormente y cuya denuncia apareció en
la edición del 23 de enero del diario Juventud Rebelde, haya recobrado
el sosiego.
Habitar por tanto tiempo sobre el miasma es un reto de consideración.
Una tortura que se ha regularizado en una urbe que hasta los años 50 del
siglo XX fue un paradigma de la limpieza y el buen gusto.
Source: La Habana: ¿ciudad o cochiquera? - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54cf49a43a682e0950f8b3c8#.VM9YiWjF9HE
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