Friday, July 18, 2014

El Miami apolítico de los recién llegados

El Miami apolítico de los recién llegados
En la Isla hay una dictadura. Pero la nueva generación de inmigrantes
cubanos parece olvidarlo
jueves, julio 17, 2014 | Camilo Ernesto Olivera Peidro

LA HABANA, Cuba -"Tu gozando en Miami y yo gozando en La Habana"…
coreaban en estribillo los cantantes de La Charanga Habanera en un
programa de Mega Tv hace un par de años. Para no herir susceptibilidades
y garantizar el dinero de los promotores de su viaje a esa ciudad, La
Charanga modificó la letra que originalmente decía "Tú llorando en Miami…"

La Charanga Habanera se ha presentado muchas veces en Miami. Su director
David Calzado se siente identificado con el régimen: "Si soy artista es
gracias al Gobierno: antes de la Revolución, los negros no teníamos
ninguna posibilidad, y yo me pude formar como músico, tocar a Bach,
Beethoven, Tchaikovsky. Por eso estaré eternamente agradecido a la
Revolución Cubana".

En fecha reciente, Francis del Rio, –-ex cantante de la agrupación
Interactivo–, pidió ante las cámaras de televisión de Miami, la
liberación de los espías cubanos llamándoles "héroes". Olvidaba del Río
–o quiso olvidar–que uno de estos "héroes" propició la masacre por cazas
de las FAR, de dos avionetas desarmadas y pilotadas por dos cubanos de
Hermanos al Rescate.

Hace unos días estuvo Tony Ávila en Miami contratado por el Club The
Place. La prensa miamense reveló que el cantautor había participado, en
Cárdenas, en mítines de repudio contra las Damas de Blanco. Desde
Cárdenas, Leticia Ramos Herrería, representante de las Damas de Blanco,
reafirmó que Ávila participa, desde hace un año, en las golpizas contra
las mujeres a la salida de la Iglesia de la Purísima Concepción en
Cárdenas. "Se abalanzó en varias ocasiones contra nosotras, nos insultó,
todo fue muy violento", afirmó.

El cantautor lo renegó ante las cámaras de Miami, e invitó a las Damas
de Blanco a su próximo concierto en la Isla. Vale preguntarse si Las
Damas de Blanco pudieron ir al concierto del trovador-militante el
pasado 12 de julio en Cárdenas. O recibieron el habitual concierto
represivo de la Seguridad del Estado.

Mañana, el regguetonero Baby Lares, mostrando orgulloso su tatuaje con
la efigie de Fidel Castro, pudiera presentarse en el Bongo's Café, El
club Aché, u otro centro nocturno de La Ciudad del Sol. Muchos cubanos
recién llegados irían prestos a menear la cintura con el tatuado.
Pagarían por una entrada un billete que, en la isla, ni soñarlo, porque
el siniestro personaje que ilustra el tatuaje, les impidió prosperar en
su Isla y los obligo a emigrar en busca de libertad. Quizá –solo quizás–
una Isla, tan cercana y lejana a la vez, les hace dejar de lado que en
Cuba sigue habiendo una dictadura:

La misma dictadura que fusiló a miles de cubanos durante la década de
los sesenta, encarceló en condiciones infrahumanas a otros tantos, y
sigue encarcelando. Segregó, como a parias sociales, a religiosos,
rockeros y homosexuales. Enfrentó a cubanos contra cubanos, en los días
terribles del éxodo de 1980 que es vergüenza para la nación. Sacrificó a
dos generaciones de cubanos en guerras de rapiña en África. Esa
dictadura que hoy los chantajea, a costa del dolor y la pobreza de sus
familiares que quedaron en la Isla. Los estafa para poder volver a
verles, robándoles a mansalva en la Aduana de La Habana.

Esa dictadura, muchachos, es mucho más que la "obsesión de libertad" de
los veteranos que juegan dominó en el parque Máximo Gómez de la Calle 8.
Es mucho más que la pesadilla recurrente de los que llegaron desde El
Mariel. Y mientras el exilio histórico parece diluirse, como
consecuencia del paso de los años, una nueva generación se empodera
económicamente dentro de la comunidad cubana emigrada. Disfruta de los
derechos que, como refugiados, heredan de sus padres y abuelos, en un
Miami complejo, pero próspero.

Un Miami que es un imán, para los hijos "renegados" de altos personeros
del régimen de La Habana, que llegan para invertir el dinero que sus
padres saquearon, en nombre de "la revolución de los humildes por los
humildes y para los humildes". Estos "renegados" son la apuesta del
castrismo tardío, para influir en la atmosfera política, económica y
espiritual de Miami. Y muchos, ya sea por ignorancia o conveniencia,
quieren creer el cuento del "apoliticismo" de los heraldos culturales
del régimen cubano. Ojala despierten a la realidad de que no hay
dictadura banal. Y que ese guante de seda esconde un puño de hierro.

Source: El Miami apolítico de los recién llegados | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/el-miami-apolitico-de-los-recien-llegados/

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