La Habana, Ciudad Maravilla sin duda
PEDRO CAMPOS, La Habana | Junio 27, 2016
Recientemente, La Habana ha sido declarada Ciudad Maravilla al ser
elegida por miles de personas en el concurso de la fundación suiza
New7wonder por su "atractivo mítico, lo cálido y acogedor de su ambiente
y el carisma y jovialidad de sus habitantes".
A raíz del acontecimiento, y dado el deterioro palpable de la ciudad, se
ha armado un poco de escándalo con las protestas de quienes estiman que
La Habana no merece semejante título por la cantidad de basura,
escombros, edificios destruidos, calles llenas de baches, aceras hechas
pedazos donde las hay y borrachos tirados en cualquier esquina.
Todo eso, junto al atraso económico y el desastre socio-cultural que nos
ha traído más de medio siglo de autoritarismo populista, no han sido
capaces de sepultar el esplendor de la exquisita y ecléctica
arquitectura habanera, de la antigua y de la desarrollada en la primera
mitad del siglo XX, ni el ambiente cálido y acogedor de la ciudad ni las
características amistosas, atractivas y alegres tradicionales de su
población.
No, no ha sido posible. Tanto abandono de la capital por el todopoderoso
Estado, ocupado en su supervivencia, tanta porquería caída o echada
sobre La Habana nunca pudieron ocultar El Morro ni La Cabaña, ni tapar
el Malecón insecable, el Paseo del Prado con sus leones, la 23 con su
Rampa, Paseo, G y 5ta Avenida con sus aéreas verdes y bancos para
enamorar, los todavía fabulosos túneles de Línea, 5ta Avenida o el de la
entrada de la bahía.
Nunca tanto desdén pudo empañar el lustre y linaje del Parque Central,
los monumentos a Martí, Máximo Gómez, Maceo o José Miguel Gómez. Ahí
siguen brillando llenos de esplendor el Capitolio, el palacio de
Gobierno, el palacio de Bellas Artes, el palacio de Aldama o el Centro
Asturiano.
Siguen en pie la magnificencia del Hotel Nacional, del Hotel Habana
Hilton ‒hoy Habana Libre‒, del Riviera o del majestuoso e insuperado
edificio Focsa y el complejo de la Plaza Cívica, por solo citar
construcciones insignias, junto a la antigua e histórica Catedral de La
Habana.
Los destrozos que nos ha traído el dizque socialismo estatal no fueron
capaces de destruir esa obra, y la maravilla de La Habana de siempre
sigue intacta, como intacto sigue el acogedor ambiente que brinda el
encanto de su población multiétnica con su diversidad cultural y su
espíritu musical y alegre.
La Habana fue y sigue siendo una Ciudad Maravilla gracias también a ese
encanto que le aporta el pasado de los años 50, con sus autos clásicos y
antiguos, mantenidos y embellecidos por la iniciativa popular, que nos
presentan una ciudad como si detenida en el tiempo se moviera
lentamente, no se sabe si a un futuro que nunca llega, o el regreso a
una pasado que se añora. El mayor encanto de la ciudad son sus hijos
que, a pesar de todos los disparates y desatenciones del siempre mismo
Gobierno de los últimos 57 años, han hecho lo que han podido para
mantenerla y brindarle alegría.
La maravilla habanera resistía erguida el desaire del Gobierno que, solo
en los últimos años, empezó a darse cuenta que no es Varadero sino la
Ciudad de la Giraldilla el gran atractivo cubano capaz de atraer
millones de turistas, por lo que empezó a dedicar alguna atención y
recursos a la restauración de algunos de sus edificios históricos, como
el Capitolio.
Vale destacar que el casco histórico de La Habana fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982 y que, a partir de
entonces, se desarrolló un trabajo intenso y decoroso de restauración de
esa parte por la Oficina del Historiador de la Ciudad en forma
autofinanciada, con independencia de las autoridades centrales.
Esperemos que, en lo sucesivo, dado el interés de los monopolios
militares y estatales en explotar todo el potencial turístico de la
ciudad, continúen la restauración de fachadas, parques, calles y aceras
principales, aunque sin capacidad para añadir nuevas maravillas
constructivas al esplendor tradicional de aquellas edificaciones.
Pero no importa la lección de New7Wonder, ellos seguirán enfrascados
principalmente en promover campos de golf y complejos habitacionales
para millonarios que podrían producir algún dinero en el mediano plazo,
pero a cambio de disminuir nuestras ya críticas fuentes de agua potable,
que tanto escasea en los barrios de La Habana Vieja y Centro Habana,
donde viven hacinados y cargando agua en cubos, miles de ciudadanos
comunes que son quienes continuarán aportando la parte más importante de
esa maravilla que seguirá atrayendo turismo de todos lados.
Source: La Habana, Ciudad Maravilla sin duda -
http://www.14ymedio.com/opinion/Habana-Ciudad-Maravilla-incuestionablemente_0_2024797504.html
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