Friday, April 1, 2016

Quién protege a los niños del régimen

Quién protege a los niños del régimen
Los infantes cubanos son sometidos, desde su más temprana edad, a un
intenso adoctrinamiento ideológico
viernes, abril 1, 2016 | Leonardo Calvo Cardenas

LA HABANA, Cuba.- Los representantes de Naciones Unidas destacados en La
Habana actúan como heraldos complacientes con las autoridades cubanas.
Estos acomodados funcionarios se muestran incapaces de criticar al
gobierno y mucho menos acercarse a los ciudadanos. A pesar de esto, los
estamentos de la ONU que promueven los derechos humanos, en los últimos
años, han cuestionado fuertemente la realidad cubana y las
responsabilidades gubernamentales en estos delicados temas.

Varios de los mecanismos vinculantes de monitoreo del cumplimiento de
los instrumentos jurídicos de promoción de los derechos fundamentales,
como los Comités para la Eliminación de la Discriminación Racial, para
la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, de Protección de las
Libertades de Reunión, Asociación y Manifestación, han consensuado
serias críticas y señalamientos sobre la falta de garantías y
protecciones efectivas a esos derechos universales.

Sin embargo estos señalamientos y recomendaciones tienen muy poca
incidencia en la realidad cubana en tanto las autoridades de La Habana
incumplen su responsabilidad de conectar a la sociedad cubana con esos
espacios jurídicos internacionales. Ocultamiento y tergiversación total
sobre esos foros y sus resultados es la actitud recurrente de los
gobernantes cubanos ante los compromisos contraídos con la firma de
estas convenciones internacionales.

A pesar de que la propaganda oficial asegura que en Cuba los derechos de
los niños están protegidos y garantizados el Comité de los Derechos del
Niño de las Naciones Unidas, que regula y monitorea el cumplimiento de
lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño de la que
Cuba es signataria, ha señalado varias de las deficiencias de la Isla en
este tema.

Este Comité el pasado 15 de octubre de 2015 emitió sus "Observaciones
finales sobre el Informe presentado por Cuba en virtud del artículo 8,
párrafo 1, del Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos
del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados."

El documento solo reconoce como positivo la presentación del Informe
mismo y la adhesión del Estado cubano a varios instrumentos jurídicos y
acto seguido vuelve a reiterar la preocupación por el no establecimiento
en Cuba de los diez y ocho años como límite de la mayoría de edad y las
graves implicaciones que esto tiene para la protección de los derechos
de los adolescentes cubanos.

En el documento "El comité alienta al Estado parte a que fije en 18 años
la edad mínima para ingresar en las Fuerzas Armadas"

El documento "celebra el nombramiento del Primer Vicepresidente como la
autoridad nacional responsable del seguimiento y la coordinación de las
cuestiones relacionadas con los derechos del niño"…

Al igual que hizo con el tema de la cuestión racial, la información
internacional de esta falsa designación pretende confundir a los
observadores e interlocutores internacionales convenciendo a todos del
compromiso oficial con los derechos universalmente consagrados. Resulta
lamentable la actitud inescrupulosa de los gobernantes cubanos, quienes
no se sonrojan para informar al mundo de un nombramiento que no tiene
reflejo alguno en la realidad nacional.

El Comité reitera su preocupación por la inexistencia en Cuba de
mecanismos o instituciones independientes de derechos humanos que
monitoreen desde la sociedad civil la observancia y protección de los
derechos fundamentales.

El documento cuestiona al Estado cubano la falta de información y
capacitación a instituciones y ciudadanos sobre los instrumentos
jurídicos consensuados para promover y proteger los derechos humanos.

El Comité lamenta profundamente el reclutamiento militar obligatorio de
menores de 18 años, así como la matrícula de jóvenes de menores de 18 y
15 años en escuelas militares.

La historia responsabiliza al alto liderazgo de La Habana con la
participación de ciudadanos menores de 18 años en contiendas bélicas. En
los umbrales mismos de la revolución fueron muchos los niños menores de
16 años involucrados en acciones de guerra. De igual forma, durante las
décadas de los años setenta y ochenta, muchos menores de 18 años fueron
enviados a las guerras ajenas e inútiles en el continente africano, sin
brindar a los padres derechos a decidir sobre esta participación.

Resulta justo señalar que en los últimos años, gracias a la presión de
los organismos internacionales, el gobierno cubano alista a los jóvenes
en las fuerzas armadas a partir de los 18 años. Sin embargo, las
inscripciones en el registro militar obligatorio y en los centros de
instrucción militar se verifican antes de los 16 años. En este sentido
el Comité exige al Estado cubano que adecue sus leyes nacionales para
prevenir institucionalmente esos reclutamientos antes de la edad requerida.

Resulta alentador que organismos internacionales de esta magnitud tomen
conciencia y sensibilidad sobre las violaciones flagrantes que comete el
gobierno cubano en temas tan delicados. Sin embargo sería ideal que
también tomaran en cuenta la desprotección social y económica que sufren
muchos niños en condición material vulnerable, los que son considerados
ilegales en su propio país o deportados dentro del territorio nacional.

Esperemos que en algún momento el Comité de los Derechos del Niño
atienda y se preocupe por las enormes presiones, coacciones y chantajes
que sufren los infantes cubanos, sometidos, desde su más temprana edad,
a un intenso adoctrinamiento ideológico que tanto daña la formación
cívica, la independencia y la realización personal y social de los
ciudadanos.

Mucho de la atención internacional a estos delicados temas se deben al
celo y al desvelo de la activista cívica Dora Mesa Crespo, una maestra
consagrada por vocación y una defensora de los derechos del niño por
convicción, quien ha demostrado enorme sensibilidad y valentía para
develar verdades lamentables y ocultas con el único objetivo de que los
niños cubanos sean protegidos y respaldados no solo en el discurso si no
en la realidad cotidiana.

Cuba necesita que los representantes en la plaza del Fondo de Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) y sus colegas cumplan su compromiso y
cometido de prestar atención a los traumas y necesidades de los
ciudadanos, y no solo en satisfacer los intereses oficialistas y diseños
de imagen de las autoridades cubanas.

Resulta además imperiosamente necesario que los líderes y activistas
incorporen la información y los resultados de los mecanismos
internacionales que promueven los derechos humanos, para utilizarlos de
manera eficaz en función de lograr mucha más cultura cívica y el tan
anhelado respeto a los mismos.

Montesinos3788@gmail.com

Source: Quién protege a los niños del régimen | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/quien-protege-a-los-ninos-del-regimen/

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