El ofendido sueco
REINALDO ESCOBAR, Marzo 31, 2016
El poeta y crítico literario Victor Fowler Calzada ha publicado en el
blog Negra cubana tenía que ser una protesta y al mismo tiempo un
llamado a la solidaridad por haberse publicado en el diario Tribuna de
La Habana una columna de opinión con el título "Negro, ¿tú eres sueco?"
dirigida a criticar al presidente Obama por su conducta durante la
visita a Cuba.
El artículo en cuestión salió en la versión impresa del lunes y estuvo
un tiempo inaccesible en la edición digital hasta que este miércoles el
propio autor publicó una disculpa. La indignación de Víctor Fowler no se
justifica solamente porque en su carné de identidad haya llevado una
letra N en el acápite de color de la piel, sino porque aunque fuera
rubio y de ojos azules tendría que sentirse indignado ante lo que
evidentemente clasifica como un ataque racista.
Pero el columnista Elias Argudín del semanario habanero (que comparte
con Fowler la letra N en su documento de identidad) solo intentaba hacer
un chiste de mal gusto cuando aseguró "No cabe dudas, a Obama se le fue
la mano. No puedo menos que decirle –al estilo de Virulo– "¡Pero Negro,
¿tú eres sueco?!"
A renglón seguido hace algo a mi juicio mucho peor cuando dice muy en
serio: "Fuimos muy corteses, incluso al punto de dejarle hablar a solas
(y a sus anchas) con los enemigos dentro de la propia casa".
A quien le molesta el adjetivo negro para identificar a un afroamericano
debería dolerle también el estigma de "enemigo" para referirse a quienes
piensan diferente a los que nos gobiernan y no porque entre los trece
cubanos que se reunieron con el presidente estadounidense hubiera tres
dignos representantes de la gente de piel oscura, sino porque, para
parafrasear un argumento del propio Fowler, habría que decir que por
encima de las diferencias raciales que sean no debemos dejar ofensa
política alguna sin reparar o enfrentar.
Víctor Fowler cuenta con la solidaridad de esos trece cubanos,
incluyendo blancos y mestizos, porque el tema de la discriminación
racial está presente en todas las agendas de la sociedad civil
independiente. Parece mucho más grave que la discriminación por motivos
políticos tenga aceptación pública en nuestra sociedad y que llegue a
ser motivo de orgullo para quienes disfrazan de intransigencia
revolucionaria su intolerancia ideológica.
Source: El ofendido sueco -
http://www.14ymedio.com/opinion/ofendido-sueco_0_1972002781.html
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