Wednesday, February 10, 2016

Cuba y la esperanza de la democracia

FRANK CALZÓN: Cuba y la esperanza de la democracia

La promesa más importante de la revolución castrista fue de inmediato
traicionada
Una y otra vez había dicho Fidel que la Constitución de Cuba sería
restaurada
Obama alega que gran parte de lo que provocó la enemistad con Cuba pasó
antes de que él naciera
FRANK CALZÓN

Hace poco se cumplió el 57 aniversario de la marcha triunfal de Fidel
Castro en La Habana tras la huida del dictador Batista.

Fidel entró a la ciudad el 8 de enero. Unos días antes, su hermano Raúl
había tomado posesión de Santiago, la segunda ciudad del país. El 10 de
enero Raúl Castro, hoy presidente de Cuba, hizo cavar una zanja larga y
honda cerca de la histórica Loma San Juan, escena de una batalla entre
tropas de EEUU bajo el mando de Teddy Roosevelt y tropas españolas, que
tuvo el 11 de enero de 1898. Los camiones militares de Raúl cargaron
hasta ese lugar a 70 cubanos, los pusieron en fila y los fusilaron. Los
cadáveres cayeron en la zanja y allí los enterraron. No hubo juicio, ni
tampoco "el correspondiente proceso judicial".

Esta acción debería servir para poner en claro ante los americanos de
hoy la naturaleza del régimen castrista y el carácter del hombre que
heredó la presidencia de Cuba de su hermano enfermo y que hoy negocia
con el presidente de EEUU, Barack Obama, en la toma de decisiones que
afectan el futuro de Cuba y su relación con Estados Unidos.

Mientras Fidel Castro subyugaba a los habaneros con largos discursos, la
promesa más importante de la revolución castrista fue de inmediato
traicionada y abandonada. Una y otra vez había dicho Fidel que, ya
desaparecido Batista, la Constitución de Cuba sería restaurada. Millones
de cubanos celebraron la salida de Batista y la llegada de la
autoproclamada "revolución democrática" de Fidel. La Constitución cubana
prohíbe la pena de muerte. La promesa de democracia hecha por Fidel se
esfumó al instante, sin que ninguno de los hermanos mostrara algún
respeto por el estado de derecho.

Montados en camiones del ejército llegaron a la loma los cubanos
condenados a muerte. Unos lloraban, otros imploraban por su vida con
protestas de apoyo a la revolución de los Castro. Algunos tenían los
ojos vendados. Muchos guardaban silencio. Una de las ejecuciones se
retrasó varias horas a petición de los camarógrafos de televisión, que
querían mejor luz para filmar el espantoso cuadro. La revista Time
reportó los detalles en su número del 26 de enero de 1959.

Al igual que en la Europa del Este bajo el régimen comunista soviético,
donde hubo ejecuciones en masa como esta, no está marcado el lugar donde
descansan los restos de esos cubanos. Tampoco está marcado el lugar del
cementerio de La Habana donde está enterrado el general Arnaldo Ochoa.

Ochoa se unió de muchacho al ejército rebelde de los Castro en las
montañas de Oriente y llegó a miembro de la guardia personal de Fidel.
Alcanzó el grado de general, jefe de los ejércitos cubanos en Angola,
era muy popular entre las filas y se le conocía por hacer chistes a
costa de la figura de Fidel como líder. Después de todo, ninguna de las
escaramuzas de Fidel contra Batista se podía comparar con las campañas
de bombardeo y las batallas de tanques que había dirigido Ochoa en
África. En un discurso, el ministro de defensa cubano, Raúl Castro, le
advirtió a su viejo amigo Arnaldo que los chistecitos con Fidel "no
tenían gracia".

Fidel Castro mandó colocar micrófonos en casa del general y grabó todo
lo que se decía. En un juicio amañado, el general y "Héroe de la
Revolución" fue condenado a muerte, llevado ante el infame paredón y
enterrado en una tumba sin marca. Tal vez, cuando los Castro ya no estén
en el poder, se grabe su nombre en la losa y la tumba se vuelva una
atracción turística en el Cementerio de Colón.

Estos son los hermanos Castro a quienes Obama espera abrazar en la
visita que piensa hacer a La Habana esta primavera. Es más, el Raúl
Castro que aparece sonriente en una foto tomada en la ONU con el
presidente y Michelle Obama, es el mismo que en 1996 dio orden a aviones
MIG cubanos de derribar a civiles americanos que volaban por el espacio
aéreo internacional en busca de refugiados a la deriva en el Estrecho de
La Florida. Raúl Castro premió con medallas a los pilotos de los MIG y
saludó como "héroe" a uno de los espías cubanos, Gerardo Hernández,
condenado en un tribunal de EEUU por haber ayudado a planear los asesinatos.

En 2014 Obama ordenó poner en libertad a Hernández como parte de un
acuerdo para reanudar relaciones diplomáticas.

El Presidente alega que gran parte de lo que provocó la enemistad de
EEUU con Cuba pasó antes de que él naciera. Sin embargo, a los
cubanoamericanos de hoy sí les importa lo que pasó. Y les va a importar
mañana a los cubanos, cuando conozcan la verdadera historia de la isla,
y la historia del presidente americano que tuvo buenas intenciones,
alentó sus esperanzas, y entonces le dio la espalda al pueblo de Cuba
para abrazar a otro dictador, como hicieron tantos de sus predecesores.

Director Ejecutivo del Centro por una Cuba Libre, radicado en Washington
D.C.

Source: FRANK CALZÓN: Cuba y la esperanza de la democracia | El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article59188278.html

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