Monday, April 6, 2015

VII Cumbre “Desterrar la postura de víctima”

VII Cumbre: "Desterrar la postura de víctima"
A Panamá acude una sociedad civil incipiente, fragmentada, disonante
tanto en la preparación de sus miembros como en la capacidad de sus
líderes. Si consiguiéramos arrojar una pequeña luz sobre la realidad de
Cuba, podríamos considerarlo todo un éxito
lunes, abril 6, 2015 | Miriam Celaya

LA HABANA, Cuba. — Apenas restan unos días para la celebración de la
Cumbre de las Américas en la que estarán presentes por primera vez
representantes de la sociedad civil independiente cubana, ocasión que
motiva la reflexión en torno a un acontecimiento que, si bien resulta de
gran importancia para los activistas cubanos históricamente excluidos de
todos los debates hemisféricos, y tradicionalmente demonizados al
interior de la Isla, será preciso asumir como un modesto paso y no como
una meta en sí misma.

La Cumbre –o sus foros alternativos, para aplacar a los nominalistas más
puntillosos– serán los nuevos espacios donde grupos opositores,
activistas de diversas tendencias y proyectos, y periodistas
independientes, entre otros, tendrán ante sí la oportunidad de mostrar
otras ideas y propuestas, diferentes a las del poder que ha dominado el
discurso cubano en todos los foros por más de medio siglo.

Sin embargo, no hay que esperar que se produzca un milagro. La
asistencia a la Cumbre no es condición suficiente para que se solucionen
los problemas de Cuba, ni tampoco la garantía de que se inicie un
proceso de reconocimiento de las libertades esenciales de las que
carecen los cubanos. Baste recordar que a este encuentro acudirá una
sociedad civil incipiente, todavía fragmentada, disonante y
desbalanceada tanto en la preparación de sus miembros como en la
capacidad de sus líderes. Las expectativas, entonces, deberán ser moderadas.

No obstante, y a despecho de las opiniones de ciertos "analistas"
resentidos y conocidos teóricos de la oposición, acostumbrados a mirar
los toros desde la barrera, y que desde la seguridad de la distancia hoy
se sienten con la autoridad intelectual de dictar las pautas exactas de
lo que debe decir y hacer la disidencia interna, la cita en Panamá
constituye una buena ocasión para la sociedad civil independiente, no
solo porque podrá presentar alternativas políticas para una transición
hacia la democracia en Cuba, sino también porque podría demostrar su
voluntad de dialogo y una adecuada coherencia entre sus propuestas y sus
actitudes.

Quizás uno de los retos principales radicará en evitar las catarsis de
(casi) siempre, en virtud de las cuales muchos activistas suelen colocar
las denuncias de la represión y las violaciones de los derechos humanos
por encima de las propuestas, objetivos y estrategias para lograrlos.
Esta claro que si realmente la disidencia cubana aspira a concitar
apoyos debe desterrar de una buena vez la postura de víctima y mostrar
capacidad para impulsar los cambios dentro de la Isla.

Otro desafío será renunciar a desmentir cada punto de la agenda que el
gobierno ha preparado para su propia "sociedad civil", recientemente
adoctrinada por el señor Abel Prieto, ex ministro de cultura cubano y
actualmente "asesor" del General-Presidente. Es obvio que las
directrices trazadas por la alta dirigencia del gobierno y que
constituyen la plataforma programática del batallón oficialista
cuidadosamente elegido para librar "la batalla" del castrismo en Panamá,
tienen como objetivos copar los micrófonos, monopolizar los discursos
sobre el tema cubano y desgastar a los representantes de la disidencia
de la Isla que sucumban a la ingrata tarea de emplear su tiempo en
ripostar a la agenda de los Castro, en lugar de defender la propia. La
confrontación siempre ha sido la estrategia clave del castrismo.
Corresponde a la sociedad civil independiente tomar distancia de ello, y
ser creativa.

Por demás, en estos días previos a la Cumbre son varios los "expertos en
temas cubanos" que auguran, casi gozosos, el fracaso de la disidencia en
la cita panameña. Curiosamente, estos especialistas pertenecen en su
mayoría a corrillos mediáticos anticastristas, aunque se nutren del
diletantismo critico contra todo proyecto opositor. Ellos siempre saben
lo que hay que hacer, pero no ha trascendido si han preparado una agenda
para presentar al conclave. Sería lamentable no contar con las
habilidades de esta oposición de academia para trazar estrategias
capaces de derrotar al castrismo, en especial en las complejas
circunstancias actuales.

Por demás, quizás lo más recomendable para los luchadores pro-democracia
será asumir la Cumbre dignamente, pero desde la modestia. Resulta
esencial recordar que, con nuestras diferencias, perseguimos objetivos
comunes, y eso debe quedar demostrado en cada foro, para lo cual habría
que renunciar a los protagonismos personales. Remedando la frase que
suele utilizar un colega y que se aplica a la coyuntura actual, es más
importante hacer luz que brillar.

Hoy es este Foro el que nos reconoce en suelo extranjero el derecho que
nos niega el gobierno en nuestra propia tierra: expresarnos libremente.
Si con ello solo consiguiéramos arrojar una pequeña luz sobre la
realidad de Cuba y sobre las aspiraciones y esperanzas de millones de
sus hijos, ya podríamos considerarlo todo un éxito.

Source: VII Cumbre: "Desterrar la postura de víctima" | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/vii-cumbre-desterrar-la-postura-de-victima/

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