Saturday, April 18, 2015

Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa

"Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa"
Peor es permanecer inertes por el temor o por desconfianza
viernes, abril 17, 2015 | Miguel Saludes

MIAMI, Florida -La Séptima Cumbre de las Américas pasa a la historia con
una imagen que parecía imposible y que no pocos auguraban nunca
llegarían a ver. El encuentro del Presidente de Estados Unidos y el
actual gobernante cubano fue sin lugar a dudas el suceso por la que este
conclave continental será recordado y recogido en las crónicas futuras.

La conmoción del evento impactó de diferentes maneras en todo el mundo
pero en particular a ambos lados del estrecho que separa lo que se
certifica como el último bastión de la Guerra Fría en el hemisferio
occidental. No pocos periodistas constataron la emoción contenida en los
gestos y palabras de Raúl Castro que de cierta forma logra el paso
trascendental de restablecer relaciones con el vecino del Norte, con el
añadido de que precisamente fuera un Castro quien entablara conversación
directa con un presidente norteamericano. Todo esto aún en vida del
Comandante.

El detalle irónico, apenas reflejado, lo daba la coincidencia del evento
el día que se cumplía un aniversario del fusilamiento de tres jóvenes
cubanos un 11 de abril del 2003. Algo que pasó desapercibido incluso
para los más furibundos detractores de este encuentro.

Otro episodio ocurrido en paralelo dentro de la Cumbre fue el Foro
Cívico donde concurrieron delegaciones de todos los países
participantes. Numerosos grupos de la sociedad civil fueron invitados a
la capital panameña para manifestar sus inquietudes, proyectos y quejas
sobre los sistemas económicos y políticos en los que conviven. Cuba
contó con la presencia dividida de dos sociedades, la independiente con
diferentes rostros y matices, abierta al diálogo. Negando el mínimo
reconocimiento a la anterior se erige la oficialista, hecha a imagen y
semejanza del sistema unipartidista que la rige.

Fue precisamente en este terreno de debate organizado en el marco de la
cumbre donde el régimen castrista salió peor parado. Mientras la nutrida
delegación de organizaciones gubernamentales se retiraba dando una
imagen poco amable de su capacidad de dialogo, la mixta compuesta por
cubanos que viven en la Isla y el exilio ocupó sitio para exponer ideas
y propuestas. De diferentes generaciones y tiempos históricos este
conjunto dejó a un lado el pasado contrapuesto por la búsqueda de
convergencia que permita construir un porvenir próspero.

Pudo más la intolerancia que el sentido común en los que no están
preparados para una etapa ineludible. Pero la imagen que dieron no pudo
ser peor en contraste. Gritos en nombre de la Revolución, canto de
himnos revolucionarios e insultos de rutina: gusanera, mercenarios y
otras barbaridades al estilo, no pudo ser su mejor discurso. Ni siquiera
tuvieron reparos para corear una pachanga de corte yihadista pidiendo
machete para esos que "son pocos". Una muestra nada civilizada que
reafirmada la diferencia entre los que defienden el totalitarismo y los
que apuestan por el diálogo para configurar una sociedad diversa,
inclusiva y respetuosa.

Tal vez Obama haya observado a su contraparte este tipo de manifestación
tan retrógrada como inapropiada. Quiero imaginar la respuesta del
general presidente justificando el acto de la delegación que se dice
representativa del pueblo cubano. La misma que diera el otro Castro a la
periodista Bárbara Walter cuando aquella señaló el anti norte
americanismo manifiesto en las concentraciones presenciadas por ella. –
Es el pueblo, son consignas del pueblo- dijo Fidel entonces.

La imagen discreta de los actores que apuestan por otra Cuba fue un buen
saldo. Quienes critican su presencia olvidan que ausentarse era dejar el
terreno libre a los que defienden el inmovilismo. Mejor que quedarse
fuera o acudir con los lemas y pancartas de siempre para demostrar lo
que ya todos sabemos. No estar podía constituir un error costoso para el
devenir político de quienes pretenden presentarse como interlocutores de
la sociedad cubana que comienza a avizorar el signo de los tiempos. Su
participación necesaria forzó a la salida de los que respaldan el
inmovilismo.

Por otra parte en Cuba también se aprecian imágenes inéditas. Banderas
norteamericanas y cubanas se asoman a balcones humildes, las primeras y
más sinceras embajadas abiertas en la Isla. Los autos se pasean
exhibiendo la misma enseña de las barras y las estrellas, algo que en el
pasado reciente podía considerarse un acto punible. Un joven desde su
bici taxi y vistiendo un pullover donde destaca el mapa estadounidense
se alegra por el fin de un embargo que señala como perjudicial en primer
lugar para la gente de a pie.

Hay otras señales. El estudio, realizado por la firma Bendixen & Amandi
International para la cadena Univisión y el diario The Washington Post
recogió entre otros aspectos el hecho de que una amplia mayoría de la
población cubana encuestada (96%) desea el restablecimiento total de las
relaciones entre ambos países. Los datos muestran singulares detalles.
La popularidad de Obama (80 por ciento de simpatía) solo rivaliza con la
del Papa Francisco. Le siguen el Rey de España Felipe VI (76 por ciento)
y Nicolás Maduro, quien supera en popularidad (64 por ciento según los
encuestados) a los hermanos Castro (47% positiva contra un 48% negativa
para Raúl y un respectivo 44%- 50% para Fidel) Quien lo hubiera dicho.

El camino es largo y tortuoso. Lleno de imprevistos y no imposible de
malas artes como la posibilidad de un cambio fraude que ya se viene
denunciando desde hace un tiempo, y cuya factibilidad no debe ignorarse.
Existen otros muchos riesgos. Peor es permanecer inertes por el temor o
por desconfianza a lo que venga, no importa cuan justificada puedan ser
las aprehensiones, cuando el círculo ha sido quebrado y está al punto de
la ruptura definitiva.

Por mi parte, "soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa", como
dijera Winston Churchill.

Source: "Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa" | Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/soy-optimista-no-parece-muy-util-ser-otra-cosa/

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