La Habana y Miami: muy cerca y muy lejos
Jueves, Agosto 29, 2013 | Por René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El pasado domingo, tras una
estancia de varias semanas en la ciudad de Miami, viajé de regreso a
Cuba. Son muchos los amigos que me han pedido que comparta con ellos mis
impresiones sobre el viaje. Lo he hecho con gusto, pero creo que es
correcto que también las dé a conocer a un círculo más amplio de
lectores. Comenzaré por ello con este artículo.
Si tuviera que caracterizar a la metrópoli sudfloridana en una sola
palabra, diría: pujanza. Para alguien como yo, acostumbrado a mirar los
viejos edificios habaneros, que desde la implantación del comunismo
parecen haber sido atacados por una lepra implacable que los corroe y
deforma, la contemplación de las construcciones miamenses, nuevas o en
perfecto estado de conservación y mantenimiento, resulta anonadante.
Recorrí en automóvil —que es allí el medio de transporte apropiado—
cientos de kilómetros por toda la ciudad y otros parajes del Sur de la
Florida. En todo ese tiempo pude contar con los dedos de una mano las
casas que llamaron mi atención por presentar cierto grado de deterioro.
Y esto en términos relativos, porque esos mismos inmuebles, ubicados en
La Habana, parecerían normales y aun bien cuidados.
Algo similar puedo decir del parque automotor. Salvo algunos pocos
clásicos (lo mismo que nuestros "almendrones", sólo que en impecable
estado), el resto de los vehículos son modernos; no resultan inusuales
los carros deportivos de las más acreditadas marcas europeas. Entre las
decenas de miles de automóviles que vi en calles y avenidas, sólo conté
tres que tuvieran un desperfecto evidente.
Alguno pudiera pensar que esos contrastes son normales, habida cuenta de
que estoy hablando del país más desarrollado del mundo. Yo, sin embargo,
tomo tales afirmaciones con un grano de sal. No hay que olvidar cuál era
la situación en enero de 1959, cuando, al decir del poeta palaciego,
"llegó el Comandante y mandó a parar".
Las estadísticas demuestran que, en aquella lejana época, Cuba ocupaba
el primer lugar en la América Latina por el número de vehículos
motorizados con respecto a la población. También por entonces era Miami
una ciudad pequeña de características provincianas, incapaz de resistir
ser comparada con La Habana.
En Cuba, a fines de los cincuenta ya se habían erigido algunos edificios
de gran altura y belleza en el nuevo centro de la capital, por la zona
de La Rampa. Parar en seco ese admirable proceso fue uno de los "logros"
de la Revolución. En la metrópoli sudfloridana, sin embargo, la erección
de rascacielos ha continuado de manera sistemática. Como resultado de
todo esto, es hoy La Habana la que no resiste una comparación con Miami.
Lo más interesante de ese desarrollo ha sido el papel preponderante que
ha correspondido en él a nuestros compatriotas. Desde la trepa de los
castristas al poder, la salida de cubanos con rumbo norte constituyó una
sangría indetenible. Cuba, país de inmigrantes, se convirtió en uno de
emigrantes. En el Sur de la Florida, las cosas han llegado al extremo de
que, al encontrarse con un desconocido, lo mejor que puede hacer un
hispanoparlante es dirigirse a él en castellano.
A la luz de todas esas realidades, uno no puede dejar de preguntarse:
¿Cuál habría sido el desarrollo de Cuba si el nuevo régimen no hubiese
propiciado esa incesante hemorragia humana? ¿Si no hubiera prescindido
alegremente de los líderes empresariales y de otros compatriotas
emprendedores, por el solo hecho de no plegarse a la "dictadura del
proletariado", el "ateísmo científico" y el "materialismo histórico"?
¿Cuál sería la situación hoy si todo el gigantesco esfuerzo que esos
compatriotas consagraron al desarrollo de esa parte de los Estados
Unidos lo hubieran dedicado a mantener e impulsar el progreso de La
Habana y otras ciudades cubanas?
Source: "La Habana y Miami: muy cerca y muy lejos | Cubanet" -
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