Wednesday, February 15, 2012

El Partido, ¿a debate?

Opinión

El Partido, ¿a debate?
Luis Felipe Rojas
Holguín 15-02-2012 - 8:27 am.

En los últimos días se han televisado fragmentos de las concluidas
sesiones de la Conferencia Nacional del PCC.

En los últimos días se han venido televisando fragmentos de las
concluidas sesiones de la Conferencia Nacional del Partido Comunista de
Cuba. Y lo primero que salta a la vista es la falta de confrontación.
Los comunistas cubanos hacen caso omiso a su mejor espejo: en cada
esquina de cualquier pueblo de la isla se enciende de manera constante
la más sustancial de las discusiones. Sobre béisbol o sobre la calidad
del pan. Sobre la dejadez de los funcionarios públicos o sobre la
frecuencia con que se distribuyen huevos o frijoles de forma racionada.
Aún sin visos democráticos, dondequiera se entroniza una debate que ya
quisieran los diputados a la Asamblea Nacional.

En la discusión sobre una posible reformulación constitucional del
Artículo 42, pudo verse cómo Mariela Castro Espín era objeto de tímidas
réplicas. Su intención era que al citado artículo se le añadiera (donde
dice que nadie debe ser discriminado por motivos de raza, género,
nacionalidad o religión) la especificidad de no serlo "por motivos de
identidad de género".

Las respuestas de Alarcón y Eusebio Leal negaron la necesidad de citar
estos términos en la constitución. Citaron a Martí y hablaron de unidad.
La pronta intervención de Esteban Lazo como moderador cortó el debate,
la televisión cortó también el metraje fílmico y por arte de magia
digital vimos cuando "todos" levantaban la mano para aprobar algo de
manera unánime.

Hay una contradicción que precisa de una atención especial. La Comisión
Nº 1, según publicó el diario Granma el miércoles 1 de febrero, debatió
el funcionamiento interno de la organización comunista. La intención era
acabar con el mandonismo y el entrometimiento de los instructores del
Partido en las decisiones productivas, a la vez que se dictaminó
"fortalecer el papel y las facultades de los comités del partido en los
centros de trabajo…" Cualquier cubano conoce la prepotencia de los
funcionarios municipales del Partido, por no hablar de los visitantes de
los comités provinciales. El solo anuncio de sus visitas pone en guardia
a cualquier municipio: se revisan planes de trabajo, se pintan los
contenes de las aceras y se reaviva la gastronomía.

Un fragmento televisado donde el ministro de Cultura y el presidente del
Instituto Cubano de Radio y Televisión rendían cuenta de sus batallas
contra el mal gusto dio señales del anquilosado pensamiento en las
estructuras de poder.

El ministro Prieto aludió a los arribistas que se hicieron con un
espacio haciendo chistes y parodias, y dio informe sobre las jugosas
ganancias y la corrupción en los centros provinciales de la música a
través de la evaluación y contratación de artistas y proyectos
artísticos de baja calidad y peor gusto estético. La dicotomía entre lo
que ofrece el talento artístico y lo que la gente quiere vuelve a ser
manzana de la discordia que no se resuelve en una comisión de
estalinistas. La dinámica televisiva contemporánea va por un lado y el
adoctrinamiento que se intenta pasar en Cuba por medio de telenovelas y
seriados para adolescentes va por otro.

Es un mal de raíz. La imposición de las ideas comunistas más
anquilosadas como única vía de participación política ciudadana no acaba
de cuajar en la tan manida unidad de "todos" los cubanos.

Debates a puertas cerradas para ofrecerlos después editados y servidos
como receta son el botón de muestra del partido único. A todas luces lo
que no se debatió o televisó debe haber sido más interesante que las
monsergas publicadas en estos días. El hecho de que Raúl Castro iniciara
el discurso de clausura con su posición sobre las posibilidades del
pluripartidismo, dejó entrever, a decir de algunos entendidos, que el
asunto al menos estuvo en el debate de las comisiones de trabajo.

El Partido Comunista de Cuba es una opción rígida, excluyente, que
procura perpetuar un sistema condenado al fracaso.

http://www.diariodecuba.com/opinion/9578-el-partido-debate

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