Tuesday, November 15, 2011

A la cárcel por una antena

A la cárcel por una antena

A pesar de las elevadas multas y los años de privación de libertad
previstos por la ley, los cubanos prefieren disfrutar en su programación
habitual la telenovela Mi corazón insiste, los noticieros de la CNN, el
concurso Belleza Latina, Caso Cerrado, A mano limpia o Esta noche tonight.

martinoticias.com 14 de noviembre de 2011

Al parecer las autoridades de la isla están preocupadas por la
proliferación de antenas parabólicas, según una nota publicada en el
diario oficialista Granma, que recuerda las multas de 10 mil pesos o los
3 años de privación de libertad que les depararían a quienes sean
capturados en este negocio.

En el reciente artículo Bandidos contra la soberanía radio-electrónica,
se especifica que "la obtención de servicios de telecomunicaciones
mediante conexiones clandestinas o fraudulentas, o la utilización de
cualquier maniobra técnica que permita neutralizar, eludir o burlar los
mecanismos de control establecidos, constituye un delito."

Pero a pesar de las amenazas que penden sobre sus cabezas, continúan
arriesgándose tanto los creadores de los equipos y los proveedores del
servicio, como los ansiosos clientes: los unos por ganar mensualmente
varios cientos de pesos convertibles, los otros por informarse y
divertirse a través de canales prohibidos, tal vez mejores por el simple
hecho de ser diversos.

Solo un 2.2 por ciento de la población cubana dispone de internet en sus
hogares. Por eso, ante la carencia de una alternativa de información
libre, las antenas parabólicas ganan más espacios y adeptos. No falta
incluso quien se jacte de su propiedad, como el cantautor y presentador
de televisión Amaury Pérez Vidal.

La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, en conjunto con la Seguridad
del Estado, tiene diseñados mecanismos de control tecnológicos para
detectar las antenas ilegales, que pululan por toda la isla camufladas
entre tejas y tanques de agua. Mas sin dudas, La Habana es el núcleo del
fenómeno.

Pero no es fácil detener la inventiva cubana. El periodista Iván García
consiguió declaraciones de un ingeniero, que ha formado parte de esos
equipos: "Por cada antena que detectamos hay 40 que no localizamos. Las
personas dedicadas a esto son muy talentosas. Fíjate que hemos
descubierto cables de fibra óptica que reproducían la señal de forma
soterrada a 600 metros del equipo trasmisor".

Muchas de estas personas llevan aproximadamente 10 años en el negocio,
con interrupciones ocasionales por dificultades técnicas. La ayuda de
algún familiar residente en el exterior, generalmente en los Estados
Unidos, es fundamental para iniciarse en el negocio. Una vez que los
componentes de un equipo receptor de la señal satelital se entran al
país (escondidos, naturalmente), sigue la compra de un 'plato' o
parábola en 60 pesos convertibles, que por su tamaño no queda más
remedio que construirlo en Cuba.

Otro eslabón de la cadena son los 'recargadores' – apunta el periodista
García -. Por 35 dólares, se recargan las tarjetas para TV por cable.
"Un familiar en Miami compra varias tarjetas y clona los números. Así
mantenemos activas las tarjetas".

Y por último se encuentra el proveedor del servicio por 12 CUC
mensuales, desde cuya casa se distribuyen los cables, en ocasiones hasta
10 casas de una manzana o prácticamente edificios completos. De este
modo, muchos cubanos se mantienen al día sobre otros puntos de vista de
la realidad internacional e incluso nacional; disfrutan de las
telenovelas latinoamericanas, nuevos filmes, videos musicales, concursos
de belleza y otros programas acusados de frívolos pero irremediablemente
refrescantes.

Sin embargo, a pesar de tanta ligereza en las preferencias televisivas,
el gobierno cubano continúa viendo en ello una amenaza política, como
prueba un fragmento del artículo de Granma: "Esta actividad es
financiada por Estados Unidos, desde donde llegan al país los medios e
implementos necesarios, burlando los controles establecidos. (…) Cuba
tiene todo el derecho de salvaguardar su soberanía radio-electrónica."

Pero se cuida de expresar sus verdaderos temores por las claras.
Prefiere insistir en que la penalización de las antenas parabólicas se
debe a los recursos desviados para su construcción y funcionamiento.

Muchas de las personas que disponen de ellas se dedican a grabar
programas y películas para después vender discos compactos y paquetes de
filmes a clientes que a su vez manejan bancos de películas. Un negocio
da paso al otro, y así en una cadena interminable, la tecnología se les
escapan de las manos a los controles oficiales.

A esta nueva cruzada contra los paganos de las nuevas tecnologías, no se
le puede ver el fin: mientras unos vigilan y persiguen, otros creen que
un nuevo riesgo en sus vidas no hace la diferencia y prefieren soñar con
un cambio de canal.

http://www.martinoticias.com/noticias/condenan-a-cubanos-con-antenas-parabolica-ilegales-a-3-anos--133822398.html

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