Tuesday, November 15, 2011

Entre dictadura y democracia

Entre dictadura y democracia
Martes, 15 de Noviembre de 2011 01:56
Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)

Debe estar triste el corazón de quien ayuda a oprimir a los hombres.
José Marti

Guanajay, Artemisa, (PD) La situación actual de los negros en Cuba no
debe definirse entre capitalismo o comunismo. Quizás como no respondo a
ningún partido ni color político por humano que parezca, veo este dilema
desde otro ángulo: desde el punto de vista ciudadano y desde los
conceptos de raza y poder.

El problema negro en Cuba, su futuro, cuestionamientos y soluciones,
habrá que analizarlo entre dictadura y democracia. Ellas son las
vertientes fundamentales para el análisis de un problema social, por
engorroso que parezca.

El capitalismo en su estado natural no es justo para el enfrentamiento
de las diferencias sociales. Pero ha cambiado, y de tal forma que lo que
pudiera catalogarse, en el contexto de Latinoamérica, como capitalismo
parasitario, ya pasó a la historia.

Ahora existe una democracia participativa, amén de errores y bochinches
delincuenciales, que pujan por el mejoramiento de su población donde
quiera que tenga lugar, como son los casos de Perú, Argentina y Brasil,
entre los más destacados con respecto al mejoramiento de la vida ciudadana.

Y es que sin capitalismo es imposible el desarrollo del mundo. Todo es
capitalismo. El socialismo lo es también, porque no es otra cosa que el
capital socializado, aunque raramente lleva a feliz término sus proyectos.

Los cubanos, blancos y negros, tenemos sobradas memorias de lo que ha
significado para la nación la implantación de de un sistema sin arraigo
propio en la conciencia ciudadana. Porque no se trata solamente del daño
que le ha hecho a la nación desde el punto de vista económico. Es
también el daño que se les ha hecho a las personas, a la psiquis del
ciudadano durante muchos años.

Y ahí precisamente es donde el cubano negro y mestizo se encuentra
indefenso, desarmado y sin un camino cierto. Teme a todo lo que venga de
la voz oficial, lo cree mayormente y muere sin alcanzar nada.

Eso lo provoca el totalitarismo. Es su herramienta de poder más
sofisticada, usada contra el mismo pueblo, con el único fin de la
ambición de mando y el saqueo del tesoro público.

La mentalidad racista de rechazo y miedo al negro fue favorecida por la
crisis de los noventa. Es hoy el negro el que menos emigra, por ende
está sometido a la negación de empleo y sujeto a constituir el mayor por
ciento en las cárceles por delitos comunes. Es el más sospechoso ante
los ojos de la policía, ya que el color de la piel es un estigma para la
visión oficialista. Lleva como espada de Damocles, la desgracia de estar
en el nivel más bajo respecto al componente étnico de la nación cubana.

La lucha contra el racismo y la exclusión de género y raza, tiene
necesariamente que concatenarse con las ideas democráticas del mundo.
Para que Cuba sea realmente soberana y se apegue fielmente a los
derechos fundamentales de la personan humana, no pueden los negros y
mestizos creer en las promesas de un régimen que ha dado muestras más
que suficientes, de ser racista y manipulador de la mentalidad ciudadana.

makandalmm@yahoo.com


http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/2656-entre-dictadura-y-democracia

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