Thursday, April 21, 2011

Todavía no: los históricos de Cuba siguen en el poder

Todavía no: los históricos de Cuba siguen en el poder
20 de Abril de 2011 • 17:10

Raúl Castro ha pedido paciencia a quienes desean un cambio generacional
en Cuba y afirma que el país carece todavía de líderes jóvenes con
experiencia para llevar adelante a la revolución, 52 años después de que
junto con su hermano llegó al poder.

Pero algunos observadores dicen que los Castro son los únicos
responsables, y que un historial de cerrarle el paso a políticos
prometedores ha marcado a su gobierno desde el principio.

"La desconfianza de Raúl por los jóvenes del aparato radica en que no
entiende la precipitación, la velocidad de la necesidad de los jóvenes
por acelerar el proceso", dijo Eduardo Bueno, profesor de relaciones
internacionales en la Universidad Iberoamericana en México. "Hay una
ética de la generación fundadora que es bastante cerrada y que ha
servido para descalificar a esos líderes jóvenes que buscan acelerar el
proceso".

Raúl y Fidel han criticado con frecuencia a los jóvenes por una falta de
una buena fe revolucionaria, al decir que lo que tienen se les ha
entregado, en vez de haberlo ganado en una lucha valiente.

La brecha generacional nunca fue más evidente que en el Congreso del
Partido Comunista de esta semana, cuando Raúl nombró como sus
principales subalternos a las viejas figuras revolucionarias de José
Ramón Machado Ventura, de 80 años, y Ramiro Valdés, de 78. Tres
políticos relativamente jóvenes fueron ascendidos entre los 15 miembros
del consejo directivo, o Buró Político, del partido, pero en puestos
menores.

Tanto Raúl como Fidel habían despertado grandes expectativas cuando
dijeron que reconocían la necesidad de una "rejuvenecimiento" y que
intentaban abrirle camino a los futuros líderes. Después del anuncio,
Raúl reconoció que los errores cometidos durante varios años habían
causado una ausencia de líderes jóvenes, pero insinuó que el error fue
creer en las personas equivocadas _ y no socavar a personajes en ascenso.

Sugirió que algunas nuevas caras podrían ser incorporadas al consejo
directivo en el 2012, cuando el Partido Comunista tendrá otra reunión
importante.

En Cuba, quienes vuelan demasiado alto y demasiado rápido caen con
frecuencia, como en el caso más prominente del súbito cese en marzo del
2009 del vicepresidente Carlos Lage, entonces de 57 años, y del
canciller Felipe Pérez Roque, quien tenía 43.

Ambos fueron considerados como potenciales líderes después de los
Castro, y tenían un relativo respeto en Washington y en capitales
europeas clave. Y ninguno temió presentarse ante las cámaras en un país
donde la presencia excesiva no es necesariamente el sendero más seguro
al éxito.

Irónicamente, fue una cámara _de la cual ninguno se enteró_ la que marcó
el fin. Ambos fueron captados en un video secreto mientras bebían whisky
y bromeaban sobre los viejos gobernantes del país.

Un día después de que el presidente Raúl Castro los destituyó, Fidel
puso en claro que los otrora protegidos habían perdido la confianza de
ambos hermanos, y sugirió que fueron dejados libres porque su avidez por
puestos de liderazgo se había vuelto indecorosa.

"La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó
en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno", escribió
Fidel. "El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos".

Después de las severas palabras de Fidel, de inmediato Lage y Pérez
Roque bajaron la guardia, aceptaron la responsabilidad y se fueron en un
discreto y forzado retiro, tan común en Cuba que tiene nombre; el "Plan
Pijama".

Lage es ahora al parecer el administrador de un hospital modesto; Pérez
Roque trabaja como ingeniero en un parque industrial en la periferia de
la capital.

Aunque el video nunca ha sido difundido para el público en general, ha
sido mostrado a miles de miembros del Partido Comunista en la isla, en
una verdadera lección para los que pudieran repetir el error.

El escarmiento de Lage y Pérez Roque se ha ejecutado una y otra vez
desde la revolución de 1959.

El joven predecesor de Pérez Roque como canciller, Roberto Robaina, fue
cesado en el 2002, por supuesta deslealtad después de que sugirió que
estaría en condiciones para la presidencia en la Cuba posterior a los
Castro, así como por aceptar favores de autoridades y empresarios del
extranjero. Ahora pinta paisajes rurales en su casa de La Habana.

Otro colaborador joven y otrora confiable, Carlos Valenciaga, miembro
del Consejo de Estado de Cuba y secretario personal de Fidel Castro, fue
removido en el 2008 por causas desconocidas, y son incontables los otros
ejemplos al paso de varias décadas.

La parálisis política ha contrastado drásticamente con los audaces
cambios económicos de libre mercado que Raúl Castro ha aplicado desde
que llegó al poder, incluyendo una mayor facilidad para que los cubanos
ingresen al autoempleo, contraten trabajadores y puedan alquilar
habitaciones y vehículos.

En el congreso del Partido Comunista, los delegados aprobaron más de 300
cambios, incluida una propuesta para legalizar la venta de propiedades
privadas.

Mientras los cínicos pudieran percibir que los líderes revolucionarios
carecen de la credibilidad para ser adalides de esos cambios, Bueno dijo
que Raúl Castro vio esto como su última misión en la preparación del
país para el día en que él y su hermano se vayan.

"De alguna manera se vieron a sí mismos como los líderes del recambio",
indicó Bueno. "Y eso chocó con esa ética tan cerrada de la generación
fundadora de que el proceso tiene que ser de rectificación de errores
pero dentro de la línea del socialismo".

La renuencia de los líderes de Cuba para tener fe en una generación más
joven es pasmosa, dado que fueron en un tiempo los símbolos mismos de la
juventud.

Fidel tenía apenas 32 años cuando llegó al poder en 1959, y Raúl, 27. Su
compañero de armas, Ernesto "Che" Guevara, tenía 31 y ninguna
experiencia en finanzas cuando fue nombrado director del Banco Central
de Cuba.

Antes de que fuera muerto en Bolivia en 1967, el comandante argentino
narraba a menudo el relato al parecer apócrifo de que cuando Fidel
buscaba a un nuevo director del banco, preguntó en una reunión de los
rebeldes victoriosos si alguno era un buen "economista".

Al entender mal creyendo que el comandante quería saber si entre los
rebeldes había un "comunista", el Che levantó la mano, y consiguió el
trabajo.

Uva de Aragón, una especialista sobre Cuba en la Universidad
Internacional de Florida, dijo que medio siglo después las
contradicciones en Cuba son claras, y podrían apreciarse en la laguna
entre la intención expresa de Raúl de promover a jóvenes y su
persistente dependencia en un círculo interno de camaradas rebeldes que
se ganaron la confianza con sangre.

"Por una parte, está en el poder una generación atrapada por su edad
_con todo lo que ella implica de limitaciones físicas y mentales_, su
historia, ideología e interés de mantenerse en el poder", señaló. "Por
otra, el país está en quiebra. Saben que es urgente hacer reformas, pero
piden hacerlas con calma".

Los periodistas de The Associated Press Peter Orsi y Andrea Rodríguez
contribuyeron en la información.

http://noticias.terra.com/noticias/todavia_no_los_historicos_de_cuba_siguen_en_el_poder/act2809974

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