Normando Hernández, ex preso político cubano:
"El Gobierno de Rodríguez Zapatero es cómplice del Gobierno cubano"
Antonio José Chinchetru, 20 de abril de 2011 a las 13:10
Normando Hernández (Camagüey, 1969) se dedicaba al periodismo
independiente en Cuba. Entre las acusaciones que se le imputaron para
condenarle a 25 años estuvo el haber criticado la calidad del pan y
analizar la causa del problema. Tras pasar siete años y medio de prisión
fue excarcelado y desterrado a España junto con su familia en. Dice a
Periodista Digital que siente muy agradecido al pueblo español, pero no
a su Gobierno.
Acusa al Ejecutivo de Zapatero de retrasar la concesión de un asilo
político que todavía no ha llegado y de no dejar que él y otros
desterrados viajen a foros internacionales. Lo estaría haciendo para
impedir que fuera de España se escuchen las voces de quienes se oponen a
la dictadura castrista.
Esta actitud "cómplice" con el castrismo viene, en su opinión, de lejos:
El Gobierno de Rodríguez Zapatero es cómplice del Gobierno cubano".
El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha estado lavando la imagen, durante
todo su mandato, ante la Unión Europea y ante el mundo entero. Es
lamentable, porque es la realidad. Y así lo hemos percibido y sentido
todos los cubanos que nos hemos opuesto al Gobierno de Cuba.
Yo recuerdo que desde dentro de la cárcel, cada vez que nos llegaba
una información del lavado de imagen que estaba haciendo el ex ministro
Moratinos en verdad lo sufríamos mucho. Actualmente continúa en este
lavado de imagen.
La actitud del Gobierno contrasta con la del pueblo español y con la de
la Comunidad de Madrid:
Contrario al Gobierno español ha sido el pueblo de España,
fundamentalmente los residentes en Madrid -Normando Hernández vive en
dicha ciudad-, que nos han dado una acogida calurosa. Gracias al pueblo
español yo no me he sentido extranjero en Madrid. Mi hija y mi esposa no
se han sentido extranjeras en Madrid.
Cuando llevaban más de quince días en Madrid, el Gobierno no había
proporcionado atención sanitaria a los desterrados, a pesar del delicado
estado de salud que presentaban muchos de ellos. Cuenta que Esperanza
Aguirre se interesó por su caso e intervino para que el Hospital
Gregorio Marañón ofreciera atención médica a los ex presos políticos
recién llegados a España.
Hernández relata la dureza de las cárceles cubanas:
Si existe algún infierno en la tierra, las presiones cubanas son
ese infierno. En la prisiones cubanas el día a día es tratar de
conservar tu integridad física, tu integridad moral; no permitir que te
vejen, que te humillen.
En las prisiones cubanas se tortura tanto física como
psicológicamente. Las prisiones cubanas no cumplen las reglas mínimas
para el tratamiento de los reclusos dispuestas por las Naciones Unidas.
Pero el castigo llegaba incluso a su hija, Daniela, que actualmente
tiene nueve años. El director del colegio y la policía política se
encargaron de difundir entre sus compañeros de colegio, y los padres de
estos, que Hernández estaba en prisión por querer poner una bomba en la
escuela. Esto tuvo un efecto muy negativo sobre la niña, que requirió de
tratamiento psicológico y psiquiátrico. Hoy Daniela es una niña
perfectamente integrada en un colegio madrileño.
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