Monday, September 21, 2015

El Papa no es ni Dios ni cubano

El Papa no es ni Dios ni cubano
DDC | La Habana | 20 Sep 2015 - 11:53 pm.

Crónica de una jornada intensa para muchos cubanos en la Plaza de la
Revolución.

"Cuando vino Juan Pablo la gente tenía más necesidad de creer en algo",
dice Miguel Lázaro, vecino de la plaza. Él nota las diferencias entre
las visitas papales a través de la reacción de la gente. "En los 90
había una crisis de fe por la necesidad y por tantos años de
religiosidad escondida. Así que no sé de dónde sacan los 80 años de
relaciones ininterrumpidas con el Vaticano. Queríamos esperanza y el
derecho a no esconder los sagrados corazones ni las vírgenes. De
Benedicto ni nos enteramos. Pero de Francisco esperamos hechos concretos
y a la vez, nada."

Tres días antes ya la gente andaba preocupada. Mary, chofer de Cubataxi,
se preguntaba cómo recogería a un cliente del aeropuerto el mismo
domingo. "Pasaron los vuelos de la terminal 1 para la 5, pero así y todo
no se qué haré porque Boyeros estará cerrado".

El control sobre los boteros aumentó considerablemente. "El gardeo es
tremendo. No nos dejan en paz tratando de que haya menos almendrones en
la calle", cuenta un taxista de la ruta Víbora- Habana. Lo mismo
aseguran otros choferes de la ruta Alamar-Habana.

El dependiente del DiTú de Vía Blanca y Primelles dice que "este Papa es
la candela, pero yo no sé por qué se detiene la ciudad, si ya los
tiempos de matar Papas y presidentes pasaron". En el Cuerpo de Guardia
de la clínica veterinaria están de acuerdo con él. "Ni que fuera a venir
Dios", comentan quienes esperan, preocupados por no poder llevar a sus
mascotas a tiempo para los tratamientos.

Para Miguel Lázaro, lo peor de la misa fue la frase "quien no vive para
servir no sirve para vivir", porque la encuentra excluyente. Asimismo,
no se explica cómo los periódicos oficiales han promovido algunos temas
que implican vetar libertades sociales como algo positivo. Un grupo de
turistas mexicanos, a la salida de la plaza de la Revolución se
cuestionan la política del Papa hacia el matrimonio gay. "¿Y si no me
quiero casar por lo civil? ¿Dónde queda mi derecho a casarme según mi
fe? ¿Es que no somos también hijos de Dios?".

Una monja misionera polaca, que apenas hablaba español decidió que era
un buen día para conocer la ciudad y a su gente. Justo hoy que, cuando a
las 9 y 35 de la mañana, detenían a un grupo de cinco opositores que
iban a participar de la misa, la gente comentaba: "Estos siempre están
en lo mismo"; una mujer vestida de rojo reía a carcajadas mientras
contaba cómo le habían dado golpes a la Dama de Blanco, otros pasaban
como si no estuviera sucediendo nada, y se destaparan de la nada un
ejército de policías vestidos de civil para "atajar" cualquier otra
reacción.

"Los comunistas no aguantaron la misa entera", sigue contando Miguel
Lázaro, que no se ha perdido detalle: "No había empezado la misa y ya
estaban desfilando 20 de mayo abajo. Muy preocupados porque nada más
había un quiosco vendiendo galleticas dulces".

"Mijo, no. Si ese tipo acaba de empezar a hablar ahora mismo", dice un
hombre que se queja porque tuvo que parquear el carro demasiado lejos.

"El Papa vino a coger su tajá de la historia. Fíjate que de aquí va pal
Yuma", analiza un desconocido en una esquina.

La movilización estatal comenzó a partir de las 10 de la noche. Cada
ómnibus del Centro Félix Varela desde la noche anterior, tenía asignado
a cinco miembros del partido. Un policía en la esquina del Estadio
Latinoamericano, que debía estar apostado, dijo desde el muro que
encontró para descansar: "Llevo tantas horas aquí que ya no me queda ni
cuerpo ni alma".

Un grupo de jóvenes se divertía, con mucha discreción, identificando a
los policías entre los fieles: "Tú ves a ese que esta allí, ese es
policía: pullover de raya y el manos libre prendido a la oreja. Ese de
allá es un funcionario, se ve que no cree en nada".

Apenas empezaba la misa y ya había gente sentada en los ómnibus
esperando el regreso. Algunos que parecían realmente creyentes
aprovecharon la salida para comprar en el agromercado más cercano
algunas viandas.

Una pareja buscaba desesperada la guaguas que los llevaría de regreso a
Bauta.

Aunque no había transporte para los que decidieron no ir a la misa, las
tiendas abrieron en sus horarios habituales. Una dependienta del mercado
de Carlos III narra como "por poco no llega temprano" al trabajo: "He
estado toda la mañana recostada al mostrador sin vender nada, pero
aunque fuera creyente y hubiera estado interesada en ir a misa no
hubiera podido porque esta gente no cree en nada. Si falto me descuentan."

El parque de La Normal estaba lleno de ómnibus amarillos. Las calles
infanta y Carlos III tenían ómnibus de las rutas p11, p15, p3 y p13 con
rumbo a sus destinos habituales a disposición de los que quisieran tomarlos.

Las torres de la iglesia del Sagrado Corazón en la calle Reina, junto a
gigantografia del Papa y la calle semidesierta hubiesen sido una buena
fotografía. Aun así ya había gente esperando detrás de las vallas de
contención a que el Papa llegara, y los balcones estaban llenos de
supuestos vecinos identificados con solapines que decían "protección de
la vía".

La iglesia bautista de Reina cantaba su liturgia como cualquier domingo.
Una mujer que dijo tener una niña enferma salió a "luchar" una banderita
del vaticano: "Es que son los mismos colores de la bandera de la letras
del año y como yo soy hija de Oshún todo los días salí a luchársela a mi
hija y de paso a que se me pegara un poco de la bendición que trae el
Papa para todo el mundo. Porque la verdad es que aquí hay mucha envidia
y mucha maldad".

Una cederista ingenua que salió a ver el horario en que podía ver al
Papa más de cerca se mostró asombrada de cómo habían movilizado a sus
vecinos para que fueran a misa: "Yo no pertenezco a ninguna comunidad
cristiana, pero ellos tampoco. Lo mío es curiosidad. Pero no entiendo
porque tenemos que llenar la plaza con gente si pueden ir solo los
creyentes. Bueno, a lo mejor se les pega algo bueno".

Dos borrachos descargaban su borrachera de mañana. Uno se creía con el
derecho de estar en medio de la calle mientras un policía vestido con un
pulóver de la selección nacional alemana de fútbol, lo empujaba hasta
detrás de las vallas. El segundo, se jactaba de su amistad personal con
el Papa: "Yo fui a recibirlo al aeropuerto y me dijo que este año habría
papa para todo el mundo".

La gente se hace muchas expectativas. Unos en serio y otros en broma.
Dos travestis pasaron y provocaron el comentario de un hombre hacia su
mujer: "Mira estas dos van para que el Papa las bendiga".

"Estamos acostumbrados a que no resuelvan los problemas", dice otra
desconocida, "pero nuestros problemas los tenemos que resolver nosotros
mismos. Francisco no es ni Dios ni cubano."

(Con informaciones de María Matienzo y Adriana Zamora desde La Habana)

Source: El Papa no es ni Dios ni cubano | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1442786021_17043.html

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