Thursday, January 1, 2015

Será 2015 el año de los grandes cambios para Cuba?

Voces desde Cuba: ¿será 2015 el año de los grandes cambios para Cuba?
Leonardo Padura
Especial para BBC Mundo 31 diciembre 2014

Muchos cubanos esperan con ansiedad la noticia de producción nacional
que más circula el 1º de enero de cada año. Porque este día, con
fervorosa puntualidad, los babalao o babalawos de la religión afrocubana
conocida como Regla de Ocha, se reúnen para consultar a sus divinidades
y hacer las predicciones para el año que se inicia.
Con un lenguaje a veces muy metafórico, en ocasiones más directo, este
oráculo trata de sentar las pautas por las que se moverá –o debería
moverse- la vida material y espiritual de las gentes y de la sociedad en
el período que comienza.

Los creyentes, por supuesto, leen con atención los distintos consejos y
advertencias recogidos en la llamada Letra del Año; los no creyentes…
también los leen, por si acaso.
En esta ocasión, sin embargo, antes de que se le consultara el futuro al
visionario Orula, alguien comenzó a circular una advertencia sacada no
de los oráculos místicos, sino de lo que se observa en el horizonte: el
año 2015 debería ser el del deceso del CUC (peso cubano convertible) o
el del asalto a su fortaleza para rebajarle las alturas de sus muros.
Y entonces podría ser el año de la restauración del CUP, el peso cubano
convertido en una especie de bastardo pobre.
En realidad, no hay que ser especialmente dotado en artes adivinatorias
para predecir que algo sucederá en la relación entre el orgulloso y
esquivo CUC y el maltratado CUP, pues el destino del primero está
sellado hace tiempo… solo que nadie sabe –y quien lo sabe no lo dice-
cuándo, cómo y con qué consecuencias se producirá la confluencia o
acercamiento entre dos monedas que han conseguido deformar las finanzas
internas del país y complicar y encarecer la vida de los ciudadanos.

Para empezar: ¿a cuánto se cambiará el dólar cuando desaparezca el CUC?
Pero, además de adiestrarse en la división y la multiplicación, en la
suma y la resta cotidiana ¿qué podrían esperar los cubanos para el 2015,
incluso con la complicidad de Orula y la ayuda de Dios?
El año anterior, este recién enterrado 2014, resultó ser un período
peculiar: abrió y cerró con dos buenas noticias, si las miramos en
términos absolutos.

La primera, del mes de enero, fue el anuncio de que los isleños, después
de 50 años sin poder hacerlo, ahora tenían la posibilidad de ir a una
agencia automotriz y… ¡comprarse un auto! ¡Incluso uno nuevo!
Pero, como bien se sabe que todo es relativo, entre la posibilidad y la
realidad se interpusieron los precios fijados a los autos nuevos (al
parecer los más caros del mundo) y los de uso (ídem).
En el medio del año llegó otra noticia que removió el país: la nueva ley
de aduanas, que limita, restringe y encarece las importaciones de todo
lo importable.

Era el tiro de gracia a las "mulas" (que, por cierto, han demostrado ser
más resistentes que los zombis y las garrapatas, y no se han dado por
vencidas) y una herida en el costado del ciudadano corriente que solo
pretendía mejorar su vida y la de sus familiares trayendo del extranjero
lo que no encontraban en los mercados de la isla o, si aparecía, podía
ser a precios que compiten con los de los autos.
Y para cerrar el año, la gran conmoción: Cuba y Estados Unidos, luego de
sacarse la piedra en el zapato que constituían los prisioneros
condenados en uno y otro lado del Estrecho de la Florida con un
humanitario y veloz intercambio, dieron el primer paso de un viaje que
se anuncia largo y complicado, pero factible, hacia la normalización de
las relaciones entre los dos países con el restablecimiento de vínculos
diplomáticos.

¡Lo que casi nadie había previsto y algunos ya ni siquiera esperaban ver!
¿Y qué pasará entonces en el 2015?, se pregunta la gente.
Con los sorprendentes antecedentes del año recién cerrado se demuestra,
una vez más, que hacer especulaciones de futuro –y más tratándose de
Cuba- resulta un ejercicio demasiado riesgoso y por lo general, poco
certero.
Pero los cubanos esperan, confían, incluso con más esperanzas y
tranquilidad al sentir que bajan las viejas tensiones políticas con el
vecino del norte...

Mucha gente confía, por ejemplo, en que la cabeza de ajo baje de esos
seis pesos en que se ha encaramado su precio; los boteros (taxistas
particulares) esperan que con la caída del precio del petróleo descienda
también el precio de los combustibles, como en otras partes del mundo;
los dueños de paladares y trabajadores del turismo –en sus más diversas
variantes- se afilan los dientes convencidos de que se producirá una
avalancha de turistas norteamericanos acostumbrados a entregar un 15% de
propina por los servicios recibidos; los que aspiran a viajar a Estados
Unidos a ver hermanos, hijos y nietos se alimentan con la esperanza de
que las exigencias para obtener los visados sean ahora menos drásticas y
muchos más de ellos –como mi suegra, la pobre- sean "aprobados" por el
funcionario consular que varias veces les ha cobrado 160 dólares y
muchas horas de angustia para decirles, en un par de minutos de diálogo
de sordos, que él los considera "posibles emigrantes" y despedirlos
diciéndole que lo intenten otra vez el año próximo; y, para no hacer
demasiado larga la lista de deseos, no podemos olvidar a los más
entendidos en materias económicas que, por su lado, ruegan para que esta
vez se alcance el crecimiento del PIB del 4,1% al cual aspira llegar el
país y… los que trabajan para el Estado porque se produzca un aumento
general de los salarios y sea un poco más asequible la dichosa cabeza de
ajo.
Cuáles de esos deseos o pretensiones se cumplirán solo lo sabremos más o
menos dentro de doce meses.

De lo que hay menos dudas es que muchos cubanos se asoman al nuevo año
con más esperanzas, con ganas de que pasen cosas buenas. Si el enemigo
del norte ya no es tan enemigo, si la ley del embargo entra en fase de
deceso como el CUC, si Cuba sale de la lista de países patrocinadores
del terrorismo… bueno, pues podemos soñar con que se cumplan anhelos
pospuestos y hasta con que tal vez se materialice incluso el deseo de un
colega que se imagina ver en el 2015 a un equipo Cuba de beisbol en el
que se reúnan por primera vez los cubanos que juegan allá y acá… y
seamos invencibles.
Porque, sobre todo, el año 2015 debería ser un espacio inmejorable para
abrir diálogos, tender puentes, enterrar prejuicios y liberar las mentes
de fundamentalismos y odios. Con la ayuda de Orula y sus advertencias.

Source: Voces desde Cuba: ¿será 2015 el año de los grandes cambios para
Cuba? - BBC Mundo -
http://www.bbc.co.uk/mundo/blogs/2014/12/141231_voces_desde_cuba_leonardo_padura_letra_prediccion

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