De las nuevas élites revolucionarias y otras anunciaciones cubanas
Posted on 31 octubre, 2014
Por Martín Guevara*
Ahora que Cuba ha decidido cambiar definitiva aunque solapadamente su
modelo de sociedad, la estructura y las bases de su economía, y que
comenzarán a florecer de un momento a otro el novedoso empresariado
nacional, previsiblemente proveniente de las actuales jerarquías dada la
cercanía al poder y los parámetros corporativos que irán derogando ellos
mismos, sería conveniente reflexionar acerca del perfil de este tipo de
nuevo rico que se avecina, pero que ya tiene sus antecedentes en las
metamorfosis soviéticas hacia la Federación Rusa, en el Este de Europa,
en Vietnam y últimamente de modo paradigmático la gigante y milenaria China.
La modalidad del nuevo empresario de la sociedad post comunista reúne
una serie de particularidades comunes, a saber:
Está más predispuesto a la competencia voraz que el empresariado gestado
en las sociedades de mercado aunque esté menos preparado para acometerla.
Es un elemento descreído, apóstata de toda ideología, religión,
filosofía que promulgue una finalidad basada en principios morales.
Es ateo, agnóstico, y además descreído de su propio adoctrinamiento.
El placer de reventar
Siente que pagó antes de comer, de modo que comerá a placer hasta
reventar. Mientras el empresariado formado en la sociedad de mercado en
algún momento de su vida puede experimentar la necesidad de un aporte
espiritual a su vida, puede llegar a replantearse el sentido de lo
hecho, allí en los diferentes recodos que las edades y sus invitaciones
a la reflexión deparan a lo largo de la vida al hombre, en cambio el
nuevo empresario formado en los obligados lemas de la igualdad social,
en su momento de inflexión, suele reflexionar y revisar su trayectoria
precisamente en el sentido opuesto, autocriticándose el dispendio fútil
de energía y considerando que es momento de concentrarlas en beneficio
propio, que es hora de no perder un minuto más en las viejas consignas
engañosas ni en utopías estériles.
Considera una pérdida de tiempo la hipocresía habitual en el rico
tradicional para equilibrar la culpa.
No pide permiso, no pide perdón ni da las gracias. Paga.
Para esta nueva clase la ostentación de la riqueza es un saludable signo
de buen gusto.
No se explican la filantropía ni el mecenazgo en el arte. Aborrecen la
cultura pero invierten grandes cantidades de dinero en pinturas y
esculturas sensibles de revalorizarse.
El gusto del nuevo rico
Son directos, sinceros, primarios, sin barnices, sin profundidad.
Enriquecen vertiginosamente a los fabricantes de cuanto elemento
distintivo de mal gusto característico del nuevo rico pulule en los
alrededores.
Visten visiblemente mal y se saltan semáforos a bordo de sus lanchas
urbanas fabricadas en exclusiva para ellos, están incapacitados para
entender que un Rolls Royce gris pueda constituir para nadie en su sano
juicio, un símbolo de distinción.
Mientras con el mayor descaro, dejan ver que sus poderosos padres
los criaron lo más lejos posible de aquellos lemas con los que
adormecieron y atenazaron durante medio siglo a todo un país, y cambian
la retórica en sus palabras aunque jamás en sus costumbres, empiezan a
habituarse a destapar botellas caras de champán, aunque lo beban a pico
de botella y unos pocos en copa, pero mezclado con cubitos de hielo.
*Vivió como refugiado en Cuba por 12 años y permaneció en La Habana
hasta 1988. Actualmente reside en España. Su libro testimonial A la
sombra de un mito (2014), que recoge la experiencia cubana y los
influjos de la imagen de su célebre tío guerrillero, Ernesto Che
Guevara, se presentó en Miami y otras ciudades de Estados Unidos.
Source: De las nuevas élites revolucionarias y otras anunciaciones
cubanas | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/18798-de-las-nuevas-elites-revolucionarias-y-otras-anunciaciones-cubanas/
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