La Habana no cree en lágrimas de ancianos
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 29 Ago 2014 - 11:05 am.
Los cubanos de la tercera edad son las víctimas más visibles de la
crisis económica, la pérdida de valores, y ahora también caen sobre
ellos las consecuencias de algunas reformas raulistas.
Un dicharacho popular sentencia que "todos los días sale un bobo a la
calle". Pero Olimpia Sánchez, una anciana de 75 años medio cegata por
las cataratas, diabética e infartada del miocardio, no necesitó salir de
su casa para ser timada por una sobrina, quien la despojó mediante un
proceso amañado de la única propiedad que tenía, valorada en 200.000 euros.
El levantamiento de las prohibiciones a la compraventa de viviendas,
parte de las reformas raulistas con el fin de anestesiar a los políticos
influyentes de Europa y Norteamérica, ha exacerbado la fiereza de los
oportunistas nacionales que dan riendas sueltas a sus impulsos delictivos.
Según un letrado que solicitó el anonimato, "el brusco levantamiento de
la prohibición de la compraventa de casas se asemeja al desplome del
Muro de Berlín, ya que no fue prevista la anarquía que sobrevendría".
En la notaría sita en 10 y 15, en el Vedado, una funcionaria que no
quiso revelar su nombre reconoció que las principales víctimas de estos
trapicheos son los ancianos, quienes concurren a la dependencia para
donar sus bienes después de ser timados por sus propios familiares, un
procedimiento catalogado de "viciado", según los términos legales. Sin
embargo, "el proceso de donación es irreversible", apuntó.
Olimpia, una madre soltera oriunda del poblado de Yaguajay, en Sancti
Spíritus, trabajó como doméstica en la casona de la calle 14, número 6,
en la barriada capitalina del Vedado, entonces propiedad del matrimonio
formado por la señora Margot Del Monte y el abogado Ramón de la Cruz.
Ella cuidó esmeradamente de ambos ancianos hasta sus muertes y, por
voluntad del Dr. De la Cruz, heredó el inmueble con todos los bienes
incluidos.
En 1994 su hijo Octavio emigró a Estados Unidos con su familia y desde
entonces Olimpia vive sola en la casona. En 2007 viajó a la Florida y
sus parientes le pidieron que se quedara, pero no pudo adaptarse al
estilo de vida y resolvió regresar. La decisión provocó un fuerte
disgusto entre madre e hijo.
El calvario de Olimpia
Con lágrimas en los ojos maldice el día que aprobó la petición de su
hermana Olga y su sobrina Alina Mendieta, quienes le solicitaron
alojarse en su casa durante una temporada mientras reparaban su
domicilio en Sagua la Grande, provincia de Villa Clara.
"Durante un año la convivencia fue excelente —dice Olimpia—. Después
Alina 'creó la fantasía' de que dos parientes míos que custodiaron la
casa durante mi viaje a Estados Unidos reclamarían 'ciertos derechos'
por estar registrados con mi dirección en el carnet de identidad".
"Primero, dijo que los abogados recomendaron hacer un testamento a su
favor para resolver el problema, y lo hice porque estaba aterrada
—reconoce—. Después me explicó que eso no bastaba y que quizás una
donación resolvería definitivamente la complicación. Su insistencia
resultaba un martirio para mí, porque me amedrentaba constantemente".
"Tras firmar los papeles, mi vida se convirtió en un calvario" —asevera
Olimpia—. Alina gritaba por cualquier cosa y golpeaba a su madre en mi
presencia. Me robó 100 CUC que guardaba en mi escaparate y simulaba
conversaciones telefónicas recurriendo a frases irónicas para
mortificarme y torturarme psicológicamente".
"Comencé a temerle y las tensiones me provocaron un fuerte estrés. Por
mi mente pasó la idea de trepar al techo y lanzarme al vacío, pero mi
estado físico no me lo permitía. Entonces huí y deambulaba por las
calles o hacia visitas prolongadas a mis amistades", relata.
"Dejé de comer en la casa por temor a que me envenenara. Temí por las
pocas pertenencias de valor que tenía y las sacaba a escondidas para que
mis amigas las guardaran. El estrés me provocó un desmayo en la vía
pública y los vecinos me llevaron al policlínico, donde me ingresaron
por varias horas".
"Una vecina, Isabel Riverón (Chavela), y otros testigos hicieron una
denuncia en la unidad policial de 21 y C, y enviaron a un investigador
para hacer averiguaciones por el barrio —asegura—. Citaron a Alina para
dar declaraciones y hasta la fecha no tengo noticias del procedimiento.
También le envié una carta al general de división Samuel Rodiles Planas,
presidente del Instituto de Planificación Física, y se lavaron las manos
como Pilatos".
"Ya abandonaron la casa —confirma Olimpia— pero antes de marcharse Alina
me advirtió: Cuando caigas en una cama ninguna de tus amigas te cuidara,
yo soy la que tendré que limpiarte el culo".
Olimpia llamó a este reportero, para que comprobara el estado de
abandono en que quedó la casa. La cocina y baños sucios, el inodoro
lleno de excrementos, el refrigerador vacío. Además su sobrina dejó una
deuda telefónica por más de 240 pesos —la anciana recibe una pensión
mensual de 266 pesos (11 CUC).
Maltrato al anciano
En Monografías.com y, bajo el titulo Maltrato en el anciano, se califica
la crueldad contra las personas de la tercera edad como algo muy común
en la sociedad moderna, por ser el sector de la población más
vulnerable. Fenómeno global y catalogado de grave problema social.
Los agresores —según las investigaciones— pueden presentar psicopatías
más graves que las de otros colectivos, y el escenario de los malos
tratos es en muchos casos la residencia habitual de las víctimas, o sea,
en el seno familiar o en la instituciones de salud (asilos).
Ningún documento de libre acceso mostró estadísticas sobre el flagelo en
Cuba. Por otra parte, INFOMED y los padrones de la OMS están limitados
en las redes cubanas de internet.
El Dr. Miguel Valdés Mier, profesor titular y consultante, jefe del
servicio de psiquiatría del hospital Hermanos Almeijeiras y del grupo
nacional de geriatría y gerontología del Ministerio de Salud Pública,
expresó en una entrevista publicada en el citado trabajo: "El maltrato,
es el trato inadecuado que genera sufrimiento a la víctima, y este puede
consistir en golpes, empujones, ofensas verbales, negligencias, o
violación de los más elementales derechos".
Como las agresiones más comunes mencionó: frases irrespetuosas y
comentarios peyorativos, pero el maltrato que más daño causa es el abuso
psicológico —enfatizó— y, añadió que puede ser más doloroso que un puñetazo.
Los tipos de crueldades a las que son sometidos los ancianos son:
psicológicas, físicas, pasivas, por abandono, por violación de derecho,
independencia, privacidad y financiera.
Según la Asociación Médica Mundial, el médico está responsabilizado con
proteger los intereses físicos y psíquicos del anciano. Además, en el
caso de constatar o sospechar algún indicio de abuso, el galeno debe
discutir con los encargados y familiares del anciano y, en caso de
confirmarse el maltrato, debe denunciarlo a las autoridades legales
correspondientes.
Afirma Isabel Riverón, vecina de Olimpia, que los médicos que le
atendieron en el policlínico, incluso la doctora de la familia, "ni
siquiera se han preocupado por investigar y denunciar el caso a las
autoridades".
"Olimpia tendría que sufrir un daño físico severo para que dieran parte
a la policía. Nadie quiere buscarse problemas", lamenta.
Por otra parte, un abogado que no quiso identificarse considera que el
caso "debe ser analizado por las autoridades, ya que al existir un
beneficio material, el sospechoso puede ser acusado de tentativa de
homicidio premeditado".
Otros letrados opinan que dicha querella no procede por la cantidad de
pruebas exigidas y el resto considera que el sistema de justicia cubano
es disfuncional y corrupto.
Ahora Olimpia se acomoda en el comedor de su expropiedad para recordar
junto a sus amigas las vicisitudes pasadas. Como la dramatización del
film soviético Moscú no cree en lágrimas, su realidad aflora en una
Habana que ya no cree en lagrimones.
Hoy por hoy, un alto porcentaje de ancianos cubanos son las víctimas
trascendentales de las estafas en los agromercados y las shooping. De
igual forma, dependientes sin escrúpulos de bodegas y carnicerías les
roban una porción de los escasos víveres asignados por el sistema de
racionamiento.
Son pocas las personas que los ayudan a cruzar las calles o les brindan
asientos en las guaguas. "Llegar a viejo es una tragedia", sentencia
Rolando Martínez, de 78 años, quien subsiste trabajando como barrendero
debido a que el monto de su jubilación no le alcanza para mal comer.
"Todos esos viejos que apoyaron a Fidel Castro son los culpables de que
hoy estemos tan jodidos", afirma entretanto Daniel, un joven de 26 años.
Y la realidad es que el comandante de la triste figura que aún pervive
en el mausoleo de Punto Cero, ostenta el record de ser el anciano más
repudiado por las nuevas generaciones de cubanos.
Source: La Habana no cree en lágrimas de ancianos | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1409303102_10163.html
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