Béisbol de verano a gradas vacías
IVÁN GARCÍA | La Habana | 30 Ago 2014 - 8:07 am.
Un nuevo torneo sub-23 da espacio a las futuras estrellas del béisbol
nacional.
Jugar béisbol al mediodía en Cuba, durante más de tres horas, bajo un
sol de fuego y una humedad de espanto, bien pudiera ser una modalidad de
deporte extremo.
Pero estos muchachos que ahora mismo sudan a chorros, corriendo las
bases o intentando atrapar un fly profundo en los jardines, quieren
demostrar que están aptos para brillar en la liga de primer nivel.
No hay tradición en la Isla de jugar pelota en julio y agosto. Desde
siempre, los torneos élites fueron en invierno. Pero existía un bache en
la cadena beisbolera local.
El salto de la categoría juvenil al de mayores resulta complejo. Cada
año se pierde una cantidad nada despreciable de peloteros que no hallan
hueco en sus equipos.
Muchos de los chicos de entre 18 y 23 años que juegan en la Serie
Nacional apenas acumulan 30 veces al bate por temporada o 10 innings
lanzados.
No todos se llaman Omar Linares, Yulieski Gourriel o Kendrys Morales,
que el año de su debut hizo añicos casi todos los records para novatos.
Por tanto, era necesario este torneo de hasta 23 años que se juega
actualmente en cuatro provincias. Toman parte 16 equipos. Cuatro en
igual número de llaves. Y juegan 24 partidos cada uno.
Por carencias económicas, las novenas de cada llave solo juegan entre
sí. Lo ideal sería que toparan entre todas. Pero las arcas del régimen
están en números rojos y para ahorrar combustible, juegan en una sede
fija y bajo un sol de justicia.
Lo deseable hubiese sido que el torneo de jóvenes talentos coincidiera
con la temporada local, para que los jugadores subiesen y bajasen en
caso de lesiones o poco rendimiento. Pero es lo que hay.
Debido al goteo imparable de fugas al mejor béisbol del mundo, la pelota
cubana anda de capa caída. Cada año que pasa, las nóminas de los equipos
sufren cambios.
La edad promedio de la Serie Nacional frisa los 25 años. Un aluvión de
peloteros inexpertos, no pocos con gran talento, llegan al máximo nivel
con deficiencias técnicas y un pensamiento táctico flojo.
Lo que más necesitan es jugar. Ahora tienen esa posibilidad. Si la
economía nacional no fuera un barco que hace agua, lo ideal sería que la
liga hasta los 23 años fuera de 60 o 70 juegos.
Actualmente, el torneo está en el último tramo. En la zona oriental,
Santiago de Cuba se ha escapado. En la llave que se efectúa en Ciego de
Ávila, el equipo local luce superior al resto. Pero en los otros grupos,
de Matanzas y Cienfuegos, la porfía es muy reñida.
La prensa oficial le viene dando seguimiento al evento. Tanto la radio
como la televisión trasmiten un juego diario. El campeonato es una
pasarela de jóvenes prospectos.
La lista de talentos con madera para llegar lejos es amplia. Les pido
que anoten algunos nombres.
Jugadores de campo: Julio César Álvarez y Onel Vega (Matanzas); Yanier
Herrera (Isla de la Juventud); Jorge Luis Oña, Hassuan Viera, Yunier
Díaz, Ariel Echevarría (La Habana); Robert Luis Moiran y José Adonis
García (Ciego de Ávila); Moisés Esquerres (Cienfuegos) y Joel Yanqui
(Santiago de Cuba).
Entre los pitchers, el talento es menor. Son pocos los lanzadores que
tiran rectas de más de 90 millas y el descontrol es evidente. También la
defensa es una asignatura pendiente. Se cometen demasiados errores en
jugadas de outs. Y ni hablar de los errores mentales, los que no se anotan.
Luego de terminar sus 24 partidos, los líderes de cada llave más los dos
mejores segundos lugares, jugarán una ronda final. Muchos de estos
peloteros integrarán las nóminas a la Serie Nacional, que comienza el
próximo 21 de septiembre.
Llegarán al primer nivel, por tanto, con más horas de vuelo. A pesar de
la buena idea, el torneo apenas ha tenido repercusión entre los
aficionados. Los estadios están vacíos.
Solo los padres de los jugadores, algún que otro scout o un tipo
aburrido se dan una vuelta por las sedes, a ver el desempeño de las
futuras estrellas de la pelota nacional.
Mientras, los cubanos amantes al deporte tienen su vista puesta en las
ligas europeas de fútbol. En las calles de La Habana se especula por qué
Ángel Di María ha ido a recalar al Manchester United y se espera el
debut en octubre del "caníbal" Luis Suarez con la camiseta del Barça.
En el béisbol, el seguimiento se concentra es la MLB, ya sea mediante
antenas ilegales, noticias ofrecidas por la programación deportiva
radial o los "paquetes" que se venden a 50 pesos o 2 pesos convertibles.
Sobre todo interesan los clubes donde juegan peloteros cubanos. En la
peña deportiva del Parque Central, en el corazón de La Habana, se habla
de Yasiel Puig y la sensacional temporada de José Dariel Abreu.
El torneo sub-23 no incita a debatir de pelota. Ya se lo decía: en Cuba
no hay tradición de béisbol de verano.
Source: Béisbol de verano a gradas vacías | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/deportes/1409378850_10176.html
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