Wednesday, July 23, 2014

Rumba sin lentejuelas

Rumba sin lentejuelas
¿Cómo sobrevivo? El caso es buscármela. Y que hable la gente. ¿Mi sueño?
Comprarme un televisor
miércoles, julio 23, 2014 | Juan Antonio Madrazo Luna

LA HABANA, Cuba -La Tropical es un barrio marginal del municipio San
Miguel del Padrón, en la periferia de La Habana. Es un trozo de esa
Habana Sur que escandaliza a los turistas por su extrema pobreza. Es uno
de tantos barrios que no aparecen en la Maqueta de la Habana ni en las
estadísticas de Planificación Física, pues el poder siente desprecio por
la "diversidad". Lo confirma el cantautor Silvio Rodríguez en su gira
por los barrios "La gente está más jodida de lo que pensaba".

En la Tropical ruge la ley del más fuerte, la guapería, el machismo.
Para olvidar las penas se baila una rumba sin lentejuelas pero también
se vive la "caliente". Aquí la vida suele ser más dura de lo que
cualquiera se imagina. La Tropical es parte de esa imagen de Cuba, que
no registran las agencias de turismo.

En este lugar la economía familiar descansa en las mujeres. Unas se
ganan la vida limpiando casas de nuevos ricos, otras haciendo trenzas en
la Plaza de la Catedral a turistas nórdicos, vendiendo lo que sea en los
portales o –las más jóvenes– alquilando sus cuerpos con tarifas
diferenciadas para turistas y nacionales.

Celia, 45 años, madre soltera, socióloga, suma una familia numerosa en
un pequeño espacio. Con sus cinco hijos, suman 12 personas. "¡A nadie le
importa cómo vivimos los negros!, exclama. Desde los 13 años, vivo en
esta cueva el día a día. Lo que me pagan por mi trabajo da risa. Debo
resolver mis necesidades, y que hable la gente".

¿Cómo sobrevivo? Pues lavando, planchando, haciendo mandados. El caso es
buscármela. El nuevo curso escolar está a la vuelta".

Cristóbal Pérez tiene 61 años, es jubilado de la empresa musical Ignacio
Piñeiro. En 1970 se graduó como instructor de arte. Pasó 11 años en un
grupo folclórico en Varadero, pero también de constructor en la Villa
Panamericana y el Hospital Miguel Enríquez donde obtuvo la condición de
vanguardia

Para Cristóbal "Al final toda esta historia de la igualdad ha sido un
cuento. Los negros continuamos atrapados por la pobreza, por la mala
vida, pues no tenemos derecho a un techo. Veinte años llevo viviendo en
la Tropical, en "la caliente" mientras cerca de aquí, en tres meses,
levantaron un edificio para policías.

Salí de un albergue y decidí levantar mi propio rancho, Creo que aquí
voy a morirme. Trabajo en Comunales en Centro Habana y en mi tiempo
libre me voy a bailar a la Plaza Vieja para alegrarle la vida a los
turistas pues con eso me gano unos fulitas pues mi sueño es comprarme un
televisor."

Celia y Cristóbal son solo dos retratos de tantas vidas exprimidas por
el desencanto y la desigualdad más allá de las diferencias por el color
de la piel.

madrazoluna44@gmail.com

Source: Rumba sin lentejuelas | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/rumba-sin-lentejuelas/

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