Friday, March 7, 2014

Violencia y más violencia

Violencia y más violencia
¨Las revoluciones son fenómenos traumáticos que comienzan con una
promesa, se disipan en violenta agitación y se congelan en sangrientas
dictaduras¨
viernes, marzo 7, 2014 | Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba – A muchos que vieron por televisión el sábado 1ro de
marzo el acto en la escalinata de la universidad habanera por los espías
presos en Estados Unidos, se les escapó que cuando Fernando González
mencionó a Fidel Castro, el publico aplaudió solo durante tres segundos.
En cambio, cuando la multitud se vio en la gran pantalla del escenario,
muchos se pusieron tan contentos, que levantaban los brazos para que sus
familiares los pudieran divisar bien.

Si esto ocurre sin haber muerto Fidel, no queramos imaginar el tiempo de
ovación espontánea que le dedicarán las masas cuando hayan pasado dos o
tres años de su muerte y en vez de recordarlo como el gran
revolucionario fallecido, comiencen a aparecer esos jóvenes avispados
analizando fusilamientos inútiles, presos políticos con treinta años en
prisión, fracasos económicos, violaciones a los Derechos Humanos,
grandes repetidas meteduras de pata del Comandante Invicto y su odio
enfermizo contra Estados Unidos.

Hace apenas unos días, graves acciones de peloteros cubanos demostraron
fehacientemente cómo la violencia y la agresividad vienen corroyendo el
deporte cubano y, dicho sea de paso, a la sociedad en su conjunto.

Las autoridades de La Dirección Nacional de Béisbol han apelado a los
manuales de la psicología del deporte, en busca de una explicación que
ayude a comprender mejor las tristes escenas que han afectado la imagen
del deporte cubano.

Pero las causas las tienen bien cerca y no las ven, o no las quieren
ver. Hacer ahora un llamado a la cordura, algo que se ha convertido en
un problema social, no es fácil. Una dictadura de corte totalitario como
la de Cuba, no puede sobrevivir durante medio siglo sin una gran dosis
de violencia.

Muy cerca está la historia del atleta de taekwondo Angel Valodia Matos y
la reacción de Fidel Castro, cuando las autoridades deportivas de Cuba
suspendieron al deportista por patear el rostro del árbitro sueco Chekir
Chekbat durante la competencia olímpica de 2008, en China, al decretar
el árbitro el fin del desafío en el segundo acto.

Desde su madriguera en Punto Cero, el dictador cubano, al ver en las
pantallas de su televisor que el atleta había quedado descalificado de
por vida, montó en cólera, le dio una de sus clásicas perretas y se
solidarizó con Angel Valodia: ¨Para nuestro atleta de taekwondo y su
entrenador, nuestra total solidaridad¨, expresó en su prensa nacional.

Para nada le importaba que el árbitro fuera hospitalizado al requerir de
una operación en la cara y que las autoridades cubanas ya hubieran
tomado una decisión irrevocable contra Angel Valodia.

Para Fidel Castro, aquella agresión, que impactó al mundo, estaba
justificada según él: ¨…el atleta no pudo contenerse, porque habían
querido comprarlo¨.

Así se divulgó al día siguiente en el programa Mesa Redonda, de la
televisión cubana y en el noticiero de aquella noche.

Este no es el único caso de agresión grave ocurrida en el deporte
cubano, ni es la primera vez que a Fidel le da una de sus famosas
perretas frente a competencias mundiales, cuando su Revolución pierde
medallas deportivas.

Estamos, es evidente, ante el mal ejemplo de un gobernante que ha hecho
mucho daño, no sólo al deporte nacional, sino a toda la población,
acusada ahora por su hermano, el dictador sucesor, de cometer graves
indisciplinas sociales que atentan contra el éxito de su nuevo modelo
económico.

La violencia genera violencia y lo que vemos hoy es el resultado de
medio siglo de violencia castrista contra nuestro pueblo. Lo explicó con
claridad Octavio Paz, quien dijo: ¨Las revoluciones son fenómenos
traumáticos que comienzan con una promesa, se disipan en violenta
agitación y se congelan en sangrientas dictaduras.¨

Source: Violencia y más violencia | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/violencia-y-mas-violencia/

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