El difícil oficio de jubilado vendedor
Última actualización el Viernes, 31 de Agosto de 2012 03:06 Jueves, 30
de Agosto de 2012 14:21
Escrito por Osmar Laffita
Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) La prensa oficial cubana en
el ejercicio de sus funciones está sujeta a toda una serie de normas que
le imponen el Partido Comunista y el gobierno. Todo intento de
ignorarlas o de hacer algo distinto a lo que esta establecido, implica
medidas severas contra los infractores o el cese de las funciones de los
editores que se atrevieron a autorizar algo distinto.
En resumen, el periodismo oficial cubano no goza de ninguna libertad.
Las informaciones son burdamente manipuladas, silenciadas, sin ningún
recato las ocultan a la población. Lo que se informa por los diferentes
medios oficiales es lo que autoriza el gran censor: el Departamento
Ideológico del Partido Comunista. Dicho Departamento es el que dictamina
lo que se debe o no divulgar. Todo lo demás tiene que permanecer en el
más escandaloso secretismo.
Pero los ciudadanos en su bregar diario palpan cuan cruda es la realidad
en que malviven muchos cubanos.
Tenemos el caso de la población contemplada en la tercera edad. Cuba
está entre los países del hemisferio occidental (junto a Canadá,
Barbados y Uruguay) donde el Estado destina más dinero de su presupuesto
al pago de las jubilaciones y la asistencia social. Pero en el caso de
Cuba, a los jubilados, después de su contribución por los años
trabajados al desarrollo de la nación, por el elevado costo de la vida,
les es prácticamente imposible con los 14 míseros dólares que reciben de
pensión, costearse sus más elementales necesidades
Llama la atención como la prensa cubana se desatiende de tan grave
asunto y para dar una imagen distorsionada de cómo mal viven estos
jubilados, trata de presentar un panorama totalmente edulcorado e
idílico de una realidad que es mucho más dramática y terrible.
Un ejemplo de esas falsedades lo tenemos en el artículo aparecido en el
periódico Juventud Rebelde el 16 de agosto de la periodista Ana María
Domínguez Cruz, titulado "Envejecer saludablemente".
La periodista Domínguez Cruz asegura que los jubilados tienen opciones
de disfrute, estudio y atenciones. Y señala:"Quien vive solo sabe que
dispone de vecinos que pueden ayudarlo, eso es una muestra de que la
población cubana, sin contar algunas excepciones de indolencia, cuida a
sus ancianos".
Lo que no dice la mencionada periodista en su articulo es que la
desatención que sufren es responsabilidad total del gobierno del General
Raúl Castro, porque una de sus primeras medidas a los pocos meses de
asumir el poder en marzo de 2008, fue poner termino a la populista y
antieconómica política igualitaria y voluntarista que durante años
aplicó el ex -gobernante Dr. Fidel Castro.
Por los malos resultados económicos que reportan la mayoría de los
sectores productores de bienes y servicios, el gobierno, al no disponer
de dinero suficiente para continuar con las ventas subsidiadas de muchos
productos de la libreta de abastecimiento, decidió liberarlos. Como no
se habla de un aumento de la pensiones, en estos momentos los precios de
los alimentos hacen más desesperante la precaria existencia de los
jubilados.
Parece que los abuelos jubilados de la periodista Domínguez Cruz reciben
ayuda económica y gracia a eso suplen las carencias que genera tan
mísera pensión, que alcanza solo para mal comer unos diez días.
Tanto Domínguez Cruz como sus editores saben que con el salario promedio
de 17 dólares mensuales que ganan los trabajadores cubanos es sumamente
difícil salir en auxilio de los ancianos más menesterosos, porque
también se las ven negras para poder terminar el mes y lograr alimentar
a sus familias.
En tan desesperada situación económica están atrapados los jubilados en
Cuba. Comer, vestir y asearse se ha convertido para ellos y las familias
que los acogen en una verdadera tragedia. ¡Y qué decir de los que viven
solos!
Ante tal panorama, para vergüenza de la nación cubana, ha surgido una
nueva y lamentable modalidad de empleo: la de jubilado vendedor.
Es otra consecuencia del abandono, las calamidades, carencias y el
imparable alto costo de la vida en que ha sumido el actual gobierno al
sufrido pueblo cubano.
Ya es normal contemplar a personas de avanzada edad, que debían estar en
sus casas, en el disfrute del merecido descanso por los años trabajados,
en las esquinas, las paradas de guagua, las entradas de los hospitales,
cines, mercados agropecuarios, Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD),
parques infantiles, centros de recreación, instalaciones deportivas,
terminales de ómnibus y de trenes, en la venta de infinidad de
artículos: periódicos y revistas, bolsas de nylon, flores, café
mezclado, cigarros al menudeo, maní, caramelos y dulces, bisuterías de
distintos tipos.
La mayor parte del dinero que obtienen con sus ventas se destina a la
compra de las mercancías que venderán en la próxima jornada. Lo poco que
les queda, lo destinan para cubrir sus necesidades más elementales
Como el gobierno se ha desatendido totalmente de ellos, para no terminar
como mendigos o morir de inanición, muchos jubilados se desempeñan como
vendedores. Aquellos que no tienen fuerzas para salir a luchar por su
sustento, ni tampoco familia que los ayude, terminan como míseros
pordioseros, totalmente abandonado a su suerte.
Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/section-blog/155-agaleriasociedad/5079-el-dificil-oficio-de-jubilado-vendedor.html
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