Wednesday, November 9, 2011

Revolución?

¿Revolución?
Miércoles, Noviembre 9, 2011 | Por Gustavo E. Pardo

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – La élite comunista se
proclama a sí misma como "la clase dirigente de la sociedad cubana",
predestinada a dirigir los destinos de Cuba para siempre. A tal efecto,
muy temprano se afiliaron los Castro al marxismo-leninismo, la línea
política que mejor les podía garantizar su eterna permanencia en el poder.

Desde antes de proclamarse marxista-leninista, Fidel Castro había
bautizado como "revolución" a su proyecto bélico-político. Luego del
triunfo, con el transcurso de los años, la "revolución" se transformó en
un concepto eterno, intangible, socialmente omnipresente y políticamente
omnipotente. Gradualmente, los cubanos fueron perdiendo los conceptos de
nación, patria, estado, gobierno, e inclusive socialismo. Sólo existía
la "revolución", concepto eterno que lo abarcaba y justificaba todo.

Por definición, una revolución no puede ser eterna. El diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española da las siguientes definiciones de
la palabra: Acción y efecto de revolver o revolverse. Cambio violento en
las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.
Inquietud, alboroto, sedición. Cambio rápido y profundo en cualquier cosa.

Aunque desde 1959 muchos han cuestionado la validez de llamar
"revolución" al proyecto político de Castro y sus seguidores, el uso del
término podría ser válido hasta 1976, año en que se aprobó la
Constitución Socialista, que institucionalizó la dictadura.

Ciertamente, sin detenernos a juzgar sus resultados, ni su legalidad, es
evidente que durante el periodo comprendido entre 1959 y 1976, se
implementaron en Cuba profundas transformaciones sociales, políticas y
económicas, que podrían alinearse con la característica esencial de una
revolución: los cambios "rápidos y profundos".

Algo muy diferente puede decirse de lo ocurrido en los 35 años
posteriores, durante los cuales no se han producido verdaderos cambios.
Las políticas seguidas por Fidel Castro durante las últimas tres décadas
en que ejerció el poder absoluto, se caracterizaron por su aferramiento
al inmovilismo y su atrincheramiento en las ideas prevalecientes durante
la Guerra Fría.

Es precisamente en este periodo cuando se afianza el conservadurismo
ortodoxo que desde entonces ha caracterizado la política seguida por el
liderazgo cubano, lo que arroja serias dudas sobre si el proyecto
castrista continua siendo "revolucionario".

Si se acepta que el término revolución implica inevitablemente
transformación, entonces puede afirmarse que los gobernantes cubanos son
desde hace más de tres décadas, cualquier cosa menos revolucionarios.
Más bien clasificarían como reaccionarios, que según el mismo
diccionario significa: Opuesto a las innovaciones.

Paradójicamente, la ideología conservadora tradicional se caracteriza
por la defensa de los valores familiares, la conservación de las
tradiciones patrióticas y de las libertades religiosas; prácticas
completamente alejadas de la línea política seguida por el castrismo.
Como punto de encuentro se puede señalar la cautela y el recelo con que,
tanto los conservadores tradicionales como los conservadores castristas
enfrentan la posibilidad de que se produzcan cambios que puedan alterar
el orden social establecido.

Definitivamente los gobernantes cubanos hace ya mucho tiempo que dejaron
de ser revolucionarios. Son esencialmente reaccionarios.

http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfrevolucion/

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