Thursday, November 17, 2011

La corrupción en Cuba

La corrupción en Cuba
Jueves, Noviembre 17, 2011 | Por Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – El V Encuentro
Internacional sobre la Sociedad y sus Retos Frente a la Corrupción se
efectuó en La Habana entre el 9 y el 11 de noviembre. El evento estuvo
presidido por la Sra. Gladys Bejerano, vicepresidenta del Consejo de
Estado y Contralora General de la República. Participaron el Dr. Darío
Delgado Cura, Fiscal General de la Republica y otros altos dignatarios
del sistema judicial cubano, así como invitados extranjeros, entre ellos
el Dr. Antonio Mazzitelli, representante regional para México, Centro
América y el Caribe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y
el Delito (ONUDC), y personalidades de Rusia, México y Venezuela.

El problema de la corrupción en el mundo actual tiene colosales
proporciones. Los datos brindados en el Encuentro por el representante
de ONUDC son impactantes, pues, en valores, la corrupción y la
delincuencia mueven un equivalente al 4,7% del Producto Interno
Bruto mundial, o sea 2,1 millones de millones de dólares.

Lamentablemente Cuba no está aislada de este flagelo, aunque las causas
y características de sus problemas tienen orígenes particulares, basados
fundamentalmente en la permanencia durante decenios de un disfuncional
sistema económico, político y social, que no sólo ha destruido la
economía nacional, creado grandes diferencias sociales y llevado a
amplias capas de la población a la miseria, sino también ha ocasionado
sustanciales pérdidas de valores éticos y morales, y con su fracaso,
promovido un generalizado clima de desesperanza y frustración,
propiciador en grandes sectores de la población de un sentimiento muy
pesimista sobre el destino nacional.

Ciertamente, como señaló el Dr. Carlos Raúl Concepción Rangel, vice
fiscal general de Cuba, existe la corrupción en el sector empresarial,
pero no sólo está localizada en él, ya que de diversas formas existe en
toda la sociedad.

Según reconoció el Presidente Raúl Castro el 26 de julio de 2007, el
salario no alcanza para vivir, y mucho menos las pensiones. Hoy, el
salario medio mensual en Cuba equivale a 18 dólares y la pensión media
mensual no rebasa los 10 dólares al cambio oficial. Esta situación se
agrava por la existencia de dos monedas y el generalizado pago a los
trabajadores en el peso cubano corriente (CUP) que no es aceptado por el
propio gobierno en su extendida red de tiendas de venta en pesos
convertibles.

En esas condiciones muchos trabajadores durante años se han visto
forzados a sustraer recursos de sus lugares de trabajo para poder
subsistir ellos y sus familias, creándose así un modus vivendi, que de
cierto modo se ha convertido en una nueva moral, con la que han crecido
generaciones de cubanos.

Eso se agrava por el hacinamiento en viviendas y demás carencias no
propiciadoras de las virtudes humanas, sino todo lo contrario. Quizás el
hecho de que Cuba se encuentra entre los primeros 6 países con mayor
cantidad de presos en relación con su población total, según datos de
PNUD (IDH 2007-2008) y prestigiosas publicaciones como The Economist,
sea triste evidencia de ello.

Se añade el tradicional descontrol sobre los recursos, debido a la falta
de jerarquización del papel de la contabilidad y a terribles errores
cometidos en la década de 1960, cuando se destruyó absurdamente la rica
experiencia en esta materia, maltratándose incluso a muchos
especialistas durante la desastrosa "lucha contra el burocratismo",
cuyos nocivos daños todavía no se han reparado

No es un secreto para nadie que una gran cantidad de empresas e
instituciones administrativas tienen dificultades con su sistema
contable, agravado por la doble moneda, la variedad de mercados y
precios para un mismo producto, la falta de recursos y condiciones
idóneas para efectuar el control económico y la carencia de estímulos
para el personal que labora en esas decisivas áreas.

Todo esto facilita los desvíos y la corrupción en general. Datos
recientes provenientes de las revisiones efectuadas por la Contraloría
General de la Republica demuestran que un porciento alto de empresas y
centros administrativos realizan una gestión ineficiente, propiciatoria
del robo y la corrupción.

No menos importante que los factores antes citados es la política
seguida durante décadas para la selección de los funcionarios y
dirigentes de las empresas, donde la capacidad y los méritos se dejan
de lado, priorizándose una supuesta militancia que muchas veces ha
escondido la doble moral con el propósito de ascender socialmente
mediante el oportunismo y la mentira. La inmensa mayoría de las
personas sancionadas por delitos cometidos en la administración de los
recursos del Estado han sido militantes del partido comunista, lo cual
demuestra el desacierto del clientelismo para seleccionar a los dirigentes.

Últimamente se escuchan voces culpando a la burocracia de muchos de los
problemas existentes en el país. En eso hay un alto grado de razón,
pero no se dice que la capa de burócratas creada es la consecuencia de
un sistema centralizador, integrado por órdenes y limitaciones
provenientes de una estructura administrativa gigantesca, que junto a la
política clientelista genera los males del burocratismo.

El mal proviene de un sistema implantado para pretender controlarlo
todo, que en realidad no controla nada. Debido a ello, tiene que ser
transformado radicalmente, comenzando por un proceso descentralizador
que elimine el exceso de organismos centrales; aligere la compleja
legislación vigente, cargada de absurdas prohibiciones; acerque lo más
posible los niveles de decisión a la base y cree condiciones para
liberar las fuerzas productivas y la capacidad creadora de los
ciudadanos en un escenario de libertad.

Los listados internacionales de países donde la corrupción casi no
existe, están integrados por naciones desarrolladas, que ofrecen a sus
ciudadanos un nivel de vida decoroso, donde al tiempo de existir
propiedad privada y economía de mercado, poseen bajas tasas de
diferencia en los ingresos (coeficiente GINI). Estos listados, salvo
excepciones, coinciden bastante en las primeras posiciones con las del
Informe de Desarrollo Humano (IDH), confeccionado por PNUD. En los
países señalados como los más corruptos del mundo imperan la miseria y
la falta de oportunidades para sus ciudadanos, y existen gobiernos
autoritarios y populistas, violadores de los derechos humanos.

Por ello carece de realismo la insistencia en el evento de la Dra. Luisa
Ortega, Fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela, de que
"la corrupción guarda relación con el sistema de antivalores instaurado
en gran parte del mundo", en franca alusión a los países donde rige la
economía de mercado y la propiedad privada, cuando su nación ocupa la
posición 14 entre las más corruptas del planeta, según el Pocket World
in Figures 2011, de The Economist.

En conclusión, puede afirmarse que la corrupción está muy ligada al
estado del desarrollo de los países y la forma como se distribuye la
riqueza creada. Donde existen elevados índices de menesterosos, altos
grados de desigualdad, carencia de libertad económica y política, así
como violaciones de los derechos humanos hay condiciones para el
desarrollo de la corrupción. Es oportuna una legislación adecuada para
penar los delitos y formas de castigo para los ciudadanos que pretendan
vivir de ellos, pero como muestra la experiencia, esos factores nunca
podrán suprimir la corrupción, sin eliminar las causas
económico-sociales que la promueven.

http://www.cubanet.org/articulos/la-corrupcion-en-cuba/

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