Wednesday, November 2, 2011

Disidencia y prensa independiente

Disidencia y prensa independiente
Miércoles, 02 de Noviembre de 2011 04:00
Rogelio Fabio Hurtado

Marianao, La Habana,(PD) La disidencia, como expresión pacífica de la
insatisfacción política, comenzó en las prisiones, como continuidad del
Presidio Político Plantado. Allí se fundó el primer comité de defensa de
los derechos humanos, después que la administración del Presidente James
Carter, en 1976, trajese esta temática al primer plano en sus relaciones
con la URSS y los países del llamado bloque socialista.

Cuando, a fines de la década del 80, se produjo la visita de una alta
comisión de las Naciones Unidas a Cuba para recoger información acerca
de violaciones de estos derechos, aún no existía la prensa
independiente, tal como se la conoce hoy. Fueron Húbert Jerez, Indamiro
Restano y Rafael Solano, tres periodistas que coincidieron en la
redacción de Radio Rebelde, quienes concibieron y fundaron la Asociación
de Periodistas Independientes de Cuba, APIC, institución que contó con
la colaboración entonces valiosa del Académico de la Lengua Néstor
Baguer, quien promovió inicialmente el perfil internacional de la misma.

Los objetivos fueron los mismos: presentar una visión de la realidad
cubana diferente de la oficial y menos limitada de la que ya empezaba a
ofrecer la CNN, autorizada por el Gobierno a partir de las negociaciones
entre el magnate Ted Turner y el Máximo Líder. Puesto que ya existían de
hecho varias organizaciones disidentes, se suponía que los nuevos medios
de prensa operasen en estrecha solidaridad con ellas, sirviéndoles como
medios de divulgación de sus proyectos y actividades. Las relaciones de
rígida subordinación entre el PCC y el periódico Granma sentaban al
parecer una pauta casi obligatoria para las agencias independientes.

El importantísimo financiamiento se intentó obtener a partir de la venta
de los textos a medios de prensa extranjeros y a emisoras radiales
interesadas en el tema cubano. Esto se concretaría mediante las
gestiones de personas amigas en el exterior, quienes se ocuparían de la
publicación de los textos y la remuneración correspondiente.

La calidad y el grado de objetividad de los materiales fueron desde el
principio aspectos críticos. Cada una de las nuevas agencias contaba con
uno o dos periodistas profesionales, quienes se encargaban de la edición
y corrección de los textos. La sección de prensa y cultura de la Oficina
de Intereses de los Estados Unidos de América canalizó cursos de
periodismo brindados por instituciones universitarias de la Florida.

Por su parte, la represión también echó a andar, directa e
indirectamente. Esta fue su herramienta más eficaz, pues le permitió
perturbar desde adentro y explotar a su favor las debilidades humanas,
que se exacerban bajo tensión. Sin poder frenar el auge de la actividad,
funcionaron como acusadores cuando el mando consideró proceder, durante
la conocida Primavera Negra de 2003.

Por su parte, la actividad exclusivamente disidente alcanzó un tope
entre 1995 y 1996, con el proyecto Concilio Cubano, que consiguió dar
una estructura funcional a más de cien agrupaciones informales, a lo
largo y ancho de toda la Isla. Sin embargo, se precipitaron las acciones
y el 24 de febrero de ese mismo año fueron derribadas las avionetas de
Hermanos al Rescate y detenidos en Cuba Leonel Morejón y otros
prominentes activistas. A partir de ese momento, la actividad de prensa
comenzó su crecimiento, coordinada ahora por Cubanet desde Miami y por
Cuba Encuentro desde Madrid, quienes garantizaban el mínimo respaldo
económico.

Desde entonces, los periodistas independientes fueron diferenciándose de
los disidentes políticos, cuyas agrupaciones disminuyeron en número,
mientras las individualidades, tras atravesar detenciones, condenas y
otros obstáculos, permanecieron vigentes, si bien literalmente cercados
por la represiva. No obstante, hasta la ola represiva de marzo del 2003
persistía la consideración de la actividad de prensa como una modalidad
más de la disidencia.

Alrededor del 2004, comienza a salir la Revista Digital Consenso,
primera de carácter político en subir a la Internet desde Cuba. Editada
por un periodista profesional, Reinaldo Escobar, marcó el debut
-inicialmente sólo como informática- de Yoani Sánchez Cordero, cuya
trayectoria posterior no requiere comentarios. La revista, promovida por
la Corriente Socialista Democrática, nunca se definió como vocera
subordinada a esta agrupación y su editor Escobar, insistió siempre en
su carácter políticamente independiente.

Es a fines del 2007, con el surgimiento de la página web Primavera
Digital, dirigida desde La Habana por el Lic. Juan González Febles fue
que la separación entre un medio de prensa y las agrupaciones políticas
disidentes quedó acentuada. Sin abandonar la visión crítica acerca de la
realidad, Primavera extiende el alcance de su cuestionamiento al
activismo de las organizaciones disidentes, garantizándoles la
divulgación, no el acatamiento pasivo a sus consignas. Sus editoriales
observan también una nítida independencia respecto a las orientaciones
del exilio miamense y al enjuiciar las políticas norteamericanas sobre
Cuba. Este ejercicio de su libertad de criterio conduce a que sus muchos
enemigos prefieran una Primavera castrada de opiniones, desde esa
arbitraria interpretación que hacen de la libertad de expresión y la
libertad de prensa.

rhur46@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/126-prensa-independiente/2574-disidencia-y-prensa-independiente

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