Thursday, October 13, 2011

Nombramientos inadecuados

Nombramientos inadecuados
Jueves, Octubre 13, 2011 | Por Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -El generalísimo Máximo Gómez
les advirtió a los cubanos, en momentos en que echaba a andar la
República, que los cargos públicos no debían ser un premio por
actuaciones pasadas, sino un altar desde donde se pudiera servir mejor
al país. Así escribió el gran dominicano: "Para andar más pronto el
camino de la organización nacional, elegid para directores de vuestros
destinos a los hombres de grandes virtudes probadas, sin preguntarles en
dónde estaban mientras Cuba se ensangrentaba en su lucha por la
independencia".

Desafortunadamente, no siempre durante la República se siguió ese
consejo; y después de 1959, como consecuencia de la cruenta lucha contra
Batista, padecimos de un clientelismo político de enormes proporciones.
Y aunque no hemos estado exentos de ese vicio en ningún momento de estos
años de revolución, fueron los años iniciales del castrismo los más
pródigos en ello. Veamos algunos ejemplos.

En julio de 1959, al surgir la Casa de las Américas, fue designada
Haydee Santamaría como su presidenta. Se dice que la asaltante del
cuartel Moncada era una enamorada de la cultura, pero su nivel de
instrucción no rebasaba la enseñanza primaria. Realmente no imagino qué
tema de conversación, a no ser la manera de propagar la revolución en
América Latina, pudo tener esa mujer con los prestigiosos intelectuales
que visitaban la institución.

Cuando hubo que escoger a una persona para que dirigiera el Banco
Nacional de Cuba, no se pensó en un economista versado en cuestiones
financieras o monetarias, sino en un dirigente político. Entonces el
comandante Ernesto Guevara, que de Economía solo sabía algunos retazos
que había leído de Marx, asumió esa responsabilidad. El escritor español
Manuel Vázquez Montalbán nos cuenta que el caudillo Francisco Franco, al
comentar la realidad cubana, expresó: "En Cuba hasta los forajidos están
firmando los billetes de banco. Uno de ellos se hace llamar Che".

También resaltaron las desacertadas actuaciones de Antonio Enrique
Lussón y Guillermo García en el Ministerio del Transporte. Una cosa fue
alzarse en la Sierra Maestra o el Segundo Frente Oriental, y otra bien
distinta era servir al pueblo con un óptimo funcionamiento del
transporte público, los ferrocarriles y los puertos.

Y para concluir, un caso que contiene hasta pinceladas simpáticas.
Enrique Oltuski, ministro de Comunicaciones en el primer gabinete de la
revolución, fue uno de los dirigentes con los que contactó Jean Paul
Sartre durante su visita a Cuba en 1960, y cuyas conversaciones le
sirvieron al filósofo francés para escribir el ensayo Huracán sobre el
azúcar. Oltuski se distinguió en la lucha clandestina por medio de
acciones de sabotaje que destruyeron carreteras, puentes y estaciones
eléctricas, pero poseía escasos conocimientos técnicos de esa materia.
Al preguntarle Sartre que a qué atribuía el nombramiento, Oltuski
respondió: "Debe ser para que completara mi labor. Si antes destruía las
comunicaciones, ahora me mandaban a repararlas".

http://www.cubanet.org/articulos/nombramientos-inadecuados/

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